46 . CRECIENDO DEPRISA (Beatriz Carilla Egido)
El niño se acostó sin que le leyeran un cuento. En la opacidad de la noche escuchó cigarras, golpes, gritos, portazos y llantos. Sintió frío, pero nadie le arropó para que desapareciera el castañeteo de dientes. Se tapó los oídos, pero seguía escuchando la voz del miedo. Quiso levantarse para hacer pis, pero fue incapaz porque sus piernas parecían de goma. El pequeño mojó la cama y se durmió agotado. A la mañana siguiente su madre, con rostro desencajado, le ordenó tender los fantasmas al sol para madurar cuanto antes.
Mi página, aquí.
Un relato que habla del paso que todos hemos dado de niños en nuestras vidas: el de dormir solos, sin cuento de «buenas noches». Muy bien desarrollada la historia. ¡Enhorabuena!
Muchas gracias por leerme, Rebeca.
Saludos
Terrible incomprensión la que tenemos los mayores con respecto a los miedos infantiles, deberíamos no olvidar lo que pasamos y así seríamos más empáticos con todos. Suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias por tu lectura, Nani.
Saludos
Tanto, y en tan pocas palabras. Muy bien desarrollada la historia y con tan poco, que es tanto, mucho. Saludos. Antonio Ortuño