Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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DIC131. TRUEQUE, de Patricia Mejías

Por el suelo se desparramaron miniaturas metálicas: pequeños soldaditos, hadas, flores, calabazas; dijes y cuentas de collar…, todo aquello que tuviera retintín y refulgiera dentro de la caverna de la alcancía.
Aquel  sonido de la cáscara de arcilla contra el suelo,  le trajo recuerdos de la eclosión navideña de esa temporada: el plop de las piñatas, el reventar de los fuegos artificiales, el hervor del rompope antes de adornarse, como un hormiguero, con coronas de canela en polvo.  Mientras su bebé jugaba encima del nido de oropel, y su esposa recorría a gatas, con las uñas sangrantes por las aristas del latón,  en busca de los restos del ahorro navideño.
—Te dije que no eran necesarios a esa edad los juguetes —la zarandeó él— El dinero es para adultos. Y extendió la mano para recoger las últimas monedas dejadas por casualidad, en sus batidas diarias, en las oquedades del cerdito de barro.

19 Responses

  1. Sotirios.

    Patricia, la verdad estas fiestas tiene un gasto que no veas. Todos hacemos un sacrificio económico para que nuestros hijos lo pasen bien. Buen relato en mi opinión muy actual. Te deseo unas felices fiestas y próspero año nuevo, Sotirios.

    1. Don Sotirios, gracias por sus palabras y por pasarse por aquí en estas navidades. Muchas padres hacen sacrificios para sus hijos en navidad, cierto. Otros hacen su navidad a costa de sus hijos. Yo también le deseo muy felices fiestas, y vernos el próximo año en este sitio que ha procurado que conozca personas de su calibre y su talento, don Soti.

    1. Gracias Nieves por echarle un vistazo a mi texto; ese «cómo» que enfatizas me deja con un sentimiento de alivio al saber que funcionó trabajar la estructura y la perspectiva de manera diferente en esta ocasión.
      Felices fiestas y que nos veamos más el próximo año.

  2. Patricia.
    Un relato que encierra mucho sentimiento, revestido de un lenguaje muy tierno y bello, de comparaciones y símiles propias de tu país.
    Felices fiestas y que el 2013 sigas construyendo lindos relatos como el que como para este espacio ofreces.

    1. Gracias, Jorge, por darte la vuelta por aquí, mi compañero de terraza; espero no haber incurrido en muchos regionalismos porque sino me «jala el mecate», nuestro querido maestro de letras.
      Para ti, también muy felices fiestas y el deseo de que todos nosotros sigamos aquí construyendo historias.

  3. Muy bonito el tesoro de la cueva, muy bien contada la agridulce historia. Preciosa la evocación culinaria. mucha poesía en el conjunto. Un placer leerte. Un abrazo y felicidades.

  4. Gracias, Antonia. Captaste lo del tesoro, ese fue el cariz que quise darle a ese primer párrafo, y lo de la evocación culinaria, gracias por mencionarlo; me tomó mucho rato enlazarlo y construirlo hasta que quedó legible. Esto es como preparar «platos»: uno siempre quiere que alaben la sazón.

  5. Patricia, es que he leído tu cuento cuatro veces y no lo entiendo. Alguien rompe un cacharo que contiene juguetes. Al marido le trae recuerdo de cuando las piñatas. El bebé juega y la mujer anda a gatas buscando el ahorro navideño. La frase la dice el marido, regañando porque la mujer se ha gastado el dinero en regalos para el bebé. Las acotaciones están mal puestas y me despistan. El padre robaba los ahorros del pequeño.
    Uff me ha costado, la mujer ha roto el cerdito buscando el dinero para regalar al bebe y resulta que el marido se lo ha bebido. Pues eso, que me ha costado. Un beso, Patricia y que todo vaya bien en 2013.

    1. ¡4 veces, Ximens, y para llegar a una conclusión que no te supo a nada! Me pongo en ello, en lo de las acotaciones, para que brindar claridad al texto que de otra manera pierde toda su gracia. Para ti también muchos besos, y siempre es un gusto que me comentes.

  6. Litereitor

    No te asustes, que soy un duendecillo bueno. No pongo mi nombre por simple convencimiento largamente meditado. Me importa más lo que leas que «de quién»lo leas, en este caso.
    Sinceramente enhorabuena por tu trabajo, porque se transparenta tu esfuerzo. En primer lugar nos presentas una ambientación que ya de por sí anuncia un lenguaje ligeramente
    mágico, leve pero mágico, que nos conduce con ligereza hasta casi ya la mitad. Allí en su justa medida, cuidando de no alargarlo demasiado, añades un » Mientras…..» que aporta con acierto un último toque explicativo que precede a
    la única frase aseverativa que cruza el texto sin rasgarlo.
    Por último , cierras con una frase de aparente sencillez.Sencillez que es lo que hace de él, precisamente, un buen trabajo, pues, como en los cuadros, cuanto más se insiste en una pincelada , más perjudicada sale la obra.
    El pretender querer entender si es el marido, la mujer, el niño, el gato o el osito de peluche, quien entra o quien sale, quien rompe o no rompe la piñata, me parece «literalizar» la literatura, anulando completamente su única función. Acaso nos debemos poner a analizar lo que ocurre
    en los cuentos de Lewis Carroll? de Borges, tal vez?
    Alguien precisa «entender» lo bien escrito? Ese día sería el fin de la Literatura.
    Buen trabajo. y a mí me importa un bledo si tu piñata se rompe o nos se rompe o es del marido o de la abuela.Me quedo
    con todo menos con la historia. Estoy segura de que podrías haber hecho un buen relato con una campesina y un lobo feroz, por ejemplo.
    Soy así de borde, pero por vocación (he dicho «provocación»?)

    1. No, no me asusto duendecillo, es un gusto que pases aquí a comentar, y me recontragusta eso de que hasta me hubiera quedado bien lo de la historia de la campesina y el lobo feroz; no me desamima tu provocación final.
      Pero me parece que en lugar de un duendecillo, creo que por tus estilo, siento que deberías ser una duendecilla. La duendecilla provocación

  7. Litereitor

    Aurora, me persigues. Estoy empezando a preocuparme.
    he dicho que soy un duendecillo bueno. Además, a mí también me gusta el jamón. venga, porfa, no me trates mal

  8. Al jamón ni tocarlo. Coincido contigo, Lite, en la magía de la escritura. Pero además está muy claro aquí quien rompe qué, quien entra y quien sale.Y eso también es de buen escritor, y si además tiene imágenes y palabras tan preciosas como el nido de oropel, a mí, ya me ha conquistado por siempre jamás, y hasta el infinito y eso.
    Feliz año a todos: duendes, magas….

    1. Antonia, andas baja de proteínas navideñas, y ahora proteges la carne para ti solita, y ¡hasta los huesos para hacer caldo! Felices fiestas Antonia, y que está noche te des una buen atracón para que se te quite el antojo de esos jamones y pata morada.

  9. Muy visual la escena, Patricia. Se ve perfecto al niño, esa madre buscando lo que puede del ahorro navideño y a ese padre que la zaradea. Me gusta mucho como lo cuentas.

    Suerte, compañera.

    Besitos

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