60. Deseo incumplido
Año tras año la bicicleta encabezaba mi lista de peticiones a los Reyes Magos, al igual que la de mis cuatro hermanos.
Pero no sé si era porque mi caligrafía no era lo suficiente clara, si sería porque las existencias del ansiado vehículo de dos ruedas se habrían agotado o es que sus Majestades no lo veían como un regalo adecuado, pero el caso es es que jamás aparecía al lado del árbol.
Su lugar lo solían ocupar cuadernos, lápices de colores, los libros exigidos por la escuela e incluso una vez, unos hermosos patines de cuatro ruedas.
Los cinco hermanos tuvimos que esperar 18 años para observar como como una preciosa bicicleta roja, ocupaba el lugar privilegiado al lado del Belen para alegrar la mañana de Reyes a la benjamina de la casa.
Reflejas la escena de muchos hogares y niños, donde la tan ansiada y deseada bici, nunca aparecía.
Suerte
Sí, la verdad es que jamás apareció y por eso yo nunca aprendí a montar en bicicleta.
Quizás por ello en cuánto pude se la regale a mis hijos pero ellos nunca le prestaron interés y no quisieron seguir probando cuando les quitamos los ruedines.
¡Qué paradoja!
Gloria, bonita historia, y comun. Cuantas ilusiones cumpliamos sobre ella. Suerte y saludos
Lo malo era cuando seguía siendo un sueño porque solo lo veías cumplidos en los otros niños.
Pero sólo ahora te das cuenta los esfuerzos tan inmensos que hacían algunos padres para que hubiera algún regalo, aunque fuera modesto bajo el árbol.
Unos padres que nos daban todo lo que podían y que si algo faltaba era porque no se llegaba. Estas historias se cuentan a los chavales de ahora y les resultan difíciles de creer, porque aquel era otro mundo, a años luz del actual, ya no voy a entrar si mejor o peor. Yo tuve más suerte, me cayó una bicicleta heredada; mientras los otros niños tenían flamantes BH, yo iba con una antigualla marca Orbea, con los frenos de varilla, pero no me importaba, era un toque de distinción, nunca me ha importado ser un poco diferente de la generalidad.
Un abrazo y suerte
Qué suertudo. Yo, ahora que soy madre me doy cuenta de los sacrificios inmensos que hizo mi pobre madre para que pudiéramos tener algún regalo aunque fuera muy modesto. Nunca se lo agradeceré bastante.
Precioso relato Gloria. Que algunos lo hemos vivido en carnes propias. Los padres hacían hasta donde alcanzaba su economía.
Me gustó. Suerte.
Ton.
Sí, en esos tiempos, como por desgracia ocurre hoy en muchos hogares sumidos en la pobreza o simplemente en economías de pura subsistencia, todo lo que se saliera de lo imprescindible suponía un gran esfuerzo y muchas veces era un imposible.
Yo creo que sufrían los padres más por no poder proporcionarnos nuestros ansiados regalos que nosotros mismos, pues finalmente acabábamos conformándonos y jugando felizmente con lo que recibíamos.
Qué suertudo. Yo, ahora que soy madre me doy cuenta de los sacrificios inmensos que hizo mi pobre madre para que pudiéramos tener algún regalo aunque fuera muy modesto. Nunca se lo agradeceré bastante.
Me alegro que te haya gustado. Perdona Ana he duplicado el comentario de Angel sin darme cuenta. Besos. Gloria
Tarde reconocemos los esfuerzos de quienes nos dieron todo para subsistir, cuando la vida nos puso en ese lugar nos tocó a nosotros, gracias a la época que fue diferente algunos pudimos hacerlo y ellos también lo entendieron.
Hermoso relato, gracias por los recuerdos…
Un abrazo y suerte.
Por lo que veo este objeto de dos ruedas no sólo me hace sentir a mí esos sentimientos. Otros muchos ven reflejados esas mismas vivencias en sus vidas y reconocen los esfuerzos de sus mayores al igual que yo, Moli. Gracias por tus comentarios. Un abrazo. Gloria
por esa cosa de que los reyes eran los padres, y no tenian posibles, a mi la bici me llegó bien tarde. Todavía hoy me acuerdo como me enfadaba con los reyes y me duele pensar como se sentirían mis padres por no poder alegrarme.
Abrazos por tu evocador relato.
Gracias Javier. Ay que ver lo injustos que éramos con ellos. Con lo que hubieran dado para que tuviéramos todo aquello que deseábamos. Muchas gracias por leerme y comentar. Un abrazo. Gloria
Gloria, buen reflejo de la importancia que le dábamos antaño a los pequeños deseos que recibíamos como auténticos acontecimientos. Por suerte, hoy en día, en la mayoría de los casos, estos deseos pueden ser cumplidos, aunque ya no se valoran tanto. Abrazos y feliz verano.
Tienes razón Salvador hoy en casi todos los hogares se suelen cumplir esos sueños pero los niños apenas no los valoran ya que no son conscientes de lo que cuesta hacerlo. Gracias por tus comentarios. Besos. Gloria
Qué estampa más real y cercana, Gloria. Enhorabuena por traer de forma tan sencilla un retazo de tiempo.
Suerte.
Gracias Izaskun. Me alegro que te haya parecido bien. Por desgracia es una realidad no sólo en mi vida sino también en otros casos, más abundantes de lo que quisiéramos. Un abrazo. Gloria