Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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5. CUANDO PC NO SIGNIFICA ORDENADOR PERSONAL (María José Sánchez)

Hoy amanecí sirena; mañana, ni idea, quizá patinadora o contorsionista. La imaginación y las ansias de vivir la vida y realizarme como ser humano siguen intactas. Aunque haya quien piense que solo soy un mueble al que transportan de un lado a otro.

Planeo el futuro. Y sí, me veo casada… Si pudiera ser con Quique, compañero de clases de danza inclusiva, mejor aún. Noto que me mira. Percibo su brillante aura cuando nos acercamos, cuando nuestras sillas se aproximan al compás del “Despacito”. En esos momentos, mi corazón parece querer saltar para acurrucarse junto al suyo, pues, además, suelo experimentar lo que provoca la pasión desenfrenada hacia alguien. Sexualmente, estoy más que viva. A veces, hasta me asusto de las reacciones de mi cuerpo ante ciertos estímulos.

Esta tarde, hemos quedado. Iremos a tomar algo. Después, al parque para visitar a los gansos. Contemplaremos la puesta de sol, mientras nos observamos con recíproco embeleso. Quisiera formalizar la relación. Llevamos poco pero intenso. Sé que es todo y yo soy todo.
Por ahí viene. Siempre, tan galante.

Ya de madrugada, en la soledad de mi cama ortopédica, alguna lagrimilla furtiva se escapa por no poder achucharlo como desearía: ¡fuerteee, fuerteeeee!

34 Responses

  1. Jesús Garabato Rodríguez

    Caray, María José, da la impresión de que conoces bien de lo que nos hablas en tu maravilloso y sensible texto. Los que se quejan (o quejamos) por cualquier cosa, si esuvieramos un solo minuto en el lugar de esas personas, seguramente cambiarian de opinión en cuanto a esos descontentos continuados por tonterías como que no nos queda bien el rojo, o que la sopa está demasiado caliente, o que estoy resfriado y no puedo ir al futbol… La chica de tu relato no podrá moverse sin ayuda, pero la mente y los sentimientos parece tenerlos muy activos. Bravo por ella, con sus ilusiones y también, desgraciadamente, con sus limitaciones. Ojalá que algunas cosas pusieran cambiarse, pero ya que no es posible, supongo que los gobiernos (o a quien corresponda) deberían apoyar y facilitar las «acciones» que aminoraran esos sufrimientos. Enhorabuena. Un beso y suerte.

    1. María José Sánchez

      Hola, Jesús, querido amigo. No te imaginas lo que me alegra verte siempre en los comentarios a mis textos. Eres una persona maravillosa, encantadora. A ver si alguna vez tengo el gusto y el honor de conocerte. Al igual que a los demás. En general, creo que hay mucha gente buena por aquí.
      Para empezar con el tema del relato, quiero matizar que cuando he escrito mueble “al que transportan” en lugar de mueble “ que transportan”, lo he hecho con el ánimo de personificar la referencia al “mueble” y así no cosificar a la protagonista. Ya bastante hay con esas opiniones despectivas hacia estos ángeles, producto de mentes retorcidas.
      La chica que narra sus vivencias quiere poner de manifiesto que es un ser humano normal, con todo lo que lleva aparejado. Piensa, disfruta, siente, padece, llora, etc. Necesita y desea VIVIR por encima de todo.
      Me he decantado por el asunto de la PC porque admiro a quienes la sufren y, por supuestísimo, a los padres/cuidadores (Eduardo, aún me estoy recuperando de la llantera al leerte). Les hago la reverencia y me siento minúscula a su lado. Son un ejemplo a seguir para el resto de personas.
      Jesús, muchísimas gracias. Muchos besitos.

  2. Barceló Martínez

    Hola María José. Al leer este fabuloso microrrelato, no he podido evitar personalizar a su protagonista en alguien que conozco, a penas de vista. Es una chica que se desplaza en silla de ruedas automatizada, porque no tiene prácticamente movilidad. Es cierto que estas personas no tienen elección y que les toca vivir la vida con las cartas que ésta les ha repartido, pero al mirar los ojos de esta chica yo veo una luz especial y, espero no equivocarme, adivino en ella una vida plena, tal como la de tu protagonista: con sus alegrías y sus tristezas, como cada hijo de vecino.
    Si algún mérito han de tener los cuentos es despertar emociones, y tú, con este relato, a mí me las has puesto a flor de piel.
    La próxima vez que me cruce con esta chica, irremediablemente, me acordaré de esta historia. Gracias por escribirla.
    Un fuerte abrazo y mucha suerte.

