6. Don Antonio Canseco, relojero de la Corte
Maestro en ruedas dentadas y muelles de relojes de torre, es lo que fue Canseco. Maragato de raza, como mis ancestros los “Botas”, se instaló en Madrid siguiendo la ruta arriera del pescado.
Honrado y tozudo, persiguió durante toda su vida y más allá, una deuda municipal, finalmente centenaria.
El Ayuntamiento granadino de Órgiva ajustó con él la instalación, por 5.450 pesetas de 1887, pagaderas en cuartas partes, de un reloj para la eclesial torre campanario.
El primer cuarto de anticipo y la instalación se realizaron a satisfacción, pero, sabidos son los usos municipales, los otros tres cuartos quedaron pendientes.
Don Antonio, obstinado, reclamaba públicamente sus derechos, acusando a los munícipes alpujarreños de no tener, de acuerdo con el signo político de los tiempos, “ni la real, ni liberal, ni federal, ni socialista, ni absolutista gana de pagar”.
Finalmente en 1989, ávidos de razones para celebrar mascaradas estivales, un nieto de Don Antonio fue invitado a Órgiva. Allí festivamente se saldó, muy deteriorada por la inflación, la deuda: 4.087,5 pesetas.
Órgiva siempre será rehén del dicho que propaló el viejo Canseco:
“No te vaya a pasar lo que al reloj de Órgiva, que da las horas pero no los cuartos”.
Supongo que desde entonces tienen que explicarnos la diferencia entre las campanadas y lo cuartos… O era más bien lo de la deuda de los ayuntamientos, pagables a 900 días.
Un saludo
JM
Ambas cosas hochatero.
Un abrazo y gracias por leer mi relato.
Me encanta el relato Jesús, con ese halo de leyenda. Enhorabuena. Saludos.
Pues muchas gracias. Los relojes de las torres de los pueblos deben siempre estar en marcha para que el pueblo no sufra el síndrome de la ventana rota.
Si yo fuese el nieto, aún andaría reclamando los cuartos, digo los intereses de las cuatro mil y pico pelas, que han de ser unos cuantos cuartos, digo euros.
Como siempre Jesús, una bomba.
Abrazo.
Gracias Aurora. Ahora cuando pases por la catedral de Santiago en el bocho, fíjate en el reloj de la torre. Creo que ya te lo conté, pero mi amigo Santi, el relojero, que no ganó la oferta para repararlo, me mostró ofendido que el contratista ganador no tenía ni «puta idea», porque los números romanos en los relojes deben reflejar el número 4 con cuatro palitos, IIII y no IV como hizo el inexperto reparador.
Un beso aurora.
Bendito reloj de Órgiva. Ha conseguido que un político cumpla, aunque muy tarde, su promesa.
Tengamos paciencia. Solo tardan 102 años en cumplir.
Cuantos de nosotros no tendremos deudas que cobrar y nadie nos lo dijo.
Un abrazo.
Es una prueba de que no hay que desesperar y Órgiva más de una vez ha tenido que pagar sus encargos por adelantado por culpa de la maldición de Canseco.
Un abrazo. Ricardo,
Estoy releyendo el tuyo para ver si relaciono el hecho. Supongo que hablas de máscaras de oxígeno para respirar dentro del desastre. Pero por ahora no lo pillo.
Grato de leer, como siempre.
En un pueblo de Castilla, en el que viví unos cuantos años, ocurrió algo parecido con el reloj de la iglesia. Como los tiempos han cambiado,y a todos nos protege la legislación vigente; el relojero subió a la torre con la disculpa de hacer un arreglo, y se llevó en el bolsillo una pieza del mecanismo. Marché de aquel lugar; sé que hubo pleitos con el ayuntamiento, pero ignoro si ya terminaron.
Saludos.
Esto de los relojes de Iglesia da para muchas anécdotas.
