Emotivo texto el que nos dejas, José Luis. Por fuerte que fueran esa raices, la necesidad y las circunstancias lograron arracarlas, mas no sus recuerdos. Ojalá que los que quedan cumplan ese deseo final y sus restos puedan descansar donde nacieron, amaron y sufrieron. Suerte y saludos.
José Luis Chaparro
Gracias Jesús. También es mi deseo.
Inés Z. López
Me gusta mucho cómo relatas esta historia triste. Me gustan las primeras palabras y me gusta el final.
Un saludo, José Luís
José Luis Chaparro
Gracias Inés.
Calamanda
José Luis, trasmites la fuerza que ejerce la patria chica maravillosamente. Suerte y saludos
José Luis Chaparro
Gracias Calamanda. Soy admirador tuyo. No puedo evitarlo.
Cristóbal Peña Relaño
Como andaluz, vaya mirada hacia atrás!…, y la tristeza de no morir en tu tierra…, bueno, cuál es nuestra tierra?, es complicado el asunto…, para la reflexión, pero me ha gustado, sobre todo el final, muy bueno, suerte y un saludo.
José Luis Chaparro
Gracias Cristóbal. La tierra de cada uno es aquella a la que se siente unido, aunque se encuentre lejos. Un saludo.
María José Viz Blanco
Emotivo relato y escrito de una manera bella. Me ha gustado mucho, José Luis.
Un abrazo.
José Luis Chaparro
Gracias María José.
Martín Zurita
Hola, José Luis:
Buena propuesta la tuya. Un texto centrado en emigrantes andaluces, uno de los pueblos emigrantes por antonomasia. Qué bien plasmada su raigambre al terruño en esas «encinas centenarias de profundas raíces». Así como en el deseo para con sus cenizas. Enhorabuena. Un abrazote.
José Luis Chaparro
Gracias Martín. La necesidad obliga y este micro no tiene más pretensión que brindarles un modesto homenaje a todos los que un día se vieron en la necesidad de abandonar su tierra, en este caso, para siempre. Un saludo y mi deseo de suerte.
Blanca Oteiza
Reflejas ese sentimiento de poder descansar en el lugar que te vió nacer y lo has conseguido. El final me ha parecido precioso.
Un saludo
José Luis Chaparro
Gracias Blanca. Algunos entendemos la tierra que nos vio nacer como si se tratase de nuestra madre, motivo por el que romper esos vínculos puede resultar tan triste. Un saludo y suerte.
Precioso José Luis! Esta semana que estoy en Francia visitando a mi hijo «emigrante» este texto tiene especial sentido. Tras cuatro años fuera de su país ahora ya no sabe cual es su lugar. Llega un momento que se sienten de ninguna parte y somos sus raíces los que nos movemos… Suerte!!! Mecgusta reencontrarte.
José Luis Chaparro
Hola Ángeles. Yo también fui emigrante durante 4 años y sé cuánto se valora volver a ver a la gente que queremos y nos quiere. Ahora sé que se ama a la tierra como a los hijos: donde quiera que nos encontremos o donde se encuentren ellos. Un abrazo y mucha suerte. Espero que sigamos coincidiendo por estos mundos…
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Muchas gracias Juan.
Emotivo texto el que nos dejas, José Luis. Por fuerte que fueran esa raices, la necesidad y las circunstancias lograron arracarlas, mas no sus recuerdos. Ojalá que los que quedan cumplan ese deseo final y sus restos puedan descansar donde nacieron, amaron y sufrieron. Suerte y saludos.
Gracias Jesús. También es mi deseo.
Me gusta mucho cómo relatas esta historia triste. Me gustan las primeras palabras y me gusta el final.
Un saludo, José Luís
Gracias Inés.
José Luis, trasmites la fuerza que ejerce la patria chica maravillosamente. Suerte y saludos
Gracias Calamanda. Soy admirador tuyo. No puedo evitarlo.
Como andaluz, vaya mirada hacia atrás!…, y la tristeza de no morir en tu tierra…, bueno, cuál es nuestra tierra?, es complicado el asunto…, para la reflexión, pero me ha gustado, sobre todo el final, muy bueno, suerte y un saludo.
Gracias Cristóbal. La tierra de cada uno es aquella a la que se siente unido, aunque se encuentre lejos. Un saludo.
Emotivo relato y escrito de una manera bella. Me ha gustado mucho, José Luis.
Un abrazo.
Gracias María José.
Hola, José Luis:
Buena propuesta la tuya. Un texto centrado en emigrantes andaluces, uno de los pueblos emigrantes por antonomasia. Qué bien plasmada su raigambre al terruño en esas «encinas centenarias de profundas raíces». Así como en el deseo para con sus cenizas. Enhorabuena. Un abrazote.
Gracias Martín. La necesidad obliga y este micro no tiene más pretensión que brindarles un modesto homenaje a todos los que un día se vieron en la necesidad de abandonar su tierra, en este caso, para siempre. Un saludo y mi deseo de suerte.
Reflejas ese sentimiento de poder descansar en el lugar que te vió nacer y lo has conseguido. El final me ha parecido precioso.
Un saludo
Gracias Blanca. Algunos entendemos la tierra que nos vio nacer como si se tratase de nuestra madre, motivo por el que romper esos vínculos puede resultar tan triste. Un saludo y suerte.
Morriña. Pena, mucha pena.
Los gallegos sabe de eso…
Precioso José Luis! Esta semana que estoy en Francia visitando a mi hijo «emigrante» este texto tiene especial sentido. Tras cuatro años fuera de su país ahora ya no sabe cual es su lugar. Llega un momento que se sienten de ninguna parte y somos sus raíces los que nos movemos… Suerte!!! Mecgusta reencontrarte.
Hola Ángeles. Yo también fui emigrante durante 4 años y sé cuánto se valora volver a ver a la gente que queremos y nos quiere. Ahora sé que se ama a la tierra como a los hijos: donde quiera que nos encontremos o donde se encuentren ellos. Un abrazo y mucha suerte. Espero que sigamos coincidiendo por estos mundos…