    1. María José Sánchez

      Hola, Ángel. Las gracias te las tengo que dar yo a ti por haber tenido el detalle de pararte un ratito conmigo. Encantadísima de conocerte (de modo virtual). ¡No me digas que te he emocionado! Eso me llena lo más grande.
      Las historias, como tú bien sabes, nacen siempre del corazón. En mi caso ha ocurrido exactamente igual. El sentimiento fluye a través de los dedos y te dejas llevar. En ocasiones, incluso, escribes más rápido de lo que piensas.
      Las personas con PC son seres especiales. Ángeles en estado puro. Llenos de vida. Mejores que muchas personas, en todos los sentidos. Es muy cierto lo que dices: nos iluminan con esa luz especial que irradia su mirada.
      Ángel, de corazón, gracias infinitas.
      Nube de besitos para ti.

  3. Eduardo Martin Zurita

    Hola, María José.
    Bueno, deseando concluidas tus tribulaciones de una vez por todas, ya estoy aquí, a ver si consigo subirte la moral, aunque los comentarios que hago son sinceros y tú escribes muy bien, eso es publico y notorio, archiconocido, vaya. Gracias por tu comentario a mi penúltimo texto para ENTC, muchas gracias.
    Bueno, de entrada, me gusta muchísimo el titulo que encabeza tu texto para esta nueva fotografía. Lo he leído del tirón. Y he llorado. He llorado mucho. Creo que voy a seguir llorando por un buen rato. Tienes una sensibilidad tremenda, muy acusada. Te confieso que tengo en la cabeza escribir una novela o un novelón con el título PC. Con que, tierna y sin resultar sensiblera en ningún momento, antes al contrario, nos trazas pinceladas de la vida de esa paralítica cerebral. Hay que ser muy persona y muy mujer para haber escrito algo así, tan prodigiosamente maravilloso. Es el relato más bonito que he leído en ENTC, y no favorece una afirmación tan rotunda el hecho de que a mí el tema me llegue con predisposición favorable, dadas las circunstancias de mi hijo, de Edu : otro paralítico cerebral. Lo he visto reflejado en Quique, vaya que sí. ¿Muebles? Y unos huevos. La imbécil de la suegra de la exmujer (no me extraña nada) de mi cuñado, nos preguntaba: ¿Os conoce? Señora… (es una manera de hablar, y hasta el nombre de los reyes godos y de un montonazo de cosas más que usted ni huele. Qué fácil resulta sacar conclusiones fáciles, aventuradas y erradas. Los PC tienen una sensibilidad especial, más acentuada que en una persona digamos, muy entre comillas, normal. Qué fabulosamente te has metido bajo la piel de esa niña, de esa mujer ya, para que sintamos con ella, para que celebremos sus sentimientos. Sus ganas de vivir plenamente, sus planes de futuro (la vida es lo que nos sucede mientras estamos haciendo planes, dijo el bueno de John Lennon. Esta propuesta tuya se queda para siempre en mi corazón y en el de mi hijo. Gracias por existir y escribir una cosa así. Mi más muy mayor enhorabuena esta vez no alcanza, se queda corta en demasía. No destaco nada, porque en cualquier renglón deslumbra un tesoro. Es una reivindicación del mundo de la minusvalía digna de publicarse con tipografía de oro de ley, no te digo más. Eres con Nuria Rubio González y Laura Reinón, te supongo joven, unas de las escritoras que dejan huella, una huella imprescriptible, indeleble, imperecedera: eterna. Un beso muy muy muy entrañable.

    1. María José Sánchez

      Mi más que querido amigo Eduardo. No he podido contestarte porque mi comentario tiene que estar como mínimo a la altura de una de las mejores personas con las que me he topado, que eres tú. Gracias por existir y por ser así, auténtico y generoso. Mañana hablaremos largo y tendido. Perdóname.
      Muchísimos besos.

  4. Un micro conmovedor, MARÍA JOSÉ; contado desde la mente y perspectiva de quien, según muchos, es un mueble que hay que mover de aquí para allá, que no siente estímulo alguno y es asexuada e incapaz de sentir amor o placer. Qué equivocados que están en su «sapiencia» y su soberbia. Y cuánto tenemos aprender de los «discapacitados» (como si nosotros no tuviéramos limitaciones) o «personas con capacidades diferentes» (como si no las tuviéramos todos), como les gusta decir a los políticamente correctos.

    Me saco el sombrero ante tu protagonista y te felicito.

