Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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35. Día uno

Mi existencia había consistido en una sucesión de momentos placenteros dentro de un mundo inalterable. No necesitaba nada porque todo lo que era necesario lo tenía a mi alcance. El ritmo de mi vida tenía una cadencia lenta, suave y dulce. No había alteraciones de ningún tipo, tan solo mi normal crecimiento que me convertía poco a poco más fuerte. Era como flotar en la mas absoluta de las felicidades. Paz y amor conjugándose en perfecta armonía.

De repente todo cambió. Irrumpieron estrés, impaciencia, temor, agonía, sufrimiento. Todas estas sensaciones me llegaban primero lejanas, después algunas de ellas las pude sentir en mi cuerpo. Una manos me agarraron de la cabeza y tiraron de mí. Intenté hacerme fuerte, esconderme en el que había sido mi hogar, pero no pude ofrecer resistencia, el poder de esas garras era inmenso, me arrastraban hacia una luz insoportable que me cegaba. Grité con todas mi fuerzas, pero fue inútil. El frio recorrió mi piel sin piedad. Me vi rodeado de unos seres verdes que me aterrorizaron y me alejaron del rincón que había habitado. Todo concluyó cuando cortaron el vinculo que me unía a mi confortable universo.

3 Responses

  1. Rosa Gómez Gómez

    !Otro parto! Pero es increíble las perspectivas que pueden tener un mismo acontecimiento.
    Estoy segura que si los bebés hablaran hubieran expresado los mismos sentimientos de tu relato. Los “seres verdes” fueron capaces de despistarme en una primera lectura, hasta el desenlace, muy bien llevado.

  2. Ángel Saiz Mora

    Seres ajenos y extraños, de otro mundo, complejo, peligroso y caótico, arrancan a una criatura de su entorno, que era mucho más placentero, el único que ha conocido y en el que todas las necesidades están resueltas. Esos seres, poderosos e.implacables en comparación, superiores en todo, serían comparables a unos hipotéticos extraterrestres, a los que solemos imaginar m!s avanzados, verdes e inquietantes.
    Un saludo y suerte, Emilio.

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