42. Dientecitos (Alfonso Carabias)
Un maullido interrumpe el silencio de la noche, despertando a Mateo de su sueño. Mientras se incorpora, el niño nota cómo Mittens, su gato, salta a la cama, seguido inmediatamente por Luca, el pequeño compsognathus.
Mateo se despereza y empieza a separarlos. Sus padres, alertados por el ruido, acuden a la habitación. —Mateo, tu madre y yo decidimos regalarte el viaje al Jurásico por tus buenas notas, pero me da que no fue una buena idea, y una mucho peor fue que te escaparas en plena visita y trajeras a escondidas dos huevos de dinosaurio.
— Lo sé, papá, pero ahora no podemos devolverlos. Sé que se pelean mucho, pero ya se llevan mejor — respondió Mateo. La conversación es interrumpida por el bramido de Braulio, el diplodocus, cuya cabeza aparece a través del agujero practicado en el suelo.
— ¿Y qué me dices del diplodocus? Ayer nos llegó la factura del ingeniero por el recálculo de la estructura — protesta su madre. No podemos seguir así»
—Lo siento mamá —responde el niño, cariacontecido, y ajeno a que que debajo de la cama, tras romper el cascarón, se asoma una cría de tiranosaurio, a la que aún no ha puesto nombre.
Ay, ojalá poder viajar al Jurásico y ver esos enormes lagartos en acción. Lo de traerlos ya no sé yo si me mola. Desde luego, al tiranosaurio no, que la puede liar parda.
Me encanta que hayas traído a los animales que ya no están aquí.
Un abrazo y suerte.
Si se meten dinosaurios en una casa desde luego que habría que hacer recálculos de la estructura del edificio, y lo caro que sería alimentarlos. En la mayoría de las historias de ciencia ficción lo de viajar en el tiempo suele tener consecuencias que tienden a lo desastroso, con la moraleja de cada cosa a su tiempo. En el caso de este muchacho, parece inevitable que va a cumplirse eso de «todo puede ir a peor».
Un abrazo y suerte, Alfonso
Alfonso, por tu profesión es lógico que te preocupen los problemas de la estructura del edificio.
Si fueras sociólogo, te interesarían las normas de relación y organización del futuro Arca de Noé.
La física cuántica está a tu favor, porque estás haciendo convivir el espacio y el tiempo.
El relato, simpático y bien construido.
Suerte