25. Ecografía
Eres un feto. Procedes de una estirpe inteligente, amante del silencio. Sientes terremotos, te asustas. Abres las puertas con tus manitas, echas un vistazo. Fuera hay bombas, montañas de basura, delirios, gritos… Es suficiente, decides retroceder. Cierras las puertas, empequeñeces. Retrocedes más. Te comunicas con tus padres, tatarabuelos. Ellos hacen lo mismo.
Ahora eres un neandertal. Avanzas. Eres adulto, inteligente. Acabas de sobrevivir a una devastadora glaciación que no será registrada en los libros. Crees estar solo, sobre la inmensidad helada, mas a lo lejos ves a otra superviviente, tal vez la única. Es hermosa, y lleva una antorcha. Ambos cerráis los ojos, sentís una vibración interior, un mensaje. Se acerca, os saludáis con la mano, pero no os detenéis. Ella prosigue su camino en solitario, y tú el tuyo. Alrededor reina un glorioso silencio.
En ese ser humano aún por formar del todo y ver la luz se concentran los sufrimientos de la humanidad, unos debidos a causas naturales, otros provocados por desmanes de los propios hombres. No es de extrañar que no quieran seguir aportando descendencia que continúe con este sinsentido. De una forma o de otra, al final, solo quedaría el silencio, a no ser que mejoremos mucho
Una ecografía visionaria, llena de contenido, con una visión muy realista que muestra que existe poco espacio para la esperanza.
Un abrazo y suerte, Alberto
Lleno de desesperanza, tu texto narra una realidad que en parte es consecuencia de nuestra sinrazón, de los desmanes que cometemos sin tener en cuenta las consecuencias.No me extraña que ese pequeño ser se niegue a nacer en un planeta tan terrible. Mucha suerte, Alberto
Gracias Ángel, gracias Gloria. Vuestros comentarios sí que dejan un huequito para la esperanza, jeje
Abrazos a ambos
Caramba, qué recorrido tan extenso en la intrahistoria de este futuro individuo, alguien que estará concienciado con la renovación de un mundo que no le atrae en absoluto. Es muy original está propuesta, mucha suerte con ella
Un ser que trae consigo la memoria del mundo y retrocede a tiempos antiguos evaluando la posibilidad de salir al mundo.
Quizás un texto distópico en el que los no nacidos se lo piensan, indicando un posible «no retorno».
Inquietante, es lo menos que puede decirse.
Suerte en el concurso.
Muchas gracias Paloma, Manuela, por vuestras palabras.
Un abrazo