DIC146. LA NAVIDAD EN UN SEGUNDO, de Juancho Plaza
¡…mil pesetas! ¡treinta y dos mil setecientos doce!¡….cuenta mil pesetas! ¡…! Con esta letanía se abrían mis Navidades. Tres largas horas tras las que mi padre no tardaba ni un segundo en blasfemar después de comprobar la lista de premios. Asumido que seguiríamos siendo pobres nos reuníamos los amigos para pedir el aguinaldo. Teníamos vecinos que siempre se mostraban generosos, no solo con caramelos y dulces navideños sino también con dinero. Terminado el recorrido y hecho el recuento no tardábamos ni un segundo en acercarnos al puesto de Marcelo a comprar petardos. Pasado el atracón de Nochebuena el siguiente escalón era el día de los inocentes. Tocar a los timbres de las puertas era una de nuestras bromas preferidas. Un segundo era el tiempo que invertíamos en desaparecer del lugar del crimen. Cuando vinieron a vernos unos amigos de mis padres con su hija, Marta, una niña de mi edad, me dijeron que le enseñara el Belén y ella se apañó para arrinconarme y susurrarme al oído cosas que jamás nadie me había dicho y, mientras sus manos se movían con destreza, yo no tardé ni un segundo en irme. Aquel año descubrí que los Reyes son los padres.
Juancho, viviste un antes y un despues; a partir de aquella navidad de niño. Suerte y Feliz Año. Un saludo.
Jajaja…. En la mayoría de lo que escribimos hay parte de nosotros. Este micro no es autobiográfico, aunque en alguna de sus partes si me reconozco. Muchas gracias por leerlo y que tengas un feliz 2013. Un abrazo y hasta pronto.
Jajajaj…. Se pasa volando. Muchas gracias Ana y que tengas un maravillo 2013. Un beso y hasta pronto.