30. Dioses liberales (Daniel Irazu)
Las moscas vuelan desde la boca de la madre. Una mujer se desnuda de espaldas al hombre de camisa con gemelos de oro. Cae otra bomba en los escombros, las ratas salen chillando de las cuevas, dos se muerden mientras un niño en harapos se duele el terror con un murmullo sin lloros. El barco navega cargado con contenedores de fusiles. Las cotizaciones se estancan, la ciudad resiste, el petróleo baja, el broker lee la llamada y teclea las órdenes de venta. Se acaricia los grandes pechos que disimulan en su exuberancia las cicatrices de la cirugía, folla con sapiencia, luego se viste de encajes y junto al cliente toma el taxi que les lleva al centro, amanece en Levante cuando acaban la cena. El polvo de las paredes machacadas forma nubes en la brisa de la mañana, la Muerte descansa, guarda silencio, en aquél sótano sólo se escucha el rumor de las larvas nuevas, el niño no respira, yace con la cara pegada a la de su madre. En el puerto, el capitán da la orden de atraque.
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Dos cuerpos que se descomponen bajo los escombros, mientras en el transcurso de la Guerra, cada quien quiere seguir en sus asuntos como si nada sucediera. Me gusta como presenta la cotidianidad en el horror. Suerte y felicitaciones por ese nuevo libro, éxitos.
Saludos.
Gracias Beto. Respecto al relato: es una pena que se pueda escribir así, sin otra implicación que la denuncia soterrada, pero es que a eso nos han acostumbrado los dioses liberales, los que nos roban por nuestro bien, nos mandan a las guerras preventivas, nos adulan con engaños y nos mean.
Un texto magnífico…me atrapa tu prosa y no se si no entiendo -o no quiero entender- cada detalle que dejas al descubierto. Un horror tan de diario que no nos asusta como debería. Si lo analizamos deberíamos echar a correr hacia Marte mismamente.
Gracias Reve Llyn, no podemos escapar a Marte, cuando lleguemos nos tendrán preparado otro escenario parecido.
Todo lo que relatas podría haber estado ocurriendo mientras lo escribías, o ahora mismo, los 365 días del año.
Me encantó.
Te deseo mucha suerte con tu segundo libro.
Ton.
Gracias Ton Pedraz; tiene razón, estaba ocurriendo y nada augura que mañana y después la cosa cambie.
Un buen relato, muy duro, mas así son las realidades del mundo que nos tocó en suerte.
Felicidades en tus nuevos proyectos.
Gracias María Rojas. Lo peor es que no compramos papeletas para la rifa.
Un texto original que nos desgrana un muestrario de miserias del ser humano. Por desgracia, muchas se han convertido ya en algo tan habitual gracias al bombardeo de información que estamos embotados y ni nos fijamos en ellas. Besos y suerte.
Gracias Ana Fúster. Estoy de acuerdo contigo, son tantas las malas noticias que pasan desapercibidas.
Hola, Daniel.
Estoy con Ana, palabra por palabra.
Es triste que situaciones tan tremendas pasen desapercibidas ante nuestros ojos en cualquier noticiario. Nos hemos hecho de piedra y ya nos sorprende más qué equipo ganó la carrera de motos o la copa de lo que sea que estas realidades.
Felicidades, me ha encantado.
Saludos.
Gracias, mi dulce Towanda, siempre tan humana en tus apreciaciones.
Un murmullo sin lloros… Ya se ha llorado tanto y es todo tan terrible que hasta se pierde el consuelo de las lagrimas.
Me gusta la forma con la que repasas las escenas, como quien está harto de hacerlo.
Saludos
Y mientras nosotros seguimos sin despertar a la realidad, seguimos discutiendo de Cataluña, los robos justificados de los políticos corruptos, o si no viendo la tele basura, gran hermano o sálvame de lux, paridos de futbol y una serie de mierda televisiva sin detenernos a pensar en los que sufren por culpa de políticos y capitalistas que solo buscan esquilmar países para apoderarse de sus recursos y poner títeres al frete para que masacren a sus habitantes