86. CUARENTA AÑOS NO SON NADA
Parece que fue ayer en el cine de verano de mi barrio, no pudiendo contener el grito de miedo al ver salir el bicho de la barriga del tripulante de la nave espacial.
Cuarenta años después me produce todavía casi la misma impresión al volverla a ver, tanta como cuando voy ahora con mi querido nieto al dentista para extraerle los dientes de leche.
Entre una época y otra seguimos siendo pasajeros en el dolor y en el amor.
Cambia la forma pero la esencia permanece. El dolor y el amor en cualquiera de sus estados sigue siendo igual.
Suerte
Saludos
Rosa
Yo creo que existe el domor, acabo de inventar una palabra gracias a ti. Gracias Rosa también por tu comentario.
Tu última frase es un todo un poema. Y sí, a mí también me sigue impresionando lo del bicho.Es lo que pasa cuando uno consigue hacer historia del cine con una escena. Besos y suerte
Sigue siendo una de mis pelis preferidas, y sin duda la primera de la serie la mejor. Gracias Ana por tu comentario.
Lo del bicho fue de antología, pero también tu relato.
M Carmen, si que lo fue y me alegra que para ti también mi relato. Saludos.
Gracias Ana, me gusta que te guste.
Bonita reflexión final. Relato breve pero intenso. Suerte y un abrazo 🙂
Algunas veces viene bien que brevedad e intensidad vayan de la mano. Gracias Juan Antonio por tu comentario. Saludos