DIC76. ESPÍRITU DE NAVIDAD, de Alfred Comerma Prat
Como cada noche del mes de diciembre, encendió la calefacción al llegar a casa, sólo que esa noche en concreto, no respondió a sus requerimientos.
Se volvió a poner la chaqueta, el gorro, la bufanda y se dispuso a salir de casa.
En la calle se percató, que las farolas de alumbrado estaban a media luz y los escaparates de las tiendas a oscuras, la gente andaba apresurada y los coches ante la falta de semáforos se desgañitaban a bocinazos, atrapados en los cruces.
Vio una pareja de andar cansino, ella recostándose en él, en avanzado estado de gestación, en circunstancias normales, no les hubiera hecho el más mínimo caso, no solía perder el tiempo observando a sus congéneres.
Pero recordó esas caras, eran clientes de la sucursal bancaria, en la cual era el director, al no pagar sus cuotas de la hipoteca, tuvo que realizar los trámites para el desahucio, dada su eficacia lo resolvió rápidamente.
En esto sintió un pinchazo agudo, un dolor en el brazo, y una pérdida de conciencia que le dejo tumbado en el suelo.
Alfred, todos somos esclavos de las circunstancias. Buen relato con final inesperado. Un abrazo.
Muy bueno ese espíritu vengador, ya que los gobiernos no hacen nada al menos tenemos la literatura para desgañitarnos.
Y ni siquiera en esas circunstancias empatizó con la pareja.
La vida pone a cada uno en su lugar antes o después.
Un abrazo.
La justicia llegó de la mano del escritor, mucha suerte con el relato,Héctor