06. DEPREDADOR (PURIFICACIÓN RODRÍGUEZ DÍAZ)
Te tumbas sobre la fresca hierba de un campo remoto y fijas tu mirada en el horizonte más cercano. Descubres, entre la minúscula maleza del barbecho, a miles de seres increíbles que buscan alimento, que husmean rastros de congéneres, que vigilan a su prole en la distancia y que adivinan los peligros mucho antes que tú.
Son diminutos pero casi con tus mismos genes, y saber que te pareces tanto a la mosca del vinagre no te resulta precisamente alentador. Decides pensarlo un rato y, entonces, toda tu vanidad y tu soberbia se vienen abajo de repente.
Un microcosmos de prehistóricos insectos te rodea, pero tú, indiferente a su belleza y aburrido de tus negras reflexiones, te levantas y caminas irritado pisando la blanda tierra con saña.
Y vuelves a ser el gran depredador que alza la mirada al infinito mientras va destruyendo toda esa magia con sus pies.
Me gusta mucho, Purificación, ese carácter de denuncia que tiene tu relato. Está muy bien dosificada la información que aportas, a lo largo del texto, hasta resolver con esa frase final, tan lapidaria y tan terrible. Te felicito.
Un abrazo.
Muchas gracias, María José. Me alegro de que te haya gustado mi cuentito que, como bien apuntas, no tiene nada de amable ficción. Un beso.
Purificación, tu atinado cuento dice mucho sobre comportamiento no adecuado, aunque calle bastante sobre él. Suerte y saludos
Una reflexión sobre la magia de la vida y la naturaleza. Nuestra vanidad, tienes razón, no nos deja ver lo insignificantes que somos; polvo con aire de grandeza. Me ha encantado, Purificación. Abrazos y suerte.
Muchas gracias, Calamanda y Salvador, por vuestros cariñosos comentarios. Un abrazo, amigos.
Y luego que venga diciendo que no mata ni una mosca ese gigantón depredador… 🙂
No se puede negar que el mundo de los insectos es mágico, ni que has reflejado muy bien nuestra soberbia indiferencia ante aquello que despreciamos desde el desconocimiento. Me ha gustado Purificación…
Bsss!!
¡Qué bonito! Y qué bien reflejas esa vanidad humana, una vanidad que además es destructiva y piensa que no necesita todo lo que destruye.
A ver si nos damos cuenta y paramos a tiempo. La tierra es mucho más bella si todos podemos caminar sin miedo sobre ella.
¡FELIZ NAVIDAD Y FELIZ 2018!