DIC25. ENTRE LA FE Y LA ESPERANZA, de Luz Hernández Baute
Yo no entendía porqué decían y repetían hasta la saciedad que aquel sería el año de las mujeres. Quizás por eso no me sorprendió que aquella navidad, de niño regordinto y desnudito, la figurita del pesebre se hubiera convertido en una minicenicienta tocada por la varita de algún hada invisible.
Mamá me sonrió y papá deshizo aquel belén.
Extraño micro, aunque la historia o cuento universal nos hace pensar en que fue niño, bien podría haber nacido niña ¿Cómo sería el mundo, si en vez de Jesús hubiera sido Jesusa?. Saludo Luz
Me gusta el enfoque feminista, sobre todo si tenemos en cuenta que son «ellas» casi siempre las que hacen los milagros.
Saludos
Interpreto que en esa casa existía tal machismo que la madre trató de reivindicar el año de las mujeres, poniendo una mujer en el lugar del niño Jesús, y el padre, colérico lo desbarató. Por supuesto, también puede contener un grito de rebeldía al machismo de la Iglesia. Creo que es el relato que más me ha gustado de este mes, pero no me hagas caso. Enhorabuena, me has hecho descifrar el mensaje, y eso es lo que yo interpreto.
Luz, provocativo relato. ¿Porqué la obsesión del año de las mujeres al inicio y el deshecho del belén al final? Me imagino algo de que el padre decide cambiar de sexo. O que todos los hombres del mundo deciden cambiar de sexo. O… que hubo una mutación en la especie humana…. o… que los padres quieren cambiar el sexo del niño…. Aveces lo que no se dice es más interesante que lo que se dice en efecto.
Un abrazo y Felices Fiestas.
Tu relato tiene muy pocas palabras, pero todo un universo de interpretaciones posibles. La mía, muy personal y seguro -lo digo por mi «currículum»- equivocada, va más enfocada a esa reivindicación MACHISTA (fíjate que pongo la palabra entera en mayúsculas), ya que vivimos aún hoy en día en una sociedad que lo es. Y eso se nota hasta en esos pequeños detalles.
En fin, que tienes una gran capacidad de síntesis, ya que consigues en pocas palabras, lo que algunos no conseguimos en varios tomos (hasta ilustrados). Enhorabuena.
J. Ariza. Desde Córdoba, en pocas palabras.
Yo abogo por el cambio, siempre que no le pongais Jesusa a la niña, ¡qué eso es nombre de abuela¡