125. El anciano periodista (Antonio Bolant)
Le mantenían alejado de las ventanas porque quería volar. Nadie creía su historia sobre un archienemigo que lo envenenó con kriptonita, ni que el extraterrestre mineral estuviera perdiendo poder. “Chifladuras de anciano”, decían, “una de tantas en este atestado asilo”.
Nadie se explica tampoco cómo desapareció, ni de dónde salió ese enorme agujero del techo.
La vejez lleva consigo muchas veces el desprestigio de la palabra, pero a menudo los hechos demuestran que no todo está escrito. Nuestro anciano Superman
agujerea la verdad en busca de su destino. Originalísimo, Antonio. Abrazos y suerte.
Los periodistas no son siempre gente de fiar. Como les sucede a todos los que narran historias, hay que dejar en duda lo que dicen, son todos un poco cuentistas. Sin embargo, puede haber ocasiones en las que la palabra de un anciano sea del todo cierta, por disparatada que pueda parecer lo que dice. A tu protagonista se le puede aplicar aquello de «a la vejez, viruelas» y «genio y figura». Es unn superhéroe que recupera sus poderes en la senectud. Más vale tarde que nunca. Se va a enterar Lex Luthor como aún viva.
Como te ha dicho Salvador, original y, añado, maravilosamente escrito, marca de la casa.
Un abrazo fuerte, Antonio. Suerte.