34. DUELO EN LA CUMBRE
Me mira desde su rincón con felino disimulo, me recuerda quién manda en casa y yo me inclino ante su majestuosa indiferencia, tratando de curarme los rasguños recibidos por violar sus dominios sin permiso. Tras aquellos bigotes había una sonrisa imperceptible pero claramente despiadada, y lamiéndose las patas, parecía borrar las últimas huellas de sus actos y reclamarme comida, ajeno a que, a sus espaldas, se adivinaban cambios, pues una rata resentida con el sutil peludo le lanzó una sonrisa pendenciera, y este se puso en guardia, lo que les devolvió a ambos un semblante grave, y a mí la impresión de que habría un duelo de titanes tras el que la jerarquía en casa podría cambiar, como así fue, pues la aspirante tuvo la pavorosa idea de declarar sus intenciones metiendo su hocico ponzoñoso en el platillo de atún con gambas, y el gato, asqueado y temeroso, se retiró dignamente, como si hubiera vencido, mientras veía a la ganadora chapotear en su leche enriquecida para mascotas esterilizadas. Satisfecha con sus deudas saldadas, la rata bebió un último trago, se contempló en el agua y salió a propagar el mal con las luces del ocaso.
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Tres personajes ordenados por tamaño: cuanto más grande, menos poderoso. Está claro que gigante no es sinónimo de valiente, ni siquiera de grande. Sutil y acertada manera de abordar el tema.
Muchas gracias por leer con agudeza.
Un saludo
JM
El tamaño no es lo importante, puede ser un factor añadido, pero no el decisivo.
La clave está en la actitud, la decisión, la valentía de dar un paso firme, lanzar un órdago claro y sin marcha atrás.
Es triste a veces, pero no puede negarse que la vida se basa en una lucha constante de equilibrios.
Un relato posible, realista e inquietante, rematado con ese tenebroso y preocupante «propagar el mal», que anticipa una plaga bíblica, con el protagonismo de otro personaje aún más pequeño, microscópico.
Un abrazo y suerte, JM.
Si, ese microscópico personaje es el más temible.
Siempre tan agudo, maestro.
Un saludo
JM