DIC17. ADVIENTO Y VIGILIA, de María Estévez
La ropa blanca ondeaba al viento, y el sol iluminaba hasta las puntas de las sábanas, llenó todas y, otra, y otra. El griterío de los chicos en la cocina hizo que dejara el cesto de mimbre en la pileta. La leche humeaba y las galletas, que habían quedado demasiado tostadas llenaban las bocas de los niños. No habían pasado más que unos pocos años después de la gran contienda y aún escaseaba comida y la ropa era cosida una y otra vez por las mismas manos, que luego, secaba al aire, siempre esperando el amarillo ocre que aparecía por el horizonte. Unas cuadras más arriba la familia Ortiz se llenaba la boca con alfajores y mazapanes recién horneados por la Clarisas. Los jueves tocaba plancha. Buenos días señora, dijo la madre de los niños. Buenos días replicó la señora Ortiz. Hay una montaña más alta que un carrusel, de vestidos y de calzones de mis pequeños esperando en la habitación de planchado, le dijo. Mientras secaba la frente de sudor y espaciaba el agua sobre aquella ropa tan cara, observaba a sus seis chiquillos y una discreta sonrisa se escapaba de entre sus labios agrietados.
¡Bravo, como siempre! Necesarias estas historias para pensar en Navidad y encontrar los contrastes en nuestra vida. By the way! : Te eché de menos en los relatos del Millón.
Que seas feliz.
Gracias, muchas gracias por tu generosidad…
Que seas muy feliz también
Relato con un dejo de tristeza pero que al terminar de leerlo deja una buena sensación. Me ha gustado, suerte María.
Saludos.
Gracias Beto, muy amable
Saludos,
Este si sería un cuento tipo Dickens, has creado un ambiente perfecto para que así sea, y la sonrisa final, cuadra perfectamente. Aunque si me permites , yo diría que no le va eso a la familia Ortiz.( Aclaro ,Ortiz es mi segundo apellido) jejejeej
Ay qué casualidad, Begoña…
Gracias por comentar
Saludos
El distingo de clases pone de manifiesto que no todos celebran igual la Navidad, pero los niños son inocentes y no encuentran barreras afortunadamente. Saludos.
Gracias, Ana
Saludos.
Mária, en fechas Navideñas las desigualdades no desaparecen, y lo has reflejado de forma preciosa. Me ha gustado mucho. Saludos
Pues muchísimas gracias Salvador.
Saludos.
Un relato muy bien logrado. Me gusta un montón.
Besos
Me alegro que te haya gustado,María
Besos.
María, precioso tu relato, con un final dulce, los hijos nos dan muchas satisfacciones, ellos son los que nos empujan a seguir adelante.
Me ha gustado mucho.
Te mando un saludo.
María Elena
Gracias María Elena , eres muy amable
Saludos.
María, niño rico, niño pobre; es la vida y tú lo has contado dandole toques de naturalidad. Bonito y tierno tu cuento. Suerte y saludos. Felices fiestas
Gracias Calamanda…
Saludoys y felices fiestas también para ti.
María, me has colocado en medio de la cocina y mirando a mi alrededor he visto a tus personajes. Entrañable.
Un beso y felicidades
Gracias , qué bello comentario…
Otro beso.
María, es un relato precioso que rebosa sensibilidad y que nos enseña que no se es más feliz por poseer muchas cosas, sino por tener cerca el cariño de los tuyos.
Encantador.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu bello comentario, Belén
Un abrazo
Hola, María.
Puf, creo que la mamá va a vestir a los chiquillos con ropitas blancas. Fantástico cuento que, aunque empieza triste, se vislumbra una pequeña trampilla para el final.
Qué bonito, hija, qué bonito.
Felicidades y que tengas mucha suerte.
Besotes.
Muchas gracias Towanda, qué linda eres…
Besotes
Buen comienzo para una novela, de las que acaban en serie de televisión. Es el trabajo de una generación que se esforzó para sacarnos adelante. Seguro que hoy en día algún nieto de los Ortiz trabaja para algún hijo de la planchadora. Decía Eugenio Dors, siempre habrá ricos y pobres, lo importante es que no siempre sean los mismos. Me ha gustado mucho el relato. Es una pintura de Sorolla.
Feliz Navidad.
Pues muchísimas gracias Jesus, y me alegro que te haya gustado
Feliz Navidad parta ti también
Me gusta muchísimo, María, lo bien que cuentas la escena. Y el remate, optimista, tan necesario para los tiempos que nos toca ahora vivir.
Un abrazo.
Gracias Susana, me alegra que te haya gustado…
Un abrazo.