El binomio fantástico
En nuestro aprendizaje y crecimiento como escritores, vamos a intentar que el proceso creativo no sea un reto ni un agobio, sino una diversión. El problema es que muchas veces se nos complica el desafío, por la incapacidad de desarrollar una idea, y nos entra el odioso «pánico al folio en blanco». Y entonces nos parece que todo está perdido y nuestra vida como cuentistas ha llegado a su fin. Pero tranquilos, que no es tan grave la cosa.
Seguro que muchos de vosotros conocéis o habéis participado en alguna ocasión en concursos de microrrelatos que invitan a construir una historia utilizando dos o tres palabras dadas de antemano. En realidad, esto no es otra cosa que una fórmula de la creatividad que además sirve para casi todo, desde la invención de un chiste, una adivinanza o un cuento. Probablemente ante esta aseveración muchos desconfiaréis, pues es evidente que la creatividad es algo libre, algo que surge espontáneamente. Por algo no somos todos artistas, no puede existir un método de creatividad, es ilógico… Sin embargo, Leonardo Da Vinci, uno de los genios creativos más grandes de la historia dijo: “El que ama la práctica sin la teoría, es como un marino que sube al barco sin timón ni compás, y nunca sabe donde llegará”.
¿Qué es un Binomio Fantástico? En su libro «Gramática de la Fantasía», el escritor Gianni Rodari propone esta estrategia que sirve como base para la creación de historias fantásticas. Las personas en general entendemos las cosas en polos opuestos, en binomios. El pensamiento se forma en parejas de conceptos, comúnmente opuestos, como: grande/pequeño, día/noche, caliente/frío. Esto sucede porque el par permite entender mucho mejor que el elemento aislado. Dicho de otra forma, en nuestra cabeza existen muchos binomios que nos ayudan a entender el mundo. Podríamos decir que se trata de binomios lógicos, no necesariamente relacionados por oposición (como los ejemplos mencionados). También porque son de fácil asociación, como por ejemplo, papel/lápiz o vaca/leche.
Un Binomio Fantástico es distinto. Surge cuando dos conceptos son tan lejanos uno al otro que para lograr establecer una relación entre ellos tenemos que poner a trabajar todo nuestro ingenio. La distancia es necesaria para que la aproximación resulte insólita. La lejanía hace que la imaginación deba trabajar para generar un ligamento que construya una relación entre ambos, un conjunto fantástico donde pueden convivir. Las historias surgen de binomios fantásticos, porque una palabra sola no «actúa» hasta que no se la pone en relación con otra que la hace reaccionar, que la obliga a salir de su camino habitual para formar nuevos significados. Asimismo, una investigación que sea innovadora siempre explora las relaciones entre cosas que parecen inconexas; así se ha llegado a grandes descubrimientos de la humanidad.
El Método
¿Cómo se construye un Binomio Fantástico? Como ya vimos, existen muchos binomios lógicos que no sirven para nuestro objetivo. Lo que estamos buscando en esta etapa son pares de palabras lo más diferentes posibles una a la otra. Por eso, se deben evitar pares donde los conceptos sean fácilmente relacionables, como serían las parejas de opuestos (cerca/lejos), las palabras que pertenecen a un conjunto (amarillo/rojo), o los términos relacionados por su uso (pie/caminar).
Proceso de extrañamiento y asociación: Una vez que ya hemos elegido el binomio, por ejemplo tortuga-botella, vemos que los conceptos elegidos se desarraigan, salen de su contexto, llegando a uno nuevo e inédito y pierden en cierta medida las facultades que les son propias, pero ganan las infinitas posibilidades de su conexión con otro que parecía totalmente ajeno. El proceso de extrañamiento consiste en intentar ver cada elemento del binomio como si fuera la primera vez, como si fuéramos marcianos y nunca hubiéramos visto algo como esto, no supiéramos para qué sirve, ni de qué está hecho, y luego describirlo hasta el más mínimo detalle. Es muy importante dejar por escrito esta descripción. Una vez que tengamos cada elemento descrito por separado, viene un proceso de asociación y comparación, que se ejerce no con el objeto o concepto completo, sino entre las características en estado «puro». Esto permitirá establecer conexiones inéditas que difícilmente hubiéramos podido realizar viendo el objeto en su totalidad.
