42. Divergencias (Mónica Rei)
El señor Skłodowski acarició con suavidad la tripa ochomesina de su esposa Bronisława.
—¿Tú que prefieres, amor mío, que nuestra hija sea inteligente o que sea guapa?
Bronislawa exhaló el aire de sus pulmones y sonrió levemente antes de responder.
—Yo quiero que sea feliz.
El señor Sklodowski que, mientras escuchaba embelesado a su mujer, seguía acariciando su tirante barriga se acercó a esta y le susurró a la que iba a ser su quinta hija:
—Ya sabes Marie, tus padres deseamos que seas una mujer preciosa.