    Un beso desde Neuquén, Argentina.

    1. María José Sánchez

      Hola, Mariángeles. Muchas gracias por tu lindo comentario. Si te he tocado un poquito el corazón, eso me encanta. Significa que el micro te ha calado.
      Estas personas son modelos de los que aprender tantas y tantas cosas… Están tan vivos y con tantas ganas como los demás. Hace poco una amiga me envió un vídeo de una chica sin brazos, que tenía que hacer absolutamente todo con los pies. Al verlo me sentí un átomo, sin mérito ninguno. El afán de superación de la gente “discapacitada” les hace llegar aún más lejos. Son encantadores. Ejemplo de inmensa valía.
      Muchos besitos, preciosa. A ver si llegan a Neuquén. Soplaré con fuerza. Muchísimas gracias.

  5. calamanda

    María José, la dependencia es para quienes la deben atender y la sufren una tarea poco fácil. Con tu historia tan positiva le das una vuelta de optimismo a esa realidad. Suerte y saludos

    1. María José Sánchez

      Hola, Calamanda, preciosa, muchas gracias por pasarte a leerme. La dependencia no es una situación fácil para ninguna de las partes implicadas. El día a día, sin ser dependiente o sin cuidar a un dependiente, ya es difícil. Para estos maravillosos seres humanos, todavía peor.
      Y hablando de lo que Jesús Garabato, nuestro compañero del alma, refiere, los gobiernos deberían ayudar a tope en estos casos. Toda colaboración es poca.
      Besitos, guapísima. Mucha suerte (para todos en general, que se me olvida siempre. Me lío a escribir y se me pasa).

  6. María José Sánchez

    Juan, me hace inmensamente feliz que estés ahí. Tu apoyo, tu dedicación… Para mí, eres muy GRANDE. Además, tu maravillosa energía se transmite y es como una recarga de positividad con la cual afrontar lo venidero. Te lo prometo.
    Esta chica, paralítica cerebral, tiene funcionando a pleno rendimiento toda su inteligencia y facultades (excepto lo relativo al movimiento, claro). Como tú has enumerado perfectamente, en su mundo interior trabajan una serie de piezas del engranaje corporal que ciertas personas creen muertas o anuladas. Nada más lejos de la realidad.
    En Internet he leído casos de gente que hasta hace carreras universitarias. Son sensibles, inteligentes y bellos por dentro y por fuera. El grado de PC lo dejo a criterio e imaginación de quien lo lea.
    Muchas gracias, Don Juan. Suya, siempre.

    María José.
    PD: Millares de besitos.

  7. María José Sánchez

    Hola, queridísimo Eduardo. Desde el primer día que tuve contacto virtual contigo, supe que eras alguien especial. Me ganaste. Cariñoso, amable, generoso en cantidades astronómicas y muy, muy buena persona. Para mí, eso no tiene precio. Eres oro molido y, créeme, me quedo corta. En cuanto al tema escritura, tú escribes maravillosamente. Yo solo aprendo de ti, MAESTRO.
    De mi parte, un mensaje para Edu: le dices que es mi inspiración y que lo quiero mucho. También le transmites que es EL CAMPEÓN ENTRE LOS CAMPEONES. Un motivo de orgullo para sus padres. Ah, y que me diga el secreto para meterse a todo el mundo en el bolsillo.
    Yo no conocía tus circunstancias. Ahora que las conozco, te admiro más todavía. Igual que a tu mujer. No es fácil para nada. Pero por otro lado tenéis un regalo, una bendición en forma de Eduardo junior. Aprovecho para enviar besitos a toda la familia.
    En efecto, los PC son especiales. Sensibles. Geniales. Bellos. Fuertes. Inteligentes. Son sencillamente maravillosos.
    Sobre el relato, lo único que te puedo decir es que en él he abierto las puertas de mi corazón de par en par. Es sentimiento, necesidad de expresar lo que llevo dentro. Y sí, soy extremadamente sensible. Demasiado, diría yo. Lloro con todo: una canción, una película, una noticia del telediario, un comentario de un tal Eduardo Martín Zurita (no sé quién será…). Es un enorme honor que me incluyas en el grupo de Nuria Rubio y Laura, dos joyas de autoras. Nuria es pura belleza de ser humano. Laura igual, en lo poquito que la conozco.
    Tengo que darte las gracias infinitas por ese apoyo incondicional que me brindas, con ese cariño tan grande. Me haces sentir importante. Se nota la sinceridad de tus bellas palabras.
    Eres ÚNICO, Eduardo. Por favor, no cambies nunca, jamás.
    Te admiro y te aprecio lo más grande.
    Muchísimos besitos.

