110. CUENTO DE VERANO
Yo había visto muchas escenas de película en que el chico besa a la chica aprovechando una tormenta. Están por el campo, estalla el cielo en tromba y corren a buscar donde meterse. Siempre encuentran una gruta o una cabaña abandonada, y la chica cae en sus brazos, aprovechado la laxitud del encontrarse a salvo mientras afuera las furias se enseñorean del mundo. Pero a mí con Paquita no me pasaba. Paseábamos, salíamos de merienda, nos sentábamos a hablar de nuestras ciudades respectivas, pero no caía ni una maldita gota. Yo miraba al cielo y me hacía ilusiones en cuanto unos cúmulos se aborregaban un poco y tomaban cierto tono oscuro. Pero, al poco el aire los deshacía en guedejas que se desparramaban como vilanos por el cielo inmenso. Ese verano no hubo ni una sola tormenta. Ni los más viejos recordaban cosa parecida. Así es que se acercaba septiembre y ya me veía, de regreso a las clases, con la nostalgia de lo no vivido pesándome en el alma. Menos mal que, el último domingo, pusieron en el cine “El hombre tranquilo” y la escena del aguacero nos pilló guarecidos muy al fondo del patio de butacas.
Tierno, bonito, original, bien contado, redondo…. solo te puedo dar la enhorabuena. Mucha suerte 🙂
Muy descriptivo y peliculero tu micro, me hizo gracia cuando dices que miraba al cielo buscando algún nubarrón que anunciase la tormenta perfecta para la ocasiòn, jejej,pero la final tuvo su recompensa, aunque no fuera tan al aire libre.
Me gustó.
Un abrazo.
La fila de los mancos ofrece más garantías que el variable clima.
Espléndido relato.
Un abrazo.
Tienes razón. Donde esté el cine, que se quite la naturaleza, faltaría más.
Un cuento costumbrista que nos evoca tiempos pasados de cine y timideces varias. Muy bueno.
Gracias por vuestros comentarios. El relato surge de una cosa que me ha hecho gracia simpre, y es que en toda escena culminante de un apelícula llueva.
Si lo llegas a postear antes te hubiera sugerido que lo enviaras a un concurso de relatos con el cine como protagonista (del blog Raíces de Papel). Pero creo que ya terminó el plazo.
Que tengas suerte en este 🙂
Te agradezco la información. Ya pasó el plazo, pero siempre está bien conocer un blog de literatura. Gracias por tus buenos deseos.
Lastima que esperase al ultimo domingo.
Pudo haber disfrutado d un verano pasado por agua.
Saludos.
Sí, Virtudes, pero seguro que no lo recordaba tanto. Los deseos cumplidos no producen recuerdos (ni relatos) intensos. ¿O no?
Me ha gustado mucho, Antonio. Si es que los besos de película son los mejores…
Es que la ocasión se presenta siempre cuando uno menos se lo espera…
Me encanta el relato y me encanta la película. Saludos.
ANTONIO, bonito y nosstalgico tu cuento; ademas de bien contado. Suerte y saludos
Gracias por vuestros comentarios. Dice un amigo mío que el cine nos ha hecho mucho daño, porque en las películas la chica nunca decía que no. Sobre cómo lo viven los más jóvenes, no sé tendré que preguntar a mis hijos…
Ohhhh, me encantón Antonio y además al final, llegó lo inevitable y si no fue en una cueva al abrigo de las rocas fue en el cine que siempre descubre inocencias jajaja.
Abrazos y suerte
Yo creo que no tuvo mala suerte con ese peliculón y con esa escena de colores mágicos bajo la lluvia. ¡Cómo la agarra John Wayne! Parece una coreografía. No sé si ellos llegarán a protagonizar una escena 《homérica》, pero se lo merecen.
Y te digo como Esperanza: anímate a participar en rl concurso Arvikis – Dragonfly de Raíces de Papel.
Suerte y saludos.
Gracias, Rara, corro a ver de qué va el Arvikis, etc.
¿Esto no deja corregir… «Rafa»? (perdón)
Ay, Rafa (ahora sí) que el concurso de Arviikis terminaba el 16 de marzo… Para otro año será.
Relato con final feliz como en las películas jeje.
Enhorabuena de nuevo. Felicidades. A disfrutarlo 🙂
Enhorabuena Antonio! Gran relato!
Felicidades, Antonio, ya estás en el libro. Tierno cuento de los amores juveniles.
Gracias, amigos, por estas enhorabuenas. Yo me acabo de enterar ahora, precisamente hoy que recibí el ejemplar de ENTC de este año.