Tengo en Bilbao un docto amigo, Santi, también maragato de origen, constructor y reparador de relojes de grandes dimensiones, que recibió el encargo para instalar uno en Torregamones, noble pueblo del Sáyago Zamorano. Preguntado el edil del ayuntamiento por la dimensión del radio de la mal llamada esfera, este contestó que era de 100cm. Ciertamente la dimensión era considerable. Tanto es así que terminado el encargo hubo de colocar en la baca se su “R-8”, sujeto con las gomas de un pulpo, la gigantesca esfera en viaje desde Bilbao al mencionado Torregamones.
Por Dios señor relojero, ¿dónde va usted con eso? —Yo le dije que debía ser de un radio de 100 centímetro y usted me lo ha hecho de un radio de por lo menos dos metros.
El hecho debió envolverse en una perfecta discreción entre el relojero y el edil, porque he investigado y nadie en Torregamones reconoce la historia como cierta.
Gracias por tu comentario. Saludos.
Pues tengo un amigo de esa zona, Jon, que además es un tío curioso leído y que conoce muchas curiosidades de este estilo. Le preguntaré, Jeaús.
Jesús, divertidísimo relato de preciosa lectura. Me ha recordado un poco a una película prehistórica de Paco Martínez Soria, «Don erre que erre». Abrazos.
Algo así debió ser un mr. Erre que erre. Gracias por comentar.
Aparte de que me ha gustado mucho el relato, tus contestaciones a los comentarios son la bomba, micros dentro del micro. Deberías escribir un libro.Un abrazo. Nuria
Muchas gracias Nuria. Espero que mandes un relato aunque no participes
Es estupendo. El tono, el lenguaje. Todo funciona como un reloj. Saludos
Me alegro que te haya gustado. Un abrazo.
Bueno e interesante relato. Son muy didácticas sus historias costumbristas. ¡Suerte!
Saludos
Hola Beto. Se dice que un devoto acólito agachó su cabeza ante un obispo, conocido por sus inclinaciones nefandas, diciendo: beso el anillo a su Eminencia. El Obispo le respondió entornando sus saltones ojos, «querido, apeeme el diminutivo».
Asi que por favor, apéame el usted que somos todos soldados rasos de este blog.
Un abrazo.
Jajaja, son geniales «tus» respuestas (logré escribir un tú) se me hace difícil.
Saludos.
Un texto que rezuma respeto a la historia, al oficio de relojero y que es simiente de una leyenda. Una deliciosa y muy bien llevada, con el ritmo cadencioso de un tic-tac. Suerte y saludos
Estas historias me gustan más que las de los reyes.
Un abrazo y gracias por pararte por aquí.
Jesús Alfonso, los relojes dan mucho son de anectas; incluso el de la Puerta del Sol, del que todos estAMOS pendientes; bonita forma de contarnos lo sucedido. Suerte y saludos
Hola Cala, gracias por leer y comentar mis relatos. Ahora es más dificil identificar el autor, espero que JAMS de con la solución.
Un beso
Me ha gustado la historia y me ha hecho reír. No sé si será leyenda o real, pero es cierto que ahora todo el mundo trabajará allí al contado jaja.
Según mis datos es real, pero como siempre, mis amigos granadinos no lo habían oido nunca.
Saludos.
» Maestro en ruedas dentadas»…. un comienzo que encandila, que predispone a escuchar una vez más una de tus historias a la lumbre. Uno al leerte no se explica( al menos yo, que no sabría muy bien ni siquiera contar lo que hice ayer) cómo es posible que tejas tan bien los datos,encima los adornes y además , para colmo te cuadren con 200.Solo un buen «contador de historias» es capaz de mantener nuestra atención de forma permanente. Sí, y ahora díme que te doy coba y te acuerdas ( guiño) Un abrazo
Tengo la impresión de que he copiado a alguien es forma de comenzar el relato, pero no logro recordarlo. Dame, dame mucha coba, toda la que quieras que hoy me han dado la tarjeta de mayores del Ayuntamiento de Madrid y me han asignado ya mi centro de mayores. Setrata del de Nuestra Señora de la Merced del distrito de Hortaleza a 15 minutos andando con cachaba y gorrilla, donde me cortan el pelo me dan peródicos y otrras cosas que aun no sé por precios reducidos.
