62. Crucero del terror
Durante el shabbat mi papá anunció que al día siguiente haríamos un viaje sorpresa junto con otras familias de colonos. No podía salir ni llamar a mis amigas para averiguar algo más, porque como hija de rabino debía leer, rezar o aburrirme, aquella noche la pasé en blanco.
Al día siguiente embarcamos hacia el sur sin apenas separarnos de la costa. Me acerqué a los cuchicheos de las mujeres para saber, pero respondían que íbamos a ver un hermoso espectáculo y luego me daban la espalda. Aunque casi todos se entretenían, yo no quería seguir, pero el barco me llevaba.
Al atardecer, con las primeras luces de la costa, lo entendí. Lejos, frente a nosotros, las bombas iluminaban el cielo y la tierra, cada vez que caía una todos se animaban con la destrucción de un trozo de la ciudad. Los mayores, tan divertidos como los niños, explicaban que aquella preciosa tierra sería suya cuando todo acabara. Se miraban felices mientras el cielo estallaba, seguros en su propia suficiencia.
El entusiasmo colectivo me provocó una arcada, di la espalda al horror y sólo pude rezar por Fátima y su familia.
Triste y auténtica guerra a la que alude el relato, rara belleza la que puede brotar de la destrucción. Un niño es mucho más sensato que sus mayores. Su condicionante es el de la salvaguarda de su amiga árabe, pues la amistad verdadera no entiende de razas, pueblos, ni políticas crueles de odio, que enfrentan.
Un abrazo y suerte, Rosa
Un relato muy duro, Rosa. Porque muestra la indiferencia, incluso el regocijo, con una situación atroz, aún vigente y que conocemos muy bien. La literatura puede ser un medio más que, poniendo el dedo en la llaga, nos haga reflexionar sobre una barbarie que no han querido detener los que realmente podían hacerlo.
Un abrazo y suerte.
Angel y Josep, gracias por vuestros acertados comentarios. La historia es cierta, se organizan cruceros para familias israelíes con el objeto de observar la guerra de Gaza en directo. Hay vídeos en YouTube. Parece increíble que un pueblo que fue casi exterminado actúe así, aunque es seguro que a muchos israelíes les debe parecer una aberración.
Rosa, qué necesarios son micros como el tuyo. Yo también he visto algunas cosas horribles que hacen y dicen en internet los sionistas. Se han convertido en verdugos mientras el mundo mira hacia otro lado.
Un abrazo y suerte. Y gracias por escribirlo.
Pues si Rosalia, asistimos atónitos a comportamientos y actitudes que creíamos desterrados de occidente, pero no, la realidad es tozuda.
Un beso y gracias por el comentario.