60. Dos cervezas, seis chupitos
Me invitó a una cerveza. Yo lo invité a otra. Era muy alto. Me gustó su cuerpo. La longitud de sus brazos. La anchura de sus hombros. En cuanto lo vi, deseé pintarlo. Sacarle la ropa. Medir la distancia exacta de su cintura, sus caderas, su pecho. No era cuestión de musculatura, ni de belleza. Era la proporción. La de los dedos en relación con su mano. Su fémur comparado con su pierna.
Nos fuimos a otro pub. Un tequila. Otro. Limón. Otro tequila. Saliva. Su lengua y su aliento en mi cuello. “Preciosos ojos” dijo. Metió su mano bajo mi falda. Bajo mis bragas. Lo sentí dentro. Me colgué de su cuello. Nos movimos rítmicamente. Gemí. Gimió. Gemimos. Intenté medir su pasión desmedida. Acaricié su pelo rubio. Tan rubio. Enterré mi rostro en su cuello. Memoricé el contorno de su cara con las yemas de mis dedos para poder pintarlo después.
No le di mi número. Ni lo volví a ver hasta hoy en la galería, ante su cuadro. Él me susurró al oído. “Hola, ojos de meiga”.
Yo medí mentalmente la distancia entre su nariz y sus labios.
Y sin emitir un solo sonido, gemí. Gimió. Gemimos.
¡Esa es mi meiga! Solo se puede mejorar con unos percebes, para acompañar. Genial, apuntado entre los favoritos.
Besos.
Gracias Olivares. Apunto los percebes. Te debo una cena cena. La última vez me invitaste tú 😉
¿Y lo que presumí de compañía?
Peliculero
Señorita Arantxa.
De cenas ni idea. Lo que quiero decirle es lo magistralmente logrados esos puntos gemidores.
Me chifla el relato.
Buen otoño.
Gracias María. Gimamos mientras podamos!!!!
Sugerente relato (amenizado con el flirteo-on-line Portabales & Olivares)
Mis mejores deseos para tu nueva criatura literaria, Arantza. Mientras pueda, tienes en mí una fiel lectora.
Un afectuoso abrazo y suerte mayúscula
Jajajajaja. Me partoooo. Olivares, apresúrate a aclarar este enredo!!!!. Mientras, muchas gracias Nuria. Porque siempre me lees y siempre eres fiel. Un beso desde Galicia, donde somos más de licor café que de tequila!!!!
Qué no aclare nada Olivares, porfa!!!! Que queda total a pie de relato… 😉
Un beso desde Madrid (café con leche a secas, jo)
Que no se me enfade nadie, que mi comentario era de broma (es que el relato es tan…, que vuestra conversación le daba un plus fantástico). Beso sin alcohol.
Tranquila. No nos enfadamos. Mi amistad y devoción por Olivares es conocida. Ya en la siguiete quedada te presentas y cenamos tú y yo ;). Beso grandeeee.
Me abstendré de aclaraciones. Las letras una vez publicadas son de los lectores, que cada uno interprete.
Me apunto a esa cena en Madrid, así presumiré por partida doble.
Besos a las dos.
Pues… ¿qué digo yo ahora? Como artista no se, pero como buena gallega, apunto que leer este relato una noche de invierno a la luz del fuego y con una buena queimada flameando… puede subir la temperatura hasta límites insospechados.
Enhorabuena, meiga de la costas gallegas. Besazos.
Que suba, que suba. Un biquiño Manoli
Arantza, tu historia de una noche de amor, con sus romanticas y sensuales descripciones, da gusto leerla. Suerte y saludos
Gracias Calamanda. Y felicidades atrasadas por tu final Rec
Dos cervezas, seis chupitos, ha de ser la proporción exacta de la pasión. Eso me transmite tu relato. Pasión sexual, pasión sensual, pero sobre todo, pasión por crear. Enhorabuena!!
Puede que la receta de la pasión esté en la proporción. Gracias por leer Patri.
Pues mira, Arantza, siendo el relato estupendo en sí, en los micros hay algo a veces que te hace ver delante de que escritor estás, y para mí aquí está en la penúltima linea, esa cuando ella a pesar de todo sigue siendo la artista que mide la distancia entre su nariz y sus labios. Para mí es el toque de genialidad.
Besetes
Ese es el quid. Y me alegro que lo hayas visto. No sé si lo mío des de buen escritor. Lo tuyo es de buen lector. Se agradece.
Si es que medir y medir de cerca para… pintar o lo que sea, puede tener múltiples ventajas, incluida una exposición.
A voz de pronto, la he visto pintado un par de cuadros más, jejeje.
Otro micro simpático y bien escrito, qué suerte!!!
A ver que pintan esos dos ahora, jajajajjaa
Qué bonito ese «Gemí.Gimió.Gemimos», dos veces repetido, como una escalera de color que se despliega,tan económico, tan narrativo, tan medido. Qué gráfico todo… y qué bueno.
Gracias Toribios. Es lo que nos toca a los microrrelatista. Economizar y extraer la esencia.
Arantza, este relato es bueno de principo a fin. Especialmente esa última línea final me encantó. ¡Un abrazo y éxito!
Muchísimas gracias Héctor.