81. DESEO (Ana Tomás García)
Empezó a descargar agua sobre la ciudad cuando salían de comprar cervezas. Corrieron bajo los soportales de piedra resguardándose de la lluvia y aún así llegaron empapados a casa de ella donde guardarían las provisiones para la fiesta.
-Bueno, nos vemos esta noche.
-No puedes irte así, sube, te prestaré un paraguas…
-No… Mejor me voy.
Él titubea, se enfrenta a la situación temida, ansiada. Su respiración le ahoga bajo el tronar de la tormenta. Ella le pega un tirón de la chaqueta.
-Vamos, sube. Te daré ropa seca.
No debe, pero se deja llevar. Los relámpagos se cuelan por los vanos de las ventanas y mientras se despoja de la camiseta. Deja su torso desnudo, se despeina. Ella se acerca y le da una sudadera. Se miran serios, no hablan. La situación es incómoda, tensa. Hay una foto de ella con otro, pero está difusa; azota con furia la impaciencia. Ella sabe lo que él piensa; sabe que no es justo, pero le desea. Se acerca, rompiendo el cerco de la prudencia. Cierran los ojos, se besan. Caen rendidos, y ahora empapan con miles de gotas, sobre el suelo del salón, la silenciosa alfombra persa.
La tormenta no ha sido una casualidad, como nada lo es. El aguacero propicia el encuentro deseado y temido, porque saben que una vez se produzca ya no habrá marcha atrás. Las circunstancias no les permiten tener una relación libre, ahí está el rostro difuso de otro hombre que les observa desde un retrato. Al final todo se abandona y vence la pasión, quizá también el amor. Igual que saben que va a salir el sol, las consecuencias también llegarán, pero eso será después.
Una lectura muy grata, con un último y extenso párrafo muy descriptivo, en el que laten tensión y pasión.
Suerte y un saludo
Gracias Ángel, has hecho un análisis tan preciso que no hay nada más que añadir. Me alegra que te haya resultado grato. Saludos.
Ana, el análisis de Ángel es tan preciso que me sumo a él. Simplemente añadir que les espera un futuro incierto, dejarlo en un día de lluvioso de pasión o dar un golpe de timón a sus vidas. Me ha gustado mucho. Abrazos.
That´s the question, lo difícil será tomar después una decisión. Gracias Salvador, celebro que te haya gustado. Un abrazo.
Me ha gustado mucho!!! suerte.
Gracias Jose Luis, me alegra que te haya gustado. Saludos.
Ana, esa historia de amor, que parece retenida, ha tomado forma; tu, con sutileza, nos dejas imaginar un final para ellos. Bien descrita la situacion. Suerte y saludos
Seguramente. Estas situaciones son tan complicadas… Lo mejor es que disfruten del momento. Gracias Ana, un saludo.
La verdad es que tienen varios caminos, lo difícil será escoger… Gracias Calamanda, un saludo.
No es fácil decidirse por un camino en este tipo de encrucijadas. Y siempre se tiene el temor de equivocarse. De momento que les quiten lo bailao,no creo que la alfombra persa acabe por delatarles.
Mucha suerte y besos, Ana.
Muchas gracias Juancho. Sí, lo mejor será que bailen en ese momento, que mañana será otro día. Un abrazo.
Me gusta mucho cómo tu historia nos ha situado en esa multitud de dos. La escena bonita, sugerente. Mucha suerte. 🙂
Gracias Juan Antonio, este mes me apetecía contar algo sencillo. Un abrazo.
Definitivamente la culminación de un deseo anunciado. Me gusta como lo cuenta con ese suspenso que, aunque se intuye el final, genera algo de ansiedad en el lector. Muy bueno Ana Tomás, suerte.
Saludos.
Muchas gracias Beto, el deseo siempre genera tensión y ansiedad, objetivos que perseguía lograr. Un saludo.
Hola, Ana.
Aunque se llega a intuir el final es precioso y era lo que les tocaba.
Precioso micro.
Mucha suerte y felicidades por tu forma de ver la tormenta.
Besos.
Muchas gracias Towanda, besicos.
No se lo que les deparará el futuro.
Pero una vez cruzado el Rubicon, ya sólo queda encomendarse al Diablo y vencer o morir en el intento.
Que se quemen, que vivan cada instante como si fuese el último de sus vidas, que sólo tienen ésta.
Y si la relación fracasa…Siempre les quedará el recuerdo de la primera tormenta y una alfombra calada..
Y será para siempre.
Un besazo.
Claro que sí Modes, la vida es una encrucijada y hay que elegir un camino, y los caminos están sembrados de rosas llenas de espinas… Jajaja, un beso para tí también.
Tras esa tensión de la atracción mutua la rendición de la pasión. Muy buen relato Ana. Un beso
Gracias Concha, otro beso para ti.
Desde el mismo título nos has abocado al maremoto del amor. Mucha suerte, Ana.
Muchas gracias Lorenzo, un saludo.
Ana, es precioso. Romántico a tope y muy visual. Me ha encantado. ¡Mucha suerte!
Gracias Montse, me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
Ay, como me gustan estas alfombras persas, guau, un micro muy sexi. Hay veces que alguien se lleva por sus instintos y tus protagonistas son unos de ellos. Buen micro. Un beso, Sotirios.
Gracias Sotirios, un beso también para tí.
Pues estupendo,Ana. A tus protagonistas se les intuye desde el principio.
Y desde que he empezado a leer tu relato, he deseado de que llegara este final.
Mañana… mañana será otro día.
Besos
La vida es efímera por lo tanto carpe diem. Besos también para ti.
Se desató la tormenta de la pasión. Muy bien narrado. Reflejas muy bien los sentimientos de él, la indecisión, la presencia de ese otro en la foto, quizás un amigo porque dice «no es justo»… y esa «silenciosa alfombra persa» es el testigo de esa traición (?)
Me gusta mucho.
Suerte. Un abrazo
Gracias Anna, me alegra que te haya gustado. Un abrazo para ti también.