CUNCA 2024 R2 E8
MIGUEL ÁNGEL CEJUDO
Los participantes aquí señalados tendrán que publicar en el espacio reservado a los comentarios de esta entrada del blog, un relato INÉDITO de un máximo de 105 palabras (título no incluido) antes de las 20 HORAS (hora local española) del JUEVES 14 DE NOVIEMBRE cumpliendo las siguientes condiciones.
CONDICIÓN 1
El relato tiene que inspirarse en la idea «PERDIDOS EN EL CAMINO», pudiéndose interpretar de cualquier modo, pero que sea evidente en el relato.
CONDICIÓN 2
El relato tiene que incluir 3 PALABRAS extraídas de esta «sopa de letras» teniendo en cuenta que…
…las palabras elegidas deben tener tres letras como mínimo.
…cualquiera de estas tres palabras puede aparecer en el relato o en el título.
…las tres palabras no pueden tener un origen común o ser derivadas (si se usa “MANOS” no se podrá usar “MANO” )
…las tres palabras aparecerán en el relato en mayúsculas para su mejor identificación (por ejemplo, si la palabra fuera “MANO” aparecerá del siguiente modo: “… agarraba con fuerza el lápiz en la MANO derecha…”
No cumplir estas condiciones supone la descalificación.
Una vez publicado no habrá posibilidad de corregir ni reeditar.
Tras la publicación de los tres relatos se activará en esta misma entrada el enlace a un formulario para la Votación Popular que permanecerá abierto hasta el VIERNES 15 DE NOVIEMBRE a las 20 horas. Solo se admitirán los votos de los participantes en esta Cunca.
El resultado de este encuentro se hará público en una entrada general de la sección ENoTiCias.
Estelas en la mar
La ambulancia llega demasiado tarde. ANA está tumbada en ese infecto callejón, rodeada de jeringuillas, latas de cerveza vacías y cucarachas.
Sus padres nunca encontrarán una sola RAZÓN que justifique este dramático final; ellos intentaron DAR el mejor ejemplo para que su hija escogiera siempre el camino correcto, pero todo se torció durante una primavera oscura. Quizás fuera rebeldía de juventud, o ansias de aquella libertad que incita a probar lo desconocido.
Ana siguió una senda que nunca debió pisar y donde no dejará más huellas.
Perdido
El CURA del pueblo siempre pone una limosna en la mano tendida, en otra una caricia, en aquella mirada infantil una sonrisa, en unas palabras dichas con dolor escucha y en sus sermones dominicales paz. Hasta que llega a aquel lugar aquella mujer de RISA pícara, escote pronunciado y falda demasiado CORTA que turba sus días con oscuros pensamientos y dudas; y es que nadie ni lo sabe ni lo sospecha, tal y como prometió a su madre ya muerta: él siempre quiso ser una mujer, como lo es ella.