66. Cuatro generaciones (Blanca Oteiza)
Como cada año nos hemos juntado esta tarde. No había terminado de preparar el café cuando sonó el timbre de la puerta. Mi hija me ayudó llevando las tazas y la bandeja de pasteles a la mesa del comedor.
Hoy, en cambio, no ha sido como otros años, esta tarde a nuestra “isla de mujeres” le faltaba alguien que no ha podido soplar las velas. A mi izquierda se ha sentado mi hija, a la derecha mi madre, y en la silla de enfrente, vacía, faltaba mi abuela.
Sabemos que es ley de vida, pero hay ausencias imposibles de suplir, para eso somos únicos. La existencia sigue con los que han quedado, aunque nada sea ya igual. Con cada persona que hemos querido y desaparece también se va una parte de nosotros.
Suerte y un saludo
Qué razón tienes Ángel, cada persona que pasa por nuestr vida deja una huella.
gracias por tu comentario.
Un saludo
Me gustó tu relato, por su sencillez. Mucha suerte y un saludo.
Muchas gracias Miguel, me alegro que te haya gustado.
Un saludo
Físicamente faltaba, pero sin duda estaba presente como espíritu, también estaba en los corazones de las personas que la querían. Un micro que alberga muchos sentimientos. Un abrazo, amiga, Sotirios.
Muchas gracias Soti.
Un beso
Blanca, emotivo relato. La rueda de la vida no para, y en la silla vacía siempre anidará el recuerdo. Abrazos.
Gracias Salvador,
Sí, el recuerdo de la persona que ya no está, es lo bonito que nos queda con el paso del tiempo.
Un abrazo
Muchas gracias Ana
Un beso
Cuando los lazos son tan fuertes, la ausencia física es menor.
Se recuerdan los momentos felices y éstos ayudan a dar forma a la imagen de la ausente.
Bonito y tierno relato.
Un beso.
Gracias Virtudes por tu comentario (siempre bienvenido).
Como bien dices, cuando alguien ya no está son los recuerdos bonitos lo que te ayuda a mantenerla a tu lado.
Un beso
Muchas gracias Juan por tus palabras.
Un abrazo
Blanca, esas reunbiones son preciosas, tu nos lo cuentas muy bien, incluso si se echa de menos a algun ser importante en nuestras vidas. Suerte y saludos
Gracias Calamanda por tu comentario.
Un abrazo
Me ha gustado porque expresas sin drama y con sencillez la ausencia de quienes han sido tan importantes en nuestra vida. Simplemente un día no está y la vida sigue…pero dejas ver bien, también con sencillez, el legado de esa mujer en las generaciones siguientes.
Muy bonito!
Gracias Reyes por tu comentario. Exacto, has plasmado muy bien la idea.
Un abrazo
Las abuelas… entrañables ellas y entrañable tu relato. Mucha suerte 🙂
Muchas gracias Juan Antonio.
Sí, las abuelas son muy entrañables. De hecho este relato me lo ha inspirado el recuerdo de mi abuela materna, de la que me acuerdo mucho.
Un saludo
Qué escena entrañable, tierna y llena de melancolía. Es precioso. Un beso
Gracias Concha por pasarte y comentar.
Me alegro que te haya gustado.
Un beso
Hay silla que no se puenden reemplazar. Me gusto mucho me llego muy dentro.
Un beso
Muchas gracias Esther,
Tienes razón, hay sillas que ya no se pueden reemplazar.
Un beso
Blanca es una escena tan cotidiana y contada tan sencillamente, que emociona mucho. Me he visto en el salón de casa de mi madre, con mi hija, y esa tarta delante.
Si es autobiográfica te felicito más todavía.
Besos
Hola Asun,
Muchas gracias por tus palabras.
Autobiográfica no es, aunque sí tiene mucho de real. Me acuerdo mucho de mi abuela materna y guardo como un tesoro las fotos en las que estamos las 4, ella, mi madre, mi hija y yo. Y siempre nos juntábamos el día de su cumpleaños a celebrarlo.
Un abrazo
Hola, Blanca.
Como han dicho por ahí arriba es ley de vida, pero vaya ley tan dura. Las ausencias son irremplazables y a mí me cuesta hablar de esto.
Tu relato me parece emocionante y a mí me ha llegado.
Felicidades y que haya suerte.
Un besazo.
Muchas gracias Towanda,
Sí, es ley de vida y todos tenemos algún ser querido que ya no está entre nosotros. Este relato es un pequeño homenaje a mi abuela materna, de la que me acuerdo mucho.
Un beso grande
Buenas, Blanca, estas historias de gente que falta siempre hace falta que alguien las escriba para recodarnos que la vida no es eterna en este mundo y nos hace dar un abrazo instantáneo a las abuelas, los que tenga la suerte de tenerlas. Pese a lo previsible de la muerte, nos has dejado con la ansia de saber quién era la que faltaba a esa isla de mujeres. Suerte, Blanca.
Hola Lorenzo,
Gracias por tus palabras. Decirte que sí digo quíen es la que falta en la isla de las mujeres de mi historia, en la última palabra de mi relato, es mi abuela. Y concretamente pensaba en mi abuela materna, recordando los momentos en los que pasamos juntas ella, mi madre, mi hija y yo, las 4 generaciones.
Un saludo
Pues sí es cierto y además en mi comentario aludo a la a abuela. Vaya cabeza tengo que no sé a qué me refería ahora. Bonito homenaje seguro que está muy orgullosa donde esté.
Gracias Lorenzo,
Tranquilo, son cosas que suelen pasar…lo de que se vaya la cabeza.
Un beso
Sencillo y emotivo. Dices mucho con muy poco.
suerte y saludos
Gracias Anna por tu comentario.
Un saludo
Muy emotivo y biográfico, vamos que este mes nos ha salido a las dos la vena tierna. Como ya te dije, yo también atesoro una fotografía, solo una de mi abuela, mi madre, mi hija y yo. Bonito recuerdo.
Gracias Mel por dejarme el comentario.
Sí, este mes me salió la vena tierna y nostálgica, y eso que tuve alguna otra idea para el tema del mes que descarté.
Un beso
Qué importante es una isla así (lazos que nos hacen más fuertes, seguras…, pero sobre todo queridas) y qué lástima que no pueda durar mucho.
Una isla redonda, como tu relato.
Un abrazooo
Gracias Amparo por tu comentario.
Sí, es una pena que ese círculo de 4 generaciones no suele durar mucho, aunque es una suerte poder tenerlo aunque sea breve. (Que hay quien no pueda disfrutarlo).
Un abrazo
No cabe la menor duda que las mujeres de muchas familias tienen ese instinto de grupo, esa confabulación de mujeres con la misma sangre y los mismos fines, que se reúnen periódicamente. Las abuelas mueren pero dejan detrás un puñado de vida.
Gracias Javier por tu comentario.
Un saludo
A pesar de la tristeza de la ausencia, inevitable por el paso del tiempo, me gusta en tu micro ese contraste que nos haces ver con la idea de la celebración cuando incluyes los pasteles y las velas. La vida debe continuar. Siempre tendremos los recuerdos.
Suerte y saludos.
Gracias Rafa,
Como dices, la vida debe continuar, así que hay que seguir con la rutina del día a día a pesar de las ausencias.
Un abrazo
Blanca, las abuelas siempre estarán presentes. Precioso micro.
Felicidades.
Muchas gracias María por tu comentario.
Sí, las abuelas siempre son especiales.
Un abrazo