76. Días nublados (Blanca Oteiza)
Tengo miedo de las siluetas que se perfilan frente a mis ojos y no logro ya reconocerlas. Tengo miedo de que las sombras sean cada vez más alargadas. La voz de mi hijo me susurra, en un intento de tranquilizarme, pero mi angustia crece imaginando monstruos en la oscuridad. Estoy cansada de las visitas continúas al hospital, de los médicos que ya no saben qué responder y de las tinieblas que me rodean.
Mi hijo me coge fuerte la mano, me anima a que siga caminando. Me presentan a mi nuevo amigo labrador, los ojos que verán en esta niebla espesa que me abraza sin piedad desde hace un tiempo.
Perder el sentido de la vista ha de ser como asomarse a un abismo. El ser humano tiene mucha capacidad de adaptación, pero el vértigo, en este caso, podemos imaginarlo como algo inevitable y terrorífico.
Ayuda médica, cariño familiar y un animal fiel y adiestrado serán los pilares en los que tu protagonista sustentará su nueva vida. Hasta que ese momento sea asimilado habrá de superar mucha angustia, que has descrito muy bien, pues nos pone en su piel.
Un abrazo y suerte, Blanca
Muchas gracias Ángel por tu comentario.
Creo que tiene que ser muy angustioso perder la vista, y es lo que he querido reflejar en mi relato.
Un abrazo
Hacía tiempo que no venía por aquí y me he llevado una grata sorpresa encontrándote. Es genial que hayas vuelto.
Siempre he pensado que no ver sería algo difícil de asumir sobre todo cuando has podido recrear tu mirada en tantas cosas bellas. La naturaleza en todo su esplendor y, sobre todo, las emociones en los rostros de quienes te rodean. A veces da igual si son conocidos o desconocidos porque siempre te llevas algo que suele contribuir a tu crecimiento.
Pienso también que la voz también transmite mucho y, a veces, eres capaz de saber cómo se encuentra la persona que te habla aunque no la veas, pero, debe ser muy difícil vivir una existencia repleta de obstáculos sin color. Un abrazo Blanca.
Muchas gracias Mercedes por tus palabras. De todos los sentidos, yo creo que la vista es el más importante, seguido del oído.
Un abrazo grande