85. Cuento de hadas
No le importa ser solo un juguete sexual, una marioneta en sus manos. No tiene corazón donde quepan ni el odio ni el amor. Representa su papel; cada vez que vuelve le dice que la quiere, que no puede vivir sin ella, que le agradece todo lo que ha hecho por él. La mentira es el eje de su vida, desde que vino a este mundo ha sido así. Por fortuna Gepetto ya había fallecido cuando el Hada Azul decidió que no iba a ser su nariz lo que creciera con cada embuste.
Lo primero, ¡Qué alegría volver a leerte por aquí, Brother!
Y lo segundo, con un espectacular micro, superoriginal, en el que tomando el cuento de Pinocho (el rey de las mentiras) le das una vuelta de tuerca y nos dejas una historia redonda y un final sublime, con ese plus tan difícil de hacer de sugerir sin decir, para que ese final nos estalle a los que te leemos en nuestra cabeza.
Qué bien que hayas vuelto a escribir y… ¡de qué manera! No dimitas nunca.
Un relatazo. Me ha encantado.
Abrazo bético, Brother.
Coincido en todo con Pablo.
Qué bien leerte por esta casa, se ve que el ENTCuentro te ha despertado el gusanillo.
Y menudo pedazo de micro, con tan pocas palabras y tan certeras que no hacen falta más para visualizar toda la historia que hay detrás.
Enhorabuena, 3M, un besazo enorme y no te digo suerte porque no la vas a necesitar.
Vaya con el hada madrina, con lo buena gente que parecía al aplicar su magia. Quién iba a decir que haría de un jovencito «una marioneta en sus manos», aprovechando y fomentando, además, la propensión a la mentira del muchacho.
Un relato que, con ironía y humor bien dirigidos, muestra a las claras que las apariencias pueden engañar y, más claro todavía, que «los cuentos de hadas» son mentira.
Un abrazo y suerte, Manuel
Y un alegrón leerte de nuevo por aquí.
El relato solo es pequeño en palabras. Ocurrente y picarón.
Un saludo, tocayo. Muy bueno e inspirador tu micro. A ver hasta dónde llega la mentira…