90. Dos cuerpos, un solo corazón. (Izaskun Albéniz)
Lo encontró entre la multitud que recorría frenética las aceras de la gran ciudad. Como un faro en mitad de la tempestad. Con un aroma diferente y un nuevo peinado, pero con esa expresión simpática e indefensa de su mirada ligeramente extraviada. Aparcó su vieja bicicleta y se acercó despacio. Le selló los labios con la punta de sus dedos y cerró los ojos. Le había buscado durante tanto tiempo…
Tomó su mano y lo guió por el laberinto de calles hasta su apartamento, donde comprobó con ternura la certeza del acervo popular. «Hay cosas que nunca se olvidan», dicen. Como andar en bicicleta o nadar. «Como el recuerdo de su piel», pensó ella mientras derramaba su nostalgia sobre aquel cuerpo al ritmo desbocado de su corazón. Se sumergió en sus pupilas verdes y en un instante, el pentagrama gris de sus días se inundó de sostenidos soleados. Se arqueó ebria de placer y abrió los ojos de par en par mientras aullaba su nombre.
—Marcos—dijo él minutos después —. Mi nombre es Marcos.
—Lo sé, Javier— le respondió ella.
Y deslizó suavemente sus dedos por la abultada cicatriz que recorría su pecho.
¡Ay, Izaskun! Qué placer leerte siempre. Este relato va prolongar mi condena en una cárcel de oro. Me tienes prisionero. No sé si el tema de la bicicleta no está cogido un poco con pinzas, pero da igual. Es un relato que tiene sin duda un lugar predilecto en el libro.
Un beso y gracias, por este ratito.
Gracias por tus palabras, Luis. Tenía muchas ganas de volver por aquí. Y por fin lo he conseguido. Respecto al micro, no sé si queda «con pinzas», pero es la imagen que llegó a mi cabeza. Ella parada en mitad de la multitud con su bicicleta ladeada y él al fondo, quieto en mitad de la acera llena de gente. Llegó además con la idea de que hay cosas que una vez aprendes, nunca se olvidan (como montar en bici)…el resultado ya lo ves. ¿Bueno, malo? No lo sé, pero si te ha gustado, me doy por satisfecha y me dejas la mar de feliz.
Mil besos, corazón.
El amor llevado más allá de la muerte del ser querido y materializado en el receptor del trasplante. Precioso, Izaskun. Un placer leerte por aquí.
Besos.
Una maravilla, Izaskun. Enhorabuena.
Y un abrazo.
¡Que buen momento he pasado leyéndote, Izaskun! . Me ha parecido precioso tu relato.
Toda la surte del mundo.
Izaskun, coincido con los comentarios, un placer leer esre relato. Suerte y saludos
Muy interesante, hasta el final no se desvela el misterio de este reencuentro. No he tenido ocasión de leer ningún relato de esta propuesta, pero los demás tendrán que ser muy buenos para que me gusten tanto como este tuyo.
Un beso.
Me ha encantado. Y muy bien traído lo del acervo popular. Un acierto de relato.
Felicidades por un escribir un micro tan precioso.
Un saludo.
Ella buscando el «nuevo cuerpo» de su amor… es muy triste. Pero lo localiza!
Bonito relato, con algunas frases muy líricas y visuales.
Saludos,
Carme.
Vaya relatazo. Cada siempre te digo lo mismo, pero esta vez más sinceramente incluso. Creo que es de lo mejor que te he leído. Yo lo metía en el libro. Enhorabuena.
Un relato muy bonito que se desvela al llegar a la cicatriz, y cómo consuela saber que ese corazón late todavía aunque sea en otro cuerpo. Te deseo mucha suerte Ha sido un placer.
Muy agradable lectura de principio a fin.
Enhorabuena y abrazos.
Que bien verte por aquí guapetona y que cosas evocan el relatazo qaue te has marcado. Mucha suerte preciosa y besos enormes.
Que relato tan bello, lo he leído tres veces.
Abrazos soleados.
El amor, ese sentimiento que traspasa la frontera de lo físico para adentrarse en lo espiritual. El tema de los trasplantes siempre me ha parecido muy interesante, sin ir más lejos en el mes de junio mandé uno a «Cincuenta palabras». El tuyo me ha parecido genial, me ha encantado. Enhorabuena, un abrazo.
Uhmmm. Interesante.
Besísimos.
Felicidades! Un relato de amor a destiempo que ya está en el libro.