69. De vuelta al laberinto.
Toda Creta se hallaba en alerta tras conocer la noticia de que el Minotauro había escapado del laberinto y campaba a sus anchas, sembrando el terror en todos y cada uno de los rincones de la isla. El joven Artenipo, de fornido torso y poderosa espada, acudió a su encuentro en un desesperado intento de poner fin a la terrible masacre que la abominable bestia estaba provocando. Artenipo, encomendándose a los Olímpicos, pidió que le dieran fuerzas para acometer con éxito la hazaña de derrotar al Minotauro y, sin causarle la muerte, devolverlo al enmarañado lugar donde la locura cobra forma de interminable y tortuoso camino. Tras desencadenarse una feroz batalla en la que Artenipo llegó a temer seriamente por su vida, logró asestar un certero golpe que dio con el cuerpo de aquel monstruoso ser en la árida tierra a los pies del monte Ida. Desde la cima, envuelta en nubes, Zeus le insufló el vigor suficiente para poder arrastrar al Minotauro hasta la mismísima puerta del laberinto y de un formidable mandoble enviar los huesos de la alimaña al más oscuro rincón de aquel lugar de pesadilla.
Rafael, esta titanica lucha, igual que otras, consigue sus reditos; nos lo explicas con bellas y claras imagenes. Suerte y saludos
Rafael, el texto está genial para iniciar la lectura de los mitos. Las imágenes son perfectas, parece que uno está ahí, observándolo todo. Felicidades!
yo lo veo, lo leo, como una metáfora: el minotauro está en nosotros mismos.
Usando a los Clásicos, has construido otro.
No sé sí hay dobles lecturas.
No me importa.
He disfrutado sin necesidad de ello.
Abrazo y enhorabuena.
Pues al margen de el marco mítico, la redacción es sencillamente impecable. Perfecta voz en off pra cualquier inicio de película del género. Mucha suerte 🙂
Muy bien narrado. Suerte.