  8. Eduardo Martín Zurita

    Bueno, María José. Edu te devuelve tus parabienes para con él con un beso de los suyos y Ana; y yo también te doy uno muy grande. El texto es maravilloso y punto. No es dar jaboncillo ni nada de eso. Lo has bordado, insisto, sin sensiblerías nos has metido a todos en el mundo de la capaz discapacidad. Está claro que jugaba con ventaja en este caso, pero tú le has puesto al asunto pura poesía narrativa con pinceladas psicilógicas inolvidables.
    Np, no pienso cambiar aunque algunas personas no me entiendan o no me quieran entender, pero esa es otra batalla. Te has salido, María José. Y es de estricta justicia verlo y proclamarlo así; al libro anual de cabeza.

    1. María José Sánchez

      Eduardo, lo que de veras me llena de alegría es que te hayas emocionado al leerme. Es magia. Que la foto me haya inspirado este relato y que a ti el tema te toque tan de lleno, es magia de la auténtica. Nada es casual en la vida. Cada cosa sucede por algún motivo. Cuando decidiste dejar de comentar para dedicarte más a Edu, lo entendí, pero también me dio mucha pena no contar con tus palabras. Al ver tu comentario, me dije: “Aquí lo tienes de nuevo, a la persona que te conquistó por su corazón y su manera especial de expresar lo que piensa y siente en cada momento”. Te animo a escribir esa novela. Nadie mejor que tú. ¿Al libro anual de cabeza? ¿Tú crees? Madre mía. Me gustaría muchísimo, siempre que tú me acompañases. Ojalá.
      Gracias otra vez, Eduardo. No tengo más remedio que dártelas.
      Besitos para Ana, Edu y para ti.

      1. Eduardo martín Zurita

        Hola, María José.
        He releído tu texto, la joya de relato o microrrelato o microcuento, como quieras, pero la joya cristalográfica (un diamante puro), si me permites la metáfora, que conforman esos catorce renglones, y me he dado cuenta de que no hablé, como si he hecho en otros comentarios, del engarce de tu texto con la fotografía. Esto es importante, pues la foto está para inspirar, luego tiene que darse un entronque entre el texto, la protagonista, y la imagen de la foto en cuestión. Y hay ese fundamento (razón justificada de la presencia de algo o alguien) en un doble sentido: físico y espiritual. Esa pc sentada en su silla de ruedas se asemeja en su estampa física a una sirenita varada. Lo has visto y eso es una muestra más de tu talento; y espiritual porque esa pc, a pesar de ser mujer como partida por la mitad o mejor dicho con dos mitades, con una mitad inservible, y hay que hablar sin complejos para poder comprenderlos y superarlos (lo inútil, o pretendidamente, ya lo dije en algún comentario por ahí, es un fin en sí mismo y no sirve, no es instrumento de nada ni de nadie, luego tiene la mayor dignidad, que justo en eso consiste), rebasa, con la otra mitad útil, con la que funciona, cualquier límite o frontera; superfunciona en realidad, cautiva, enamora, como mujer que es de una pieza, trasunto de quien le diera vida literaria. La imagen le va que ni pintada al texto. Pero no de una manera facilona, lo que pone en valor tu inteligencia malabar a la vez que tu corazón anchuroso. Salve a la reina.
        Me encantaría conocerte, y a Nuria Rubio y a Laura Reinón y a Barceló, Esteve, J. Ignacio y tantos otros. A algunas y algunos ya los conozco de aquel 17 de diciembre de 2016. Y no te digo a Juan Pérez, al que vi de soslayo y, torpe, de mí, o en exceso prudente, le di una cosilla pero no crucé palabra con él. La próxima no se me escapa sin que le caliente a modo la oreja. Pero estar con vosotros no es algo que dependa de mí. Como no fuera que acordáramos vernos a espaldas de ENTC, lo que no me parece justo, ético en principio. Integramos, como yo digo, la segunda facción enteciana; algunos ya han puesto su pica en Flandes (Barceló, Esteve, y me alegro como si se tratara de mí, más) pero la vieja guardia parece tener una impronta intocable?. Se repite y se repite. Y los laureados en otros concursos. Para mí en la variedad está el gusto. Pero… En fin… Esa es otra batalla, otra concepción y cada cual hace con lo suyo lo que le viene en gana, estaría bueno. Fíjate que hasta parece lógico, ¿verdad? Yo qué sé. Lo que si tengo claro es que tu texto, concomitancias vivenciales aparte mías con el relato, y ahora si he agotado la exégesis, es el más completo, humano, todo, titulo incluido (imaginativo a más no poder) que he leído en esta santa sede, como dije por ahí de ENTC sin ironía, eso sí. Le doy un 11 sobre 10.

