Lo habitual en todas las casas. Y cuando algún energúmeno no lo acepta …. pues pasa lo que pasa.
Nos has descubierto, Aurora, un inmenso archipiélago de mujeres.
Un abrazo.
Pues no estoy de acuerdo con Rafa, debajo de la cama mando yo.
No hay que ir a ningún sitio de España, esto es regla general, sin excepciones.
Un beso Aurora
Hola, Epi y Rafa. Efectivamente, el enfoque no era en plan euskaldun, creo que esto es una verdad universal. La idea del título, Matriarcado, no se me ocurrió pensando en ningún sitio en concreto, aunque es cierto que es Euskadi se da y mucho, pero mira, mi abuela (nacida en el s. XIX) era andaluza de Linares y desde luego, su voz era ley. Casi ná.
Pues debo de ser de otro mundo, porque yo no mando ni en mis sueños.
Me parece que me voy a ir a llorar bajo un olmo, o mejor un sauce.(llorón)
Un abrazo.
Desafiante relato. Para los que creemos que imponerse sobre otra persona es igual de absurdo que dejarse imponer resulta hasta provocador. Pero desde luego, tengo que aplaudir cómo lo has materializado con tan poco. Mucha suerte :).
Vaya, me estaba pareciendo que no terminaba de entenderse el asunto… y este comentario tuyo me lo confirma.
No se trata de ganar en mando, sino en espacio. El fondo del asunto no es solamente quién manda, sino dónde y porqué lo hace.
Es cierto que el feudo femenino ha sido tradicionalmente el hogar, aunque la casa (como continente) fuese del marido. Más adelante la hipoteca a medias -aunque en muchos casos fuese lo único a medias-.
Y más recientemente la realidad de muchísimas mujeres es que «En mi casa mando yo» simplemente porque la casa es mía y solo mía. Es decir, que no hay nadie más.
Como suelen decir en esta pagina, si tienes que explicarlo, es que algo no has hecho bien. Seguiré intentado el mes que viene.
Me gusta más cuando se dice que en algunas casas la mujer es quien administra (no como un eufemismo) que para esos asuntos algunos hombres somos torpes. Mandar implica imposición y control. Corto y contundente micro, suerte.
Saludos.
Bueno a mi me parece un tópico más de tanto como tenemos.
Además en el relato, si te das cuenta, no se dice si quien habla es hombre o mujer. Se habla de su abuela, de su madre, pero quien lo cuenta podría haber roto la tradición familiar y ser un hijo varón.
En fin de lo que no cabe duda es de que has contado mucho en tan solo 21 palabritas (esas he contado creo)
Feicidades
Pues a mí lo que me ha llamado la atención es que la primera casa era del abuelo aunque mandara la abuela, pero la de los padres ya es de ambos y la suya, de ella, es solo suya.
Es un relato muy breve y casi parece una declaración de principios, pero esconde una historia de cambio social. Que las mujeres siempre han mandado en la casa está claro, era un reducto donde se le podía consentir que gobernase. Pero a lo largo del tiempo ha dejado de mandar en los dominios de otro para tener su propio espacio. Así se entiende también el título «Despacio (los cambios sociales son lentos)… más espacio (la mujer ha conseguido su propia isla)».
Ya me dirás si voy errada.
Por otro lado está muy bien escrito, con las pistas justas para que se entienda pero que no sea demasiado evidente.
Suerte y besos
No Anna. No vas errada. Lo has clavado. Yo no lo hubiera explicado mejor (de hecho, no lo he hecho, porque lo he explicado un poco más arriba, pero tú lo has hecho mucho mejor).
Hola, Aurora. En realidad podría ser tanto una mujer como un hombre, no lo específicas. El caso es que, hombre o mujer, todos encontremos nuestro espacio sobre el cual gobernar.
Me ha gustado, es muy cortito, pero da para mucho.
Un beso.
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Matriarcado euskaldun que le llaman a esto….jajajjaja
Pues me alegro de que me digas eso, Arantza, porque el título inicial era precisamente ese: Matriarcado, pero luego me lo pensé mejor.
Gracias, guapa. Abrazo.
Lo habitual en todas las casas. Y cuando algún energúmeno no lo acepta …. pues pasa lo que pasa.
Nos has descubierto, Aurora, un inmenso archipiélago de mujeres.
Un abrazo.
Pues no estoy de acuerdo con Rafa, debajo de la cama mando yo.
No hay que ir a ningún sitio de España, esto es regla general, sin excepciones.
Un beso Aurora
Hola, Epi y Rafa. Efectivamente, el enfoque no era en plan euskaldun, creo que esto es una verdad universal. La idea del título, Matriarcado, no se me ocurrió pensando en ningún sitio en concreto, aunque es cierto que es Euskadi se da y mucho, pero mira, mi abuela (nacida en el s. XIX) era andaluza de Linares y desde luego, su voz era ley. Casi ná.