La Adivinanza sigue este mismo procedimiento. Es un tipo de binomio donde un elemento (la respuesta) se esconde y el elemento que se muestra se hace a través del proceso de extrañamiento.
Rodari lo argumenta así: «Tenemos que en el principio era la oposición y que el concepto es imposible sin su oponente. No existen conceptos aislados, sino que por regla son binomios de conceptos. Es necesaria una cierta distancia entre las dos palabras, que una sea suficientemente extraña a la otra y su unión discretamente insólita para que la imaginación se ponga en movimiento. Las dos palabras deben ser escogidas por dos niños diferentes, ignorando el primero la elección del segundo. En el binomio fantástico las palabras no se toman en su significado cotidiano, sino liberadas de las cadenas verbales de las que forman parte habitualmente. Las palabras son extrañadas, dislocadas, lanzadas unas contra otras en un cielo que no habían visto antes. Es entonces que se encuentran en la situación mejor para generar una historia».
Si os apetece llevar esto a la práctica, os invito a acercaros por la «Acampada libre» donde se os propondrá jugar a crear historias a partir del binomio fantástico.
Muy buena entrada, Susana. En mi caso jamás me he tomado el proceso de escribir como un agobio. Me lo planteo simplemente como una diversión, y si en algún momento me agobiase, lo dejaría. No creo que suceda, porque no soy muy prolífico. Me parece una buena idea o un buen ejercicio lo de los binomios para cuando estemos atascados.
Un abrazo.
Es esta una propuesta que suelen hacer en los talleres de escritura y os aseguro que funciona.
Solo digo que lo probéis.
El mejor sitio para ir entrando en calor: la sección «Aacampada libre». Arriba en el centro de la página donde pone «blogs».
Conozco esa técnica, la valido, pero no la uso. Si comento ahora, Susana, es para agradecer el tiempo que nos dedicas, y elogiar tu excelente trabajo.
Me sumo a los agradecimientos por tu tiempo y buen hacer, máxime al habernos sincronizado esta semana en este tema tan interesante. Es una técnica que a mi me gusta mucho y me sirve de incubadora, en este sentido, ahí va una pequeña aportación.
Incubadora
Mamá TORTUGA se arrastra playa adentro para desovar, va llorando lágrimas de sal ya que la mitad de su progenie perecerá a manos de los depredadores, si pudiera protegerlos…Con sus patas traseras comienza a cavar el nido hasta que choca con algo resistente pero ligero, perfecto para proteger los huevos, y no lo duda, rellena la BOTELLA con la siguiente generación y la abandona cabalgando las olas, implorando a Neptuno que proteja a sus hijos.
Yo alguna vez he abierto el diccionario y con el dedo ciego, he escogido dos palabras al azar. La verdad es que resulta un ejercicio estimulante.
Muy interesante la teoría y sobre el binomio que has expuesto tan brillantemente. Todos los días se aprende algo, hoy puedo decir que he ampliado un poco más mi mundo gracias a ti.
Un saludo
Tortuga, botella
LECTURA POSITIVA
—Los hay bobos y muy bobos. Tú eres de los segundos —le soltó en el aparcamiento del instituto «El Pecas» a uno de sus secuaces.
El grandullón apuró de un trago el calimocho y dio una calada al porro que empezaba a quemarle las uñas. Después lanzó la botella a la calzada, estrellándola accidentalmente contra el coche del profesor de gimnasia que en ese momento estaba aparcando.
«Será por el colocón que lleva», pensó este, «pero el más tortuga corriendo tiene buena puntería. Le voy a cambiar de deporte».