DIC13. LA NOCHE DE LA REINA, de Montaña Campón Pérez
Cada cinco de enero la abuela ritualizaba un piscolabis para los Magos: turrón del duro, tres copitas de jerez, y agua para los camellos. Tan insignes invitados apenas comían un bocado de turrón, apuraban el jerez y derramaban el agua. Fueron infalibles siempre, nos dejaban los regalos pretendidos y a la abuela… un poco piripi.
¡Qué bueno!! Me voy a la cama con una sonrisa!!
Gracias, yo también me reí recordando a la abuela. Un abrazo
Que bueno, así lo recordamos muchos,me ha gustado. Nuria.
¡Esa abuela, y esos magos con tan buen gusto¡
Dulce y alegre, cómo debe ser.
Suerte y saludos.
Muy bueno, Montaña. Muchos padres y abuelos acabarían piripis esa mágica noche jeje
Un abrazo.
Un cuentito muy lindo. Me sacó una sonrisa ese final.
Un saludo
Os agradezco a todos vuestra atención… y vuestra sonrisa. Un abrazo.
jajajajaaj buen micro, con este por lo menos me he reído.
Gracias Rosy, por las palabras y las risas. Habrá que beberse un jerez a la salud de las abuelas…
Hace poco usé la palabra piripi y alguien se desternilló de risa. Me ha encantado el uso que has hecho de ella con la abuela, jajajaj.
Muy tierno y amable, me ha recordado a la mía que también se ponía piripi y le salían unos coloretes de Heidi con sólo una copita. Gracias por los buenos recuerdos.
Ja ja ja ja, gracias Ana, gracias Eva. Si a la vejez no le echamos humor, pues vamos listos. Un abrazo
Me has hecho sonreir porque esa imagen la hemos vivido en muchas casas, incluso he sido la que se ha ido piripi a la cama, jajajaja, para que mis hijos vieran que la copita que había rellenado se había vaciado.
Besicos muchos.
Me alegro, casa encendida, que te guste mi pequeño homenaje a las personas que mantienen la ilusión de estas fechas. Sé que a mucha gente no les agrada, unos por haber perdido familiares queridos, otros por considerarla comercial y vacía. Pero yo pondré mi trocito de turrón, mi agua y si no tengo jerez, mi anisete, y contemplaré las caritas de mis hijos cuando reciban los regalos de sus majestades, que ahora dice Ratzinger que no existieron, pero yo sigo creyendo a mi abuela. Un abrazo
Me he reído y mucho, gracias Montaña. Saludo
Gracias Ramón, aprovecho para romper una lanza a favor de la literatura humorística muchas veces denostada. Un abrazo
jeje, simpático relato. Aquellas abuelas de la «Quina Santa Catalina», qué buenos tiempos de hambre y miseria.
Montaña, qué preciosidad y qué nostalgia. La palabra «piripi» me ha encantado porque se dice mucho en mi tierra y el recuerdo de mi abuela me ha acariciado como una pluma. Un beso.
Me ha encantado tu cuento tan optimista en este mes que llevamos de tristuras y de malos rollos. En pocas palabras has recreado una escena que más o menos parecida hemos vivido muchos, lo de dejar algo para los Reyes y los camellos, y la ilusión que hacía comprobar que la copa estaba vacía, ja,ja. En mi casa no había abuela pero se la bebían igual. Por cierto, hace poco escribí una historia también con la palabra «piripi». Hay que reivindicar esas palabras viejas tan expresivas.
Montaña, me ha encantado. Me has llevado a mi niñez y te confieso, sigo sin ser yo la que monta el piscolabis para los Reyes, yo me voy a dormir como mis hijos y a esperar los regalos. No hay como ser niño , ja, ja.. Un fuerte besazo, compañera.
Felicidades, Montaña. No se puede contar más con menos palabras. No son fáciles de conseguir estos relatos que se expanden en la cabeza del lector y le llena de recuerdos. Enhorabuena, de verdad. Un abrazo.
Yo creo que sois vosotros que me leéis con buenos ojos. Gracias por vuestros comentarios, animan mucho a continuar y sobretodo a celebrar estas fiestas, que como veo a algunos sí que nos traen recuerdos maravillosos. Es pronto para desearnos unas buenas navidades pero… ¡Felices Fiestas!
Gracias Montaña por hacernos recordar, mi padre se ponía vino blanco fresquito y un platito de jamón y decía que el postre se lo comerían en otras casas.
Un abrazo
Nos lleva perfectamente a la niñez, es estupendo y nos deja una sonrisa. Muy bueno.
Gracias Epi y Eva, por vuestros comentarios y vuestros recuerdos. Un abrazo
Que bonito, a todos nos ha pasado algo parecido, la palabra pìripi me encanta, me recuerda a mi tia abuela Charo que era ciega la pobre y todas las navidades pedía su copita de anís, claro nos lo pedía a todos los sobrinos asi que la señora acababa diciendo tonterias y durmiendose en el sofá, y yo cuando era pequeña creía que estar piripi era echarse la siesta en el sofá… ja ja, me he reido mucho con tu cuento.
Pues brindemos por tu tía abuela y por todas las piripis de la Navidad. Un abrazo
Muy simpático y divertido, Montaña.
Suerte y Felices Fiestas.
Gracias Nicoleta, también te deseo lo mismo. Un abrazo fuerte.
Que bueno Y QUE ENVIDIA. Entran ganas de ponerse al lado de la abuela, para ayudarla con tan singular trabajo o para terminar como ella. Con un gesto tan sencillo, explica por qué no podemos perder la ilusión de la navidad.
Mucha Suerte y Besosss
Gracias Santiago por comentar. Eres un amor. Besos.
La imagen de la abuela que casi no prueba el turrón (esos dientes…), pero tomándose la licencia de ponerse piripi, es además de tierna muy real. Relato que explota en la cabeza del lector, haciendo que las pocas palabras que escribes, sugieran muchísimas imágenes, multiplicándose de manera exponencial. Me hizo reír, así que gracias.
J. Ariza. Desde Córdoba, apurando las sobras.
Gracias, esa era mi intención, echarnos unas risas. Tu ciudad me trae buenos recuerdos, y algún logro en mis aspiraciones relatistas, y eso que estuvimos enfrentadas por la capitalidad cultural 2016, soy de Cáceres. Al final, ganó San Sebastián, figújate. Felices fiestas.
figúrate, quise decir.
Simpático y evocador, me ha hecho sonreír esa abuela y eso Magos complices, jajaja.
Suerte
Besitos
Elysa, gracias por tu lectura y tus ánimos. Un abrazo
Que divertidas son las abuelas, un poco «piripis», cuando cuentan los inconfesables vicios de los padres de sus nietos. Pero la situación puede ser irreparable si sueltan la lengua hablando de sus nueras.
Por cierto, he avisado a JAMS, que la reunión en el café de la Glorieta de Bilbao, según la información oficial, es el 16 a las 19 horas. Si puedo acudiré a saludarte. Llevaré mi pelo blanco y mi obeso cuerpo.
Saludos.
No,es el 19 sobre las seis de la tarde. Procuraré estar. Un saludo