65. Cuestión de gustos (Javier Puchades)
Mi negocio ha cambiado, pero he sabido adaptarme a los tiempos. Todo se reduce a una atención personalizada con cada cliente. Debo decidir cómo estará más elegante, si con una camisa oscura o clara. Qué traje será el correcto, si el pantalón le irá bien y hará juego con la chaqueta. Qué zapatos serán los más adecuados, marrones o negros. O si la corbata debe ser azul o fucsia. Saber escoger bien cada detalle es muy importante.
En ocasiones, surgen problemas, como por ejemplo hoy, que ha ocurrido algo inusual. Acompañando a D. Mariano, estaban presentes su mujer y su amante. Ambas querían imponer su criterio. Se han vivido momentos de tensión. Faltándose al respeto, casi han llegado a las manos. Al final, han logrado un acuerdo. Para que no hubiese lugar a dudas, lo han plasmado por escrito. Luego, han dejado el documento sobre mi mesa. Para cumplir lo pactado me he dirigido al almacén a recoger la indumentaria elegida. A continuación, he entrado en el vestidor donde me esperaba D. Mariano. Entonces, lo he ataviado con pulcritud y esmero. Al acabar, he cerrado con cuidado, de nuevo, la tapa de su ataúd.
Enhorabuena por este relato que te lleva a un terreno al cual no esperas llegar, muy sorprendente y bien dirigido. Y esa ironía de la mujer y la amante cobra coherencia al final de la historia. Mucha suerte. Bea.
Hola, Beatriz, muchísimas gracias por tu comentario.
Besos.
La atención personalizada es algo importante. Todo el que vende un producto, sea el que sea, debe intentar dar al cliente lo que pide y, cuando no lo pide, lo que otros piden por él. Al principio, la confluencia de mujer y amante resultaba una situación curiosa, un tanto surrealista también, un elemento entre cómico y de tensión, pero no hacía pensar en el final, algo presente desde el principio, por otra parte, pero que has sabido esconder muy bien hasta el momento propicio, lo cual no es fácil.
Es posible que estas dos mujeres que hasta ese momento fueron rivales, acaben por ser amigas pese a todo, al fin y al cabo tuvieron algo importante en común, se puede decir, en honor al título, que un mismo gusto: Don Mariano.
Una historia de buen humor negro.
Un abrazo, Javier. Suerte.
Hola, Ángel, muchísimas gracias por tus acertadas palabras.
Un abrazo enorme.
Hay que tener muy buen gusto y sentido de la elegancia para hilar tan bien un relato, Javier. Nos vas desgranando con tus letras de una manera magistral el buen hacer de tu protagonista, sin descubrirnos hasta el final a qué se dedica y quienes son sus clientes.
Enhorabuena, por tu excelente relato. Te deseo muchísima suerte. Hace mucho que la mereces, aunque ya sabes que esto es solo una «cuestión de gustos».
Besos muy muy apretados.
Hola, Pilar, muchísimas gracias por tus apreciadas palabras.
Muchos besos.