1. El ave del paraíso (Jesús Garabato)
Después de comprobar la temperatura prevista para la jornada, pilló una cazadora ligera y salió hacia la oficina. Al ir con tiempo, decidió hacerlo por el parque para poder gozar, demorándose, de la incipiente primavera. El aroma de las flores lo puso de buen humor. La irrupción inesperada del apacible canto de un ave de vivos e hipnóticos colores hizo que se detuviera a disfrutar de semejante maravilla. Era tal su abstracción que no sentía ni el ruido alejado del tráfico, ni el bullicio de la gente, ni los correteos inquietos de los perros a su lado. Y el ave siguió cantando.
Cuando, tras desvanecerse el sortilegio de aquel sonido, se dio cuenta de lo tarde que era, aún tuvo tiempo de escuchar, antes de morir, como un chaval se burlaba diciéndole a sus compañeros: «¡mirad a ese viejo medio alelado, debe hacer trescientos años que no se lava ni se cambia la ropa!»
Hace días pensé que quien inaugurara el tema de la belleza, el año, y esta nueva etapa de ENTC sin nuestro querido Molino, sería un valiente. Enhorabuena pues, Jesús, por tu valentía. La belleza tiene tantas formas… tú nos descubres la de la naturaleza, esa belleza animal representada en el canto, y en el aspecto también, de un ave. Pero lo que realmente me ha llamado la atención de este relato es la elipsis. Lo relativo del tiempo dependiendo de lo que hagamos. Y es, seguro, la contemplación de la belleza, uno de los motivos más poderosos para astraernos del mismo. Mucha suerte y feliz año.
Abrzsss!!!
Hola, Juancho. Agradezco mucho tus amables palabras y buenos deseos. Aunque estoy bastante fuera de onda en el asunto de escribir he querido iniciar el año interviniendo en el lugar que tantas alegrías me ha dado tanto tiempo. Para el relato me he basado en una leyenda que aparece en una cantiga de Santa María (y en otras tradiciones), en la que un monje deseaba, antes de morir, conocer los goces del Paraíso. Un día, saliendo al huerto, se quedó extasiado escuchando el canto de un pajarillo. Cuando el ave se fue, habían pasado trescientos años. Muchas gracias, otra vez, y feliz año.
No hay como beber de la sabiduría de los maestros…
El último párrafo me dio un poco de tristeza y me gusto mucho tu descripción en el primero. Saludos y feliz año.
Hola, Ana Liliana. Muchas gracias por pasarte a leer y por dejarme tu comentario. Saludos y feliz año también para ti.
El paraíso puede tener muchas formas, seguro que una (o más) por persona; para Borges era una Biblioteca, para tu personaje el contacto con la Naturaleza (con mayúsculas), el retorno al inicio del que procedemos todos.
La felicidad nunca es completa, ni siquiera en el último momento, siempre existen elementos discordantes que resulta imposible alejar de forma duradera, que nada respetan, ni los instantes de éxtasis. El comentario despectivo e irrespetuoso de esos jóvenes simboliza que la perfección no existe, que la dicha completa es una quimera. La necedad, la prepotencia y la ignorancia, como el agua que se cuela por cualquier resquicio, saben hallar cauces para estar presentes.
Un relato sencillo y, al mismo tiempo, con una gran carga de profundidad: la búsqueda de la felicidad como fondo, el verdadero anhelo de todo ser humano, con reminiscencias culturales, además.
Me alegra que sea tu relato el primero que leo en ENTC.
Un abrazo, feliz año y suerte, Jesús
EdH2020
Hola, Jesús.
No podía empezar mejor el año. Un relato que nos habla, a mi entender, de lo relativo que puede ser el tiempo, tan efímero ante lo bello y tan prolongado y desolador ante lo difícil y oscuro. El secreto está en encontrar la belleza de las luces y de las sombras. Me ha gustado ese elipsis prolongada en el tiempo de lo bello.
Un abrazo y muy feliz 2020
Hola. Os agradezco mucho el regalo de vuestra lectura y amables comentarios, Ángel y Ángel. Abrazos.
Hola, Jesús.
Me ha gustado mucho la manera de decirnos que contemplando la belleza llega a hipnotizarnos y el tiempo transcurre veloz.
También me ha hecho recordar los cantos de las sirenas en Odiseo.
Una de cal y otra de arena, es lo que tiene la belleza. Muy buen relato, enhorabuena.
Muchas gracias por pasarte a leer y por tu amable comentario, Maite. Besos.
Me ha gustado mucho esa elipsis en el tiempo. Lo efímero se convierte en eterno. Felicidades y mucha suerte.