41. E l T r a s t o l i l l o .
Allende las fronteras, desfilaba quien escribe estas líneas, por la travesía de los despeñaderos blancos, anhelando por fin ver al martinico legendario. Años camelándome a La Adivina del Cáñamo y desentrañando su Incunable de Mazámbulo para desvelar las coordenadas donde Ella lo vio.
Entonces la cordillera impracticable por la nieve casi me vence, cuando por ensalmo, descubrí con mi lente esotérica las diminutas pisadas con forma de babucha del duende disimuladas entre los copos albos. Fue en mi séptima jornada de seguimiento cuando le vi, inconfundible con su levita de color absenta y preparé el morral. Quizás mi paso crujiendo en la nieve le alertó porque torció su gorrillo puntiagudo estrellado y empecé a vislumbrar su carita cómica y un gesto de superioridad, como en los antiguos legajos los amanuenses lo habían idealizado.
Sin embargo, no le aprecié del todo sus rasgos secretos, pues cuando iba a echarle el guante, transmutó su rostro por el mío y quien acabó de girarse fui yo. La perspectiva de lo que miré era incomprensible: Allende las fronteras, desfilaba quien escribe estas líneas, por la travesía de los despeñaderos blancos, anhelando por fin ver al martinico legendario..¡El Trastolillo!
No se puede estar seguro y más en esos parajes que describes, las tornas pueden cambiar en cualquier momento.. El cuento es muy bonito.
Suerte.
Besicos muchos.
los magos son así. Te cambian por ellos sin que te des cuenta.
Y al final el cazador acaba cazado.
Saludos Vidente.
Bonito micro de leyenda, un saludo.
E l V i d e n t e E n t r e O r o p e l, bonito y lleno de imagenes tu cuento; amenizado por esos jiros mágicos y bellos lugares. Suerte y saludos
Reconozco mi ignorancia en cuanto a trastolillos y martinicos se refiere. Gracias a este relato he podido aprender algo más de la mitología norteña de nuestro país.
Muchas gracias por tu relato y por compartir tu extensa y cuidada sabiduría, amigo Juan.
Juan, cada relato tuyo me obliga a documentarme, cosa que hago encantado. Me ha gustado mucho. Por cierto, si Goya lo pintó, tú si te cuidas de sus burlas llegarás a verlo. Abrazos.
Pues trastolillo no se, querido Maese, pero un poquito trasto -que no trasgo, eh!!- si que te veo, con esta temática traviesilla!!
Abrazo.
Con diccionario en mano llegué hasta esos deliciosos duendecillos cabezudos. Felicitaciones por enriquecer la mitología. Además quiero preguntarte como haces para cambiar de foto.
Arrope abrazo.
Ah que placer disfrutar de tus espectaculares historias llenas de esos vocablos que me aventuro a decir , forman parte de ti.
Un abrazo Hecantórico!
Típico de esos duendes traviesos, Juan, he estado metido en un bucle erótico por culpa de uno de esos duendes hogareños, ya estoy salido, perdón me he salido ya.
Tu cuento, me gusta, hay que recordar a todos los duendes universales, que se confunden, en todos los países.
Un abrazo
Gracioso de verdad y embriagador con tanta sustancia que propicia lo de ver trastolillos, tratocados y trastos en general. Buen cambio al final, además. Suerte.
Hola de nuevo Juan! Guiado por el majestuoso relato de la Candelaria he acabado caminando por los terciopelos blancos en busca de un martinico y cuando lo vi … Hola de nuevo Juan guiado por la magia del relato del trastolillo he acabado…