141. «Edén»
Venid conmigo.
En los confines de la creación hay una dimensión en la que todo acontece, bueno, o tiene la posibilidad de acontecer. Yo lo llamo El Jardín de Juegos.
Es un lugar privilegiado ya que tiene infinitas ventanas con la cualidad de ser observadas y atravesadas.
Mirando pierdo la noción de eternidad.
Sin embargo, ocurre algo contradictorio que me saca de mi abstracción, hay una ventana cerrada que representa una incertidumbre en el sistema.
Viajo a través de la entropía y mi ser sufre, se transforma hasta que consigue adaptarse. Vivir la pureza y el orden es muy sencillo, una felicidad amable se instala en la conciencia mientras sincronizo las mismas experiencias una y otra vez, como en un bucle.
Hasta aquí, hasta ahora.
Soy una parte de la perturbación y mi comprensión es mayor.
Vuelvo al Edén a experimentar y todas las ventanas están abiertas.
Mi movimiento está iluminado cuando atravieso ese vacío que me conduce a un espacio donde el caos es permanente, ya conocido.
Elijo ser bruma.
Venid conmigo…
¡¡¡Siempre Bienvenido, Juan!!!
X = Imagina un lugar en… lo que sea que «Es Todo», desde el que puedas elegir ir a… lo que sea «Cualquier Parte del Todo».
El/La protagonista es una especie de ángel, pero en crecimiento. La ¿realidad? depende de cada sistema de coordenadas, de forma que estamos ciegos cuando no estamos capacitados para entender/ver algo.
El proceso de adaptación a un cambio produce desorden, que se mide con la entropía (siempre me ha encantado este concepto termodinámico, después del cual se adquiere mayor comprensión.
Así que, después de la felicidad existencial amable, una vez descubierto el caos…
«elijo ser bruma» e, imagino, en un planeta igual o parecido a la Tierra. ¡Qué dicha!
Yo también voy.
Mil gracias por viajar conmigo y por tus deseos. Y, por supuesto igualmente.
Un relato, precioso, pleno de poesía y ciencia. El jardín de juegos, ventanas abiertas y cerradas, eternidad, movimiento iluminado y más y más.
Abrazos primaverales, Isabel.
Hola María:
Lo que realmente es precioso es tu comentario.
Muchas gracias por él y por ver tantos valores en el relato.
Besos también primaverales y de paraguas.