56. Cuando fuimos héroes (Mar González)
Años viendo a los mayores del colegio organizar las fiestas y, por fin, llegaba nuestro turno. Todo en nuestras manos. Después posaremos para la orla de graduación, meteremos horas de repaso para la EBAU, llegará la universidad… pero, por unos días, seríamos héroes. Superhéroes. Ese era la temática acordada allá por el mes de septiembre y a la que fuimos sumando ideas.
El final de años compartiendo clases y vida. Mario, mi mejor amigo y yo, nos conocimos en esos patios con tres años. Y a Carlos y Miguel. También a Sofía… ¡Ay Sofía!… Olga, Alberto…
Entonces llegó la “nueva normalidad” de la mascarilla y las distancias. Las clases on line y la fiesta con disfraces, baile y pregón telemático. Cada uno con su pose, su frase y su habitación. Desde allí nos conectábamos cada noche y arreglábamos el mundo compartiendo música y sueños. Soñábamos con la universidad, con la libertad de la vida en Madrid, Salamanca… incluso Orlando. Pero, como la fiesta, nada es como nos habían contado.
Hoy he visto una imagen de Sofía en Instagram con un chico que no conozco y he recordado la foto que no nos hicimos: Superhéroes abrazando el futuro.
El abandono del colegio o instituto por la universidad es un paso importante e irreversible en la vida de cualquier joven. Atrás quedan esos compañeros, tantas vivencias compartidas, el crecimiento juntos, los descubrimientos. Para colmo de males, estos tiempos de plaga de Egipto han cercenado esas ilusiones antes incluso de que terminasen, a causa de la distancia impuesta. Aunque la universidad sea una nueva etapa con sus retos, en algún lugar del interior queda la sensación de lo perdido y, más de una vez, un amor, el primero, ese que nunca se olvida, cuyo recuerdo es más triste y nostálgico aún cuando no se llega a materializar.
La crónica de un futuro que por caprichos del destino no sucede. No a todo el mundo le afecta igual, los que más sintieron más pierden y más les cuesta seguir adelante. Es difícil no verse reflejado.
Un abrazo y suerte, Mar