Un beso.
Ahora si, jubiloso jubilado y casi aitite. Demasiado para tu juventud.
Ya tengo carnet de la tercera edad y centro de mayores asignado. Corte de pelo a 4 euros y borettín de cerveza con pincho de tortilla a 80 céntimos de Euro y podólogo a 8 euros. Menú a 4,5 Euros. También he conseguido el abono trasporte. Por 12 euros al mes puedo viajar en transporte público por toda la comunidad de Madrid. Ya te iré informando de más promociones.
Me gusta mucho leer tus relatos, son tan diferentes y lo cuentas todo de una manera tan especial. Felicidades!
un beso
Pues no sabes los que guardo para las grandes ocasiones. Es broma eh. Dicen que Alfonso XIII visitó una vez las bodegas de Vegasicilia y tras el ágape quiso felicitar al bodeguero. Este en su humildad con sus brazos caidos mientras daba vueltas a su boina respondió agradecido: «Gracias Magestad, es un vino muy bueno, pero no sabe usted lo bueno que es el que reservamos para las grandes ocasiones»
Otro beso para tí, esther.
Gracias Ana, siempre tan atenta.
Con el paso del tiempo los predecesores hacen justicia.
Lamentablemente tu comentario, que tiene mucha miga, no siempre se cumple.
Un saludo.
Muy buen relato. Sería interesante seguir de tu mano la ruta arriera del pescado.
Felicidades.
Pues ya me gustaría. Sé que tengo en Madrid sobrinos nietos de mi Bisabuelo Botas que pusieron pescaderías en Madrid. Estoy en su búsqueda.
Saludos.
Jesús es una maravilla leerte, desde el principio se sabe que la historia va a merecer la pena. Me gusta mucho tu forma de contar, me pregunto si tienes escrita alguna novela.
Un abrazo.
Pues esto de escribir me está gustando y si escribo una nobela te mandaré las galeradas para que me las corrijas.
Un beso (¿eres la madrileña, no?
Si soy la madrileña, creo que voy a tener que añadir algo a mi nombre, ya que las «Asun»(como todo lo bueno) abundamos por aquí.
Podría ser yo, Asun la «gata» (por lo de ser de Madrid)
respecto a corregir, me cuesta corregir mis relatos, peeero me molesta mucho más encontrar erratas, y aunque parezca mentira las hay en publicaciones de gente «famosa» con ventas millonarias.
Besos.
My mujer, que hoy cumple años, también es Asun, bueno Mariasun.
Besos
Felicidades para ella, y deciros que efectivamente yo era también Mari Asun para mis amigas de la infancia y vecinas del portal.
Ahora siento mucha nostalgia al recordar esos días.
Un abrazo grande.
Canseco demostró ser maestro relojero, un “Botas” como tú. Y sigues la tradición de la familia con la tuya, tu maestría. Habrá que preguntarte en qué faceta disfrutas más, si historiador, costumbrista, etnólogo, cronista, palabrista, genealogista, oráculo o cachondo mental.
Me conformo con que sigas por donde vas, con retranca final.
Ya voy , ya voy. Pues me gusta más lo de cachondo mental. La cachondez mental es síntoma de buena salud.
¿Sabías que en Madrid el 28 de Agosto de 1859 se pudo ver una Aurora Boreal?
Y otra en Andalucía en medio de la guerra civil. Como una premonición luminosamente roja. Cosas de la naturaleza.
