DIC31. UN GOLPE A LA INFANCIA, de Javier Sánchez Campos
Días antes de Nochebuena, mi padre me presentó al espía que no sabía espiar con la misma devoción que mi madre me había presentado al escritor sin obra. Yo les pregunté por la relación de estos tipos con la Navidad. Rieron de manera nerviosa. Mi padre se retorció las manos hasta crujir sus dedos. Contestaron que todo tiene que ver con todo pero que nada con nada. Repliqué que no comprendía, que a mí sólo me importaba comer jamón y recibir mi coche teledirigido. Respondieron, esquivando mi comentario, que lo siguiente era presentarme al astrólogo ciego y al músico sordo, para que comprobara lo felices que eran. Les dije, enfurecido, que no me importaba ninguno de esos bichos raros, que se podían ir todos a tomar viento, que sólo quería jamón y juguetes. Cruzaron su mirada como viles estafadores y me castigaron sin Navidad.
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Muy simpatico, javier, en tu linea imaginativa y de humor absurdo tan ocurrente.
Simplemente no entiendo el titulo?? por que es un golpe a la infancia?? a mi me parece q el niño es precisamente el q no quiere jugar con la imaginacion, solo se centra en lo material…
Un abrazo
NACHO RUBIO
Gracias, Nacho, por tus palabras.
Respecto a tus preguntas, debo reconocer que mi relato es, desde ya, un completo fracaso debido a la incorrección en que ha sido escrito. Pretendía escribir un relato simpático con un trasfondo cruel, y no lo he logrado. Quizá el título debía haber sido «Crisis» o algo así. Confiaba en que el nerviosismo de los padres, la complicidad del que estafa… fuera suficiente para crear un ambiente donde los padres estaban allanando el camino ante la inevitable noticia de que la Navidad, este año era, o disfrutar de lo que no se tiene o estar castigado por egoísta. Quizá sirviera como modo de culpar niño de su falta de trabajo, quién sabe.
Dicho esto, muchas gracias por comentar y de abrirme los ojos ante un relato que, pese a que me gusta, mandaba con preocupación pensando que podía suceder lo que ha sucedido.
No vale la pena que nadie comente nada más, pues ya está todo dicho.
Abrazos y besos.
Pues creo que te equivocas, Javier. Tu relato refleja exactamente lo que dices querer reflejar. Mis felicitaciones.
Gracias, Ximens.
Encuentro el planteamiento inteligente. No hay más que ver las figuras que has creado( músico sordo….astrólogo ciego….escritor sin obra…espía que no sabía espiar….)la clásica estampa nihilista que entronca con un sutil humor negro. Qué es para un niño contrariado una persona mayor que le castiga? un vil estafador, como tú dices. Además… los niños no siempre son inocentes. Acertadísimo título (esos golpes a la infancia, dependiendo de en qué ámbitos «no-algodonosos» crece un niño, sale adelante o se tuerce. Mala edad.
Negro, pero humor, al fin y al cabo. saludos
Gracias, Litereitor, por comentar. Realmente, el espía que no espía o el músico sordo, pueden llegar a ser más felices que los que saben hacerlo. Un sueño no cumplido es siempre un sueño perfecto.
Pretendía, como dices, hacer culpables de todo a todos. El niño mimado que no no quiere entender la situación (quizá por la educación recibida, quién sabe) los padres consentidores…
Creo que atinas y me animan tus palabras. Un abrazo.
Creo Javier, que lo has relatado muy bien. Yo me he visto reflejado cuando mis padres manipulaban la realidad a su antojo y querían que viera blanco cuando era negro.
Si interesaba, este año carbón o dos soldaditos de goma blanda y pintados a mano ( tenía dos castellanos a caballo con sus lanzas, que descabalgaban, aunque iban con las piernas abiertas como Raúl y estaban todo el día con los duelos hasta que una vez que cayó uno de boca con el penacho de plumas, el otro por detrás…)
Tu eres muy joven y con 26 años debes de haber dominado a tus padres, pero yo con 60 he sufrido con las injusticias y además me quitaba las muelas y los dientes en casa cuando se cruzaba por los pasillos.
