68. DESHUMANOIDES
“Sabremos cada vez menos qué es un ser humano”
“Las intermitencias de la muerte” de José Saramago
La sociedad se hiperespecializó y se llenó de la tecnología más sofisticada.
Los pueblos habían desaparecido en su totalidad, salvo algunos que pasaron a ser parques temáticos y las ciudades supervivientes se dividieron en sectores. El barrio de las “Barbies y Kents”, con sus tiendas megasupercarísimas, oficinas de lujo, chalets de revista…. En la otra cara de la moneda, al sur de la ciudad, frente a la opulencia del norte, vivía gente con defectos físicos (los mentales no eran visibles con facilidad), obesos, cojos, calvos, gafotas…, todos ellos con dificultades económicas.
Había una zona de transición donde se mezclaban, a veces solo para prestar servicios. Y una guardia controladora de que los guetos se mantuvieran impolutos. Proliferaron los engaños y los espías volvieron a triunfar.
Ella, recién operada, tuerta de pecho, mutilada, no quería salir del barrio norte dónde estaba integrada. Pero era conocido que en los hospitales había pseudomédicos que iban buscando personas con taras y fue delatada.
Nunca había imaginado que vivir entre gente “imperfecta” pudiera convertirla en un verdadero ser humano.
Distopía que, por desgracia, tiene fuertes tintes de realismo: esperemos no llegar a ese extremo. En cualquier caso, después de esas descripciones tan pesimistas, me gusta el punto final, expresión de que la perfección (el dinero tampoco) no da la felicidad.
Mucha suerte y un abrazo, Encarna.
Gracias Ana. Triste realidad del postureo y la perfección, aunque esté en forma de distopía. Un abrazo
Siempre ha sido un poco así, pero cada vez más las ciudades se están convirtiendo en guetos, islas desiguales. Posiblemente, en las zonas más desfavorecidas haya una mayor humanidad.
Un relato original, con la supuesta imperfección que, paradojas de la existencia, es menos imperfecta que su aparente contrario.
Un abrazo y suerte, Encarna
Muchas gracias Ángel. Así es, aunque en mi micro está exagerado, hay mucho postureo y rechazo en la sociedad de las personas que no siguen los cánones impuestos. Lo malo es que nos arrastra a todos. Un abrazo 🤗
Encarna, hay un capítulo en Black Mirror que plantea algo parecido: la protagonista quiere vivir en un barrio al que solo pueden acceder personas con muchos «likes» y con buena nota. Creo que la pobre acaba fatal, de tanto intentar ser perfecta. Mucho mejor el desenlace de tu micro, pues los seres humanos somos, por definición, imperfectos. Yo también vivo en ese barrio.
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias Rosalía. Ay, qué buenas historias en Black Mirror, aunque hace mucho que no veo ningún capítulo. Un abrazo 🤗
Me ha gustado la expresión de “tuerta de un pecho”.
Cuando estuve en Lima vi estos mismos contrastes que describes: casas con garitas, alambradas, y guardias de seguridad
Vigilandolas. Nuestra sociedad deriva a eso, ahora hablamos de distopía, algún día será la normalidad.
Buena composición.
Esperemos que no lleguemos a eso, aunque algunos países ya hayan llegado.
Muchas gracias Rosa por tu comentario. Un abrazo 🤗
Menuda distopía inquietante, Encarna. La protagonista que trata de pasar desapercibida es delatada, y descubre que está viva entre aquellos a los que antes ignoraba. Muy bueno. Suerte y un fuerte abrazo
Muchas gracias por tu comentario Jesús.
Una distopía en pocas palabras es dificil. Pero creo que se entiende e invita a la reflexión.
Un abrazote 🤗