Cada vez que escribes un relato nos regalas una fascinante historia para aprender algo nuevo, para disfrutar, para reír… y da igual que sea cierta o no. Y además viene con el premio de los comentarios que siempre traen jugosas anécdotas. No podemos pedir más.
Suerte y saludos.
Hola Rafa. Supongo que os veréis ahora Begoña y tú por Pucela.
Espero veros allí pronto.
Un abrazo.
Relato costumbrista que desconozco si está basado en una historia real, pero la forma de narrarlo hace que así parezca.
Original y con cierto aire divertido.
Un saludo
Es real. Al menos lo puedes ver en internet.
Gracias por comentar.
Saludos.
Como bien dices Jesús Alfonso, que funcione es importante, sino acuérdate del reloj del edificio de la plaza de Colón que durante muchos años estuvo parado y era motivo de chanza en la prensa de la época.
Un abrazo
Pues si estuvo parado y en todos los sentidos.
Un abrazo.
Bueno he aprendido la palabra propalar que desconocía, y leo con gusto una nueva historia de tu familia. Siempre me gustan tus historias, fáciles de leer pero con palabras cultas y bien colocadas, dándole ese aire histórico. Siempre usas el «yo» en tus narraciones, en esta historia en concreto me da que el impersonal le hubiese ido mejor, por eso de la lejanía histórica.
La frase «El Ayuntamiento granadino de Órgiva ajustó con él la instalación, por 5.450 pesetas de 1887, pagaderas en cuartas partes, de un reloj para la eclesial torre campanario.», se me hace un tanto extrañas, creo que el orden no es muy ortodoxo, me suena mejor «El Ayuntamiento granadino de Órgiva ajustó con él la instalación de un reloj para la eclesial torre campanario, por 5.450 pesetas de 1887, pagaderas en cuartas partes.»
Como siempre estupenda ambientación!!
Gracias Mel. A mi también me suenan raras, cuando las leo, algunas cosas que escribo. Cambiaré la frase según tu sugerencia.
Lo del yo, que me dices, bebe de referirse a otras historias y no a esta. ¿Verdad?
Bueno. Besicos.
Este relato tan bien elaborado, cuajado de palabras cultivadas, me ha traído a la memoria un chiste que pulula por ahí, en el que el cura, a propósito de la instalación del nuevo reloj en la torre de la iglesia, dice en el sermón a los feligreses: «Este nuevo reloj da muy bien las horas y las medias, pero los cuartos los tenéis que dar vosotros».
Yo también he aprendido en tu relato la palabra propalar, que no recuerdo haberla leído nunca. Felicidades por este estupendo relato. Suerte y saludos
Muchas gracias por parate a leer este relato.
Me voy que tengo que vigilar al niño para que no se caiga del tobogán.
Un beso.
Jesús, me gusta mucho tu historia y tu manera de contar y los relojes también. Se tardaron años en saldar la deuda pero al fin se consiguió. Se ve que el nieto heredó la tozudez del abuelo.
Felicidades.
Un abrazo
Muchas gracias María Elena por pararte a comentar.
Una historia para disfrutar con aires de reunión a la puerta de casa en la noche para escuchar a los mayores contar anécdotas. No sé si es cierta o no, no imports, me ha gustado leerla.
Mucha suerte
Besitos
siendo mi tatarabuelo Antonio Canseco escudero si no me equivoco. el reloj de Orgiva no le dio a mi tatarabuelo el dinero que le debía el ayuntamiento de Orgiba asique por fin se lo dio pero a mi bisabuelo Antonio Canseco cauz ……. gracias por leerlo
Esta historia, que igual no la contado con precisión, la conozco desde hace muchos años y mi origen maragato (soy Botas Jarrin) ha hecho que la guarde mucho cariño. Un abrazo y me alegro mucho que el relato haya llegado hasta ti.
Don Jesús, gran relato acompañado de moraleja y una sonrisa. De todos modos a mí lo que más me precupa son los bichos estos que se nos están colando en el floro.
Abracísimos.