        Recibe una nube de besos, como dices tú, de nosotros tres, devotos tuyos. Te lo mereces. Te los mereces.

        1. María José Sánchez

          Queridísimo Eduardo, eres un auténtico cielo. No existen palabras que alcancen, siquiera de modo mínimo, a describir tu magnífica belleza interior además de tu extraordinaria valía como hombre de letras. A mí también me encantaría conocerte en persona. Y, al igual que tú con gran acierto señalas, a Juan Pérez, Nuria Rubio, Esteve, Barceló, J.Ignacio, Laura Reinón, etc. Ojalá nuestro deseo se cumpla para que estas conversaciones las mantengamos cara a cara.
          En cuanto a la sirenita varada, decirte que sí que me vino a la mente la chica PC en su sillita, aunque te confieso algo: la completísima exégesis que has hecho supera con creces el valor de mi texto. Te has adentrado en él de tal modo que no ha quedado un entresijo sin analizar/interpretar. Imposible sacar una sola gota más de jugo. Literalmente, lo has exprimido. Eso tiene el doble, triple… de mérito que escribirlo.
          Tus comentarios (puro sentimiento, humildad, sinceridad) llenan muchísimo, Eduardo. Me dejan plena. De dicha, claro. Son todo corazón. Y para mí eso vale MILLONES. Tú vales MILLONES.
          Huracán de besitos para los tres. Os quiero.

        2. María José Sánchez

          Se me olvidaba lo principal: GRACIAS INMENSAS. Le das vida a mis micros. Sin tu particular visión hermenéutica estarían desnudos. Muchísimos besitos de nuevo, Eduardo.

  9. Salvador Esteve

    Alguna vez he leído, no recuerdo dónde, que el cuerpo es un lastre que ralentiza nuestro pensamiento. Lo tomo como una alegoría a la fuerza del pensamiento y al poder de la imaginación. La protagonista, al igual que nuestro querido amigo Edu, nos enseña que la existencia hay que saborearla y compartirla. Un relato lleno de sensibilidad que nos emociona y nos grita que no hay límites para la vida. Enhorabuena, María José. Abrazos y suerte.

    1. María José Sánchez

      Salvador, eres de lo mejorcito de esta comunidad de las letras. Como escritor, como persona…
      Disfruto leyéndote y sabiendo que tú me lees. Un gozo total. Te aprecio muchísimo.
      Tu frase inicial es muy cierta. La mente es rápida, rápida. El cuerpo, incluso aunque estés “relativamente bien”, actúa como freno. A veces, una tremenda cárcel. Pero, por otro lado, el poder de la mente es inmenso. Creo en este poder. La energía tiene eso; jamás desaparece. Una prueba irrefutable del potencial que encierra.
      Muchas gracias, querido Salvador. Besitos inmensos. ¡Mucha suerte!

    1. María José Sánchez

      Hola, Towanda. Me alegra mucho que te haya gustado. Hay más familias de las que uno piensa con algún miembro afectado por esta circunstancia, que se le puede presentar a cualquiera. Por eso he querido traerlo, como tú dices.
      Te agradezco en el alma que te hayas parado a leerme.
      Besitos y abrazos a mogollón.

    1. María José Sánchez

      Muchas gracias, Edita, guapísima. Me dan siempre una alegría tremenda tus palabras. Eres generosa al máximo. Tu última frase es una belleza. Me has emocionado.
      Besitos sinceros. A mansalva.

  10. Nuria Rubio

    Con gran sensibilidad, te has puesto en la piel de una jovencita «discapacitada» regalándonos toda una lección de vida, un arcoiris de pensamientos y sentimientos positivos. En esta mujercita hay ilusión, imaginación, alegría, entusiasmo… unas enormes ganas de vivir que diluyen esas tres letras («dis»), unas letras que injustamente van asociadas a tantas personas en su misma situación.

    Un texto ante el que es imposible permanecer indiferente; por la delicadeza con la que está escrito y por el mensaje de esperanza que transmite.

    Me ha encantado «leer las letras de tu corazón», María José.
    Un beso inmenso.

