90. CUENTOS Y MÁS CUENTOS
El abuelo, que siempre había sido como mudo, un buen día comenzó a contar historias en las comidas. ¿Sabéis que en un día como este…? era su entradilla, y aunque al cabo de un tiempo ya las conocíamos todas, nunca le interrumpíamos. Nos encantaba escucharle, a pesar de que sus relatos eran tan fantásticos que sabíamos que eran fruto de una mente desbaratada por la edad.
A Julia le gustaba el de los días de calima, cuando nos contaba que había visto salir de entre los alcornocales a un ciervo enorme y blanco como la nieve, que tras mirarle, se elevó sobre sus patas traseras como un caballo y partió por donde había venido.
A mi me encantaba el de los días de tormenta, cuando según él, tras caer un rayo a veinte metros de sus pies, encontró en el hoyo que este dejó en el campo de tabaco, a una preciosa niña: Nuestra madre.
Muchos años después, decidí pedir una excedencia en la Universidad de Oxford para cuidar de mamá junto a Julia.
Cuando la bañaba por primera vez, mi hermana esperó en silencio hasta que fuera yo misma la que descubriera que mamá no tenía ombligo.
Que bonito descubrimiento, tanto como el relato. Saludos.
Agradecido por descubrirlo.
Besos
Qué historia más bonita. A medida que la lees te va abrazando y al final se queda contigo para siempre. Mucha suerte
Querido juan Antonio, jamás había recibido un comentario tan agradable como este tuyo.
Muy agradecido. Mis abrazos
Tras leer tu relato, sólo espero que llegue la noche para ver de nuevo BIG FISH.
Bueno, bonito, y con un precioso final.
Un saludo.
Gracias Modes, espero disfrutes Big Fish
Besos
Qué final tan original, me ha gustado este cuento de cuentos. Un beso
Si Concha, un cuento de cuentos.
Gracias y besos
Precioso
Gracias Arantza.
Besos
Javier, muy buen relato. Normalmente, este tipo de apariciones acompañan a dioses y poderes, tu protagonista también era una diosa con el poder más grande, el de ser una buena madre. Abrazos.
Gracias Salvador, una buena apreciación.
Abrazos
Gracias Ana.
Muchos besos
Bello relato. Rebosa del encanto que da la tradición oral que vuela de boca en boca.
Abrazos.
javier, ideal relato para contar como hacia el abuelo; tiene algo que permance una vez leido. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda, me gusta eso de la permanencia una vez leído.
Besos
Bonito y tierno relato. Hay que hacer mas caso de los ancianos. En otro tiempo y otras culturas eran los que gobernaban
Este abuelo además de sabio era un elegido.
Saludos.
Gracias, Virtudes, sí que era un elegido.
Besos
Otra vez yo. Pero es que quiero agregar que es un relato tan bello.
Felicidades.
Gracias María, muy agradable tu comentario.
Besos
Me ha gustado el relato de principio a fin, pero me había quedado con aquello de «una cabeza desbaratada por la edad» y resulta que al final, la cabeza del abuelo no estaba tan desbaratada como suponíamos al principio. Enhorabuena Javier. Un abrazo.
Muchas gracias Juancho, me gusta tu comentario.
Abrazos
Muy bueno, me ha gustado mucho los cuentos del abuelo y se le coge cariño rápido.
Muy bueno, me han gustado mucho los cuentos del abuelo y se le coge cariño rápido.
Gracias, Lorenzo, por coger cariño al abuelo.
Abrazos