01. Desvelos (Jesús Garabato)
Algunos años atrás
—Es un niño, lo que su mujer siempre deseó. Mire estas mejillas tan sonrosadas. Parece un ángel del Señor. Cuando se despierte podrá ver también el brillo de sus ojos. ¡Son preciosos! Además, ha nacido sanísimo. Por favor, aguarde aquí un momentito; le traeré la documentación ya firmada. ¿Está contento?
—Sí, muy feliz. Muchas gracias por todo, Sor María. Y que Dios la bendiga.
Jesús, me gusta mucho tu relato. Es conciso, preciso. El lenguaje es impecable.
Nos manipulas hasta que la mención a Sor María nos coloca en la verdadera situación y entonces completamos solitos el resto de la historia.
Por hacer un apunte en otra dirección, creo que el micro ganaría más si cabe, si su comprensión no se limitara a los lectores familiarizados (desgraciadamente) con el tema de los niños robados y el papel que jugó Sor María. Quizás, solo quizás, un par de líneas más serían suficientes para que llegase a más lectores.
Un abrazo desde Valencia
Hola, Cecilia. Te agradezco mucho tu lectura y la sugerencia que me haces. Estoy de acuerdo con lo que sugieres pero creo que «dar una explicación» en un texto tan corto (originalmente aún lo era más) quedaría poco natural. Gracias de nuevo. Un beso desde A Coruña.
Por desgracia, nadie vuelve de ese lugar al que todos iremos, si es que existe. De ser así, sería muy interesante saber que espacio se le ha asignado en el mismo a la tristemente célebre Sor María, ese instrumento del destino, intermediaria que arrancaba a las criaturas de sus verdaderos padres para asignárselas o otros. No sería menos interesante conocer la justificación para esta atrocidad en sus rezos, quizá fuese que el dinero recibido iba a parar a beneficio de la comunidad religiosa, o vaya usted a saber. «Desvelos» lo de Sor María, si le quedaba alguna conciencia. «Desvelos» los de los padres naturales, ante las sospechas fundadas. «Desvelos» los de los padres adoptivos, ante el temor de que se descubriese la ilegalidad.
Un relato basado en hecho reales, con un desenlace final que sorprende y todo ello envuelto en una acertada brevedad.
Un abrazo, Jesús. Suerte
Muchas gracias, Ángel, por tu siempre atenta lectura y por tus más que amables palabras. Yo añadiría, a la lista de desvelos, el ser capaz de arrancar el maldito velo, desvelándose lo que ha permanecido oculto. Gracias, de nuevo. Un abrazo.
Las situaciones reales, por desgracia, acostumbran a ser más crueles e injustas que toda la literatura escrita, y este triste capítulo de nuestra historia reciente no es una excepción. Tú, no necesitas demasiadas palabras para mostrárnoslo a la perfección.
Jesús, UN ABRAZO ESPECIAL Y MÁS FUERTE QUE NUNCA, para que lo repartas con quien ya sabes.
SUERTE.
Muchas gracias, Ton, por pasarte y por tus buenos deseos. UN abrazo.
Desde la foto de una sábana blanca impoluta nos llevas a lo más oscuro… ¡gran relato!
Muchas gracias por tu lectura y amables palabras. Dominique. Saludos.
Jesús, has sido muy conciso en pocas líneas para mostrar una dura realidad. Suerte y saludos
Muchas gracias, Calamanda, por leer y por dejarme tus palabras amables. Saludos.
Hola, Jesús. Esta trama a mí me tocó el corazón. No puedo entender que el dinero corrompa a las personas hasta el punto de traficar con la inocencia y el amor. Es de esos temas que te duelen en lo más profundo del alma. Lo has expuesto con tu naturalidad y destreza habitual.
Un relato para no olvidar. Mi más sincera felicitación, amigo.
Besos.
Muchas gracias por pasarte a .leer y regalarme tus amables palabras. Un saludo, María José.
Terrible lo que narras y más aún que esté basado en hechos absolutamente reales. Te felicito, Jesús, por tu habilidad para tratar ciertos temas escabrosos o dolorosos con belleza narrativa. Eres todo un maestro.
Besos.
Hola, María José. Muchas gracias por leer y por dejarme tus animosas palabras. Besos.
Hola, JESÚS. Has jugado magistralmente con ambas acepciones de «Desvelos»: quitarle el velo a algo, revelarlo (en este caso, la cara del bebé que, papeles o no, no es adoptado limpiamente, menos con el consentimiento de la mujer que lo trajo al mundo) y la falta de sueño o no poder conciliar el sueño (imagino que las monjas con el posterior cargo de conciencia, y aún más la parturienta, por el destino de su bebé). Hay que ver cuánto y cuán desgarrador se puede contar, y con tan poco…
Te felicito.
Besos,
Mariángeles
Caray, Mariángeles. Muchas gracias por tus palabras y por leerme. UN abrazo.
Tráfico de niños en nombre de Dios, y con el dinero como estímulo terrenal. Una infamia cercana en nuestro pensamiento que nos tendría que producir desvelos a toda la sociedad. Muy interesante, me ha gustado mucho, Jesús. Un abrazo y feliz verano.
Muchas gracias, Salvador, por tus deseos, lectura y palabras amables. Un abrazo.
Espeluznante, por todo lo que ese nombre nos trae a la cabeza.
Me gusta, sí, señor.
Abrazos veraniegos.
Abrazos también para ti y muchas gracias por leer y regalarme tus palabras. Saludos.
¡Qué terrible y cuánto no dices en tan escasas letras! Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias por leer y comentar, Nani. Besos de vuelta desde A Coruña.
Desvelos!!
Y lo leo, y está muy bien escrito, y se agradece, y pienso que la historia desvela el misterio al final, pero, ¿y los otros desvelos?
El «desvelo» de una monja por buscar unos buenos padres para esos niños de madres solteras o no deseados????
El «desvelo» por ocultar pruebas de adopciones ilegales.
El desvelo de algunos papeles que demuestran dichas adopciones ilegales…
Jesús, muy buen relato!! Me gusta.
Muy interesante y muy bien contado!!
Un abrazooo.
Muchas gracias por leer y comentar, Petra. Pretendía, por medio de un fragmento de diálogo -puede que poco natural- y en el que casi se trata al niño como a un objeto al que poder comprar «a la carta», jugar con las diversas acepciones de desvelar, «incluso» con la de descubrirse algo que estaba oculto. Saludos.
Jesús, conciso pero con las palabras justas y adecuadas das en toda la diana de la sábana blanca que se oscurece recordando aquellos hechos.
Suerte
Te agradezco mucho tu lectura y tus palabras amables, Blanca. Saludos.