    1. María José Sánchez

      ¡Hola, mi queridísima Nuria! ¡Espero que estés estupenda! Me da una tremenda alegría que te pasees por aquí y, por supuesto, que te detengas un poquito a leerme.
      El relato, como tú bien dices, trata de desmitificar la figura de un PC como ser inerte postrado en una silla. Ellos piensan y viven perfectamente, a su modo, dentro de sus limitaciones. En los ojos de estas personas (ya lo ha dicho nuestro querido y admirado Ángel Barceló) se ve una luz especial y se adivina una existencia feliz/plena, rodeados del cariño de los suyos.
      Muchas gracias, guapísima. Te queremos. Y queremos que regrese nuestra escritora favorita (N.R.G). Cuando ella se sienta con ganas.
      Aluvión de besitos.

        1. María José Sánchez

          ¡Qué linda eres! ¡Si es que te tengo que querer!
          Nube de besitos que atraviesan mares y océanos… Y cordilleras… Y el espacio aéreo… Y el mundo.

  11. Desde el enigmático título, ya apetece leer el relato. Y al empezar a leerlo, hay cada vez hambre de más. Es una historia tan natural como hermosa. Hablar de la parálisis cerebral con este encanto me parece de muchísimo mérito. Me ha encantado pero que mucho, María José.

    Un abrazo.

    1. María José Sánchez

      Muchísimas gracias por tan generoso comentario, Antonio. A mí me encanta que esta historia te haya calado. Los PC son lo mejor de la familia en la que nacen. Ejemplo de superación y valor, me atrevería a decir, en la práctica totalidad de los casos. Son ángeles. Y los que cuidan de ellos, seres igualmente maravillosos. También es justo loar su entrega incondicional.
      El título me vino a la mente antes de escribir el relato. Otras veces me pasa justo al revés.
      Reitero mi agradecimiento por tu visita y por tu preciosa y sentida apreciación.
      Besitos sinceros.

  12. M. José, con qué sensibilidad y delicadeza has contado la historia de esta niña-mujer, que se siente atrapada en su cuerpo, pero que posee una vida interior tan intensa como la de cualquier adolescente que descubre el amor y el deseo por primera vez. En su imaginación vive lo que no puede en su realidad.
    Por la forma en que has tratado el tema de las personas que sufren PC, demuestras la gran persona que eres y nos has emocionado a todos con tu relato.
    Sabes lo mucho que te aprecio a ti y a tus letras. Ambas sois maravillosas.
    Enhorabuena y te deseo mucha suerte.
    Besos muy apretados, amiga.

    1. María José Sánchez

      Hola, Pilar, guapetona. Tú sí que eres buena gente y escribes de cuento (es decir, prodigiosamente). Aún me queda mucho por aprender de ti.
      Lo que pasa es que los PC siempre me han inspirado una ternura inconmensurable. No tengo ningún caso cercano, pero cuando los veo en algún sitio, siento que tienen una gran energía positiva que se transmite.
      Muchísimas gracias por pasarte y dedicarme tu tiempo. Tus comentarios son oro.
      Nube de besitos muy apretados para ti, mi querida amiga. Y, mucha suerte también, por supuesto.

  13. María José, desde el título hasta el final es un relato genial, excelente. Está lleno de sentimiento y sensibilidad. Nos muestras la contraposición de los sentimientos de una persona con parálisis cerebral y las sensaciones que percibe de como en muchas ocasiones los tratamos. A nosotros nos falta comprender con no son meramente un cuerpo y que dentro de su cabeza bullen sentimientos e ilusiones como las nuestras.
    Me encanta esa forma en que la protagonista con su imaginación se transforma cada día en un nuevo personaje.
    Enhorabuena y te deseo lo mejor, gran relato.
    Muchos besos.

    1. María José Sánchez

      Javier, muchísimas gracias por tu linda y generosa interpretación. Este micro lo he escrito con especial cariño, para dedicárselo a todas las familias que cuentan con algún caso de PC (Eduardo y Ana), a los mismos que la “padecen” (nuestro precioso Edu) y, en general, a todo el mundo. Tomar conciencia de la belleza del corazón de estas personas, tenerlos como ejemplo de superación, nos ayudaría a conformarnos más con lo que tenemos y a no ser tan tiquismiquis. A veces, te das cuenta de lo absurdas y tontas que son gran parte de las cosas que nos quitan el sueño. La protagonista ejerce de lo que le apetece. Ahora se imagina como una bella sirena.
      Suerte y una nube de besitos para ti, querido Javier. Muchas gracias.

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