Un abrazo
Gracias, Espífisis por comentar. Entre unos y otros estáis haciendo que considere este relato como algo mejor de lo que en inicio pensaba.
Creo que más que dominar a mis padres, la cuestión es que los adultes se autodominen a sí mismos para no joderle la infancia a los niños.
Un abrazo y gracias de nuevo.
Javier, valla navidad de niño, inolvidable. Suerte, un saludo y felices fiestas.
Gracias, Calamanda, te deseo lo mismo. Un abrazo.
Yo creo que has logrado el trasfondo cruel que querías darle de manera impecable. Los padres que con rodeos tratan de comunicarle a su hijo la frustración próxima y el niño que se niega a ver y comprender. Además del mensaje final de que la felicidad no se encuentra en el jamón o en el coche, sino en algo más allá de lo material. Me gustó mucho. Cariños, Zoe
Gracias, Zoe, por el ánimo. Tú has logrado alegrarme la mañana. Un abrazo.
Javier, alucinada me he quedado con tus comentarios anteriores, a mi me parece un relato muy pero que muy inteligente, no me voy a extender lo explicais arriba todos muy bien, sólo destacar que me ha encantado, más en estos días extraños en ENTC lo del escritor sin obra, ya que otros hubiesen dicho sin premios. Y sí se puede ser muy feliz escribiendo y sin premios e incluso se puede triunfar como músico siemdo sordo y sino que se lo pregunten a Beethoven.
Muy amables tus palabras, María, de verdad, eres clara, y eso sí que se agradece en estos tiempos.
Pienso que el problema no es no tener premios, sino no escribir con el corazón. ¿Cuántos supuestos escritores pagan para que escriban por ellos? El inmenso Bolaño no fue reconocido hasta casi después de muerto, después de recorrer concursos menores, pero escribiendo con el alma. Creo que eso es la escritura y su actitud.
Un beso y gracias de nuevo.
Creo que es otro relato para considerar entre los elegidos, desde mi pobre punto de vista. Arrancas la lectura con una sonrisa en los labios. Para mí que narras la pobreza desde el punto de vista de un niño caprichoso, niño al fin. Quizás el título pueda mejorarse.
Niños, al fin. Quizá pueda mejorarse el título, quién sabe. Lo hecho, hecho está. Te gradezco tus palabras desde tu rico punto de vista.
Un abrazo.
Javier, tu relato es muy, muy original. Me gustan muchísimo estos padres de risas nerviosas y todo el absurdo de aquella situación. Los gestos, las esquívas, los personajes a que inventan por desesperación, lo ridículo, lo injusto, todo es muy original e interesante. Suerte.
Gracias por pasarte y dejar una reflexión tan interesante, Nicoleta. Realmente, esos padres pudieron inverntar esos personajes, pero vete a saber cuántos existen así por el mundo. Al final, son los mejores.
Un beso.
A mí, qué quieres que te diga, me ha gustado mucho el relato. Más allá de interpretaciones, de que en ese sentido esté más o menos logrado, de que hayas logrado transmitir al lector lo que realmente querías… bajo mi humilde y poco instruido punto de vista, es un buen relato. Y es que me encantan los relatos de humor. Y si ronda el absurdo, mejor. Por lo tanto ya me has ganado como lector. Sé que no es mucho, pero teniendo en cuenta que en realidad yo no sé leer, tiene su mérito.
J. Ariza. Desde Córdoba, sonriendo sin mover los labios.
Espero que no sea demasiado tarde para comentar tu micro. De alguna forma se me ha pasado, lo cual me apena, porque realmente ha merecido la pena leerlo. Muy bueno, teniendo en cuenta que este año los camellos de los Reyes también vienen cojeando y a lo mejor ni llegan (esta frase no es mía, por cierto). Me ha gustado mucho, es cierto que los «viles estafadores» tenían que apañárselas de alguna forma, pues toma. Muy logrado. Creo que dice sin decir, lo cual es talentoso por demás.