35. Despertar
La luz se apagaría en un instante y esos enormes ojos azules se zambullirían en un universo lechoso, arropado de pestañas. ¿Qué hacer para regresar? ¿Cómo conseguir retornar y tener el privilegio de ver amanecer sus transparentes pupilas inundadas en hambriento sueño? Sólo esperar la salida le producía estupor.
Abandonado en un lecho, áspero como un sudario, inmóvil, casi inerte, imaginaba despertar una y otra vez después de sentirse observado por una extraña presencia. Exangüe, se arrastraba por nebulosas estancias deshabitadas, en busca de esos ojos que le perseguían y a la vez necesitaba. Escuchaba su llanto y sus pasos, deseaba correr y escapar de las pesadillas que asaltaban sus sueños.
Escuchó el pitido una vez más, como tantas veces antes, pero en esta ocasión pudo despertar. Respiró. Tumbado, rodeado de instrumentos y cables comenzó a recordar… Sintió frío primero, después miedo y por último soledad. Trató de hablar pero no pudo articular palabra alguna. Intentó gritar pero en su garganta enraizaba un endurecido tubo que encadenaba su voz. Quería comprender pero no lo consiguió hasta que escuchó su risa, vio el cristalino océano en su rostro y sus brazos extendidos diciendo… Papá.
Me gustó mucho, tierno y esperanzadora visión de lo que sienten pacientes en ese trance.Metáforas bien logradas como
«vio el cristalino océano en su rostro».
Suerte!
Saludos.
Muchas gracias, Macarena. Me alegra que te haya gustado. Muchas veces una palabra agradable recompensa el esfuerzo.
Un saludo y suerte también para ti.
Luis, bonita historia. suerte y saludos
Muchas gracias por tus amables palabras.
Un saludo y suerte también para ti.
Hola Ana, muchas gracias por comentar siempre mis historias. Espero que este año pueda presentar mas relatos.
Un saludo y suerte también para ti.
Un relato que se nota trabajado. A mí me lleva también a pensar en ese último paso. Una historia triste pero que creo has barnizado con un montón de bonitas figuras que señalan hacia la esperanza. Mucha suerte 🙂
Muchas gracias por tan amables palabras. Seguiré trabajando para seguir avanzando. Como ya te dije, el tuyo «chapeau». Un abrazo y suerte, que siempre hace falta.
Hola, Luiscar.
Hacía tiempo que no te veía y noto que sigues en plena forma.
Abrazos.
Muchas gracias, eres muy amable. Como sabes escribo a tiempo parcial y eso se nota, no como otras que parecen tocadas por las musas. Espero que te vaya muy bien en la entrega de premios. Estaré al tanto, pero mientras a ver con qué nos sorprendes este trimestre.
Un beso y mucha suerte.
Bine Luis a por todas, a ver qué pasa, los que mueren o pasan deteminados trances van uniéndose en otros mundos. Unas cosa solo, no veo ninguno de los veros que debían usarse en el texto o me he perdido yo???
Un saludo abrazos y suerte.
Muchas gracias, Manuel por tus amables palabras. Creo que si buscar encontrarás la frase de marras. Ya sabes el dicho «Quien busca…»
Un abrazo y muchas gracias.
Ando mal de tiempo, pero en cuanto pueda paso por tu relato a dejarte mi comentario.
LuisCar
Luis, precioso y poético despertar, no hay nada como el amor de los tuyos para aferrarse a la vida. Muy bueno. Abrazos y mucha suerte.
Muchas gracias, Salvador, por tus comentarios. Estoy de acuerdo contigo, el amor de los tuyos es la gasolina que da vida.
Un abrazo
LuisCar
Describir un despertar así debe de ser muy difícil y tú lo has conseguido con mucha naturalidad. Suerte.
Muchas gracias, Lorenzo. No te niego que unas cuantas páginas se fueron directamente a la papelera. Pero bueno, esto salió y reconozco que al menos me satisfizo el resultado.
Muchas gracias y un abrazo
LuisCar
Es un relato que me ha costado mucho entender, sobre todo los dos primeros párrafos. No sé cuál es la focalización en el primer párrafo, y eso me hace perderme. Por lo demás, un relato muy poético. Un abrazo.
Muchas gracias por el comentario, a veces es muy difícil exponer con palabras lo que uno quiere, por eso mismo se agradecen las críticas.
Un abrazo