Cambié el título por un tema evolutivo.
Abrazos, chicos.
Pues debo de ser de otro mundo, porque yo no mando ni en mis sueños.
Me parece que me voy a ir a llorar bajo un olmo, o mejor un sauce.(llorón)
Un abrazo.
Bueeeeno, pues yo te «mando» un beso, para que no llores, primor!!
Abrazo, además de beso.
Mandar no es bueno.
Jo, Daniel, pero es peor que te manden, no? Además, como dice mi madre «para saber mandar, primero hay que saber hacer…».
Hale, pa otro debate.
Abrazo.
Pues cuando lo leas, me cuentas. Te va a gustar, verás.
Abrazo
Jajaja, en mi casa mando yo (desde que me separé)…
Triste realidad pero a veces muy necesaria.
Me encantó. Un abrazo mucha suerte.
Gracias, Moli. Aquí quedo, pa lo que mandes!!
Abrazo.
Y en algunas casas ya hay algunos que llevamos la sartén por el mango… Y la escoba, y la fregona…
Shhhhhh, no hables de mangos, Lorenzo, que este mes anda la peña muuuuu revuelta… mucha playuki calurosa y mucha mar de fondo… 🙂
Abrazo.
Desafiante relato. Para los que creemos que imponerse sobre otra persona es igual de absurdo que dejarse imponer resulta hasta provocador. Pero desde luego, tengo que aplaudir cómo lo has materializado con tan poco. Mucha suerte :).
Vaya, me estaba pareciendo que no terminaba de entenderse el asunto… y este comentario tuyo me lo confirma.
No se trata de ganar en mando, sino en espacio. El fondo del asunto no es solamente quién manda, sino dónde y porqué lo hace.
Es cierto que el feudo femenino ha sido tradicionalmente el hogar, aunque la casa (como continente) fuese del marido. Más adelante la hipoteca a medias -aunque en muchos casos fuese lo único a medias-.
Y más recientemente la realidad de muchísimas mujeres es que «En mi casa mando yo» simplemente porque la casa es mía y solo mía. Es decir, que no hay nadie más.
Como suelen decir en esta pagina, si tienes que explicarlo, es que algo no has hecho bien. Seguiré intentado el mes que viene.
Abrazo.
Me gusta más cuando se dice que en algunas casas la mujer es quien administra (no como un eufemismo) que para esos asuntos algunos hombres somos torpes. Mandar implica imposición y control. Corto y contundente micro, suerte.
Saludos.
Bueno a mi me parece un tópico más de tanto como tenemos.
Además en el relato, si te das cuenta, no se dice si quien habla es hombre o mujer. Se habla de su abuela, de su madre, pero quien lo cuenta podría haber roto la tradición familiar y ser un hijo varón.
En fin de lo que no cabe duda es de que has contado mucho en tan solo 21 palabritas (esas he contado creo)
Feicidades
Pues a mí lo que me ha llamado la atención es que la primera casa era del abuelo aunque mandara la abuela, pero la de los padres ya es de ambos y la suya, de ella, es solo suya.
Es un relato muy breve y casi parece una declaración de principios, pero esconde una historia de cambio social. Que las mujeres siempre han mandado en la casa está claro, era un reducto donde se le podía consentir que gobernase. Pero a lo largo del tiempo ha dejado de mandar en los dominios de otro para tener su propio espacio. Así se entiende también el título «Despacio (los cambios sociales son lentos)… más espacio (la mujer ha conseguido su propia isla)».
Ya me dirás si voy errada.
Por otro lado está muy bien escrito, con las pistas justas para que se entienda pero que no sea demasiado evidente.
Suerte y besos
No Anna. No vas errada. Lo has clavado. Yo no lo hubiera explicado mejor (de hecho, no lo he hecho, porque lo he explicado un poco más arriba, pero tú lo has hecho mucho mejor).
Abrazo.
Hola, Aurora. En realidad podría ser tanto una mujer como un hombre, no lo específicas. El caso es que, hombre o mujer, todos encontremos nuestro espacio sobre el cual gobernar.
Me ha gustado, es muy cortito, pero da para mucho.
Un beso.
¡En mi casa también! Jajaja! Me ha encantado. Gracias por esa joyita! Jajaja!
Etxecoandreak.Musuak
Etxekoandreak, efectivamente, amas de casa en su más amplia concepción. Deduzco por tus besos que te ha gustado.
Abrazo.
Yo,Tarzan.
Yo, rey de la jungla.
Hasta que llegó Jane…
Aurora, de corazón, mola estar soltero.
Aurora, de corazón, mola tu relato.