32. El ejército de salvación (Luisa Hurtado)
Cuando pienso que fui yo quien eligió esta vida me siento como un payaso. Hace apenas unos meses que logré el ascenso pero estoy solo y atrapado, viviendo bajo el peso de la rutina, sorbiendo cafés fríos con sacarina, sin ganas y sin palabras.
Ellos tenían razón, ahora lo sé, por el modo en que he empezado a echar de menos las charlas al raso en las noches de verano, el frío dentro de las caravanas durante las heladas, las bromas a voz en grito, el zurcido incansable de mallas y lentejuelas, el maquillaje, los ensayos.
Ahora que estoy aquí, en este mundo gris en el que nadie conoce a nadie, me siendo más que nunca lo que no quise reconocer que era; por eso he vuelto a ponerme el colorido traje varias tallas más grande y les he llamado, seguro de que en cuanto les vea entrar por la puerta de la cafetería, a mis trapecistas y saltimbanquis, a mis contorsionistas y magos, volverá a aparecer la sonrisa en mi rostro, lo único que me falta.
A veces el éxito nos hace infelices y echamos de menos a la gente y a las cosas sencillas que antes llenaban nuestra vida.
Un relato completamente real, Luisa.
Besos apretados.
A veces nos creemos Luísa, que todo lo sabemos y todo el mundo se nos pondrá a los pies y no creeremos nunca, que lo cercano es lo que siempre nos faltará. Bonito, felicdades y suerte.
Besicos muchos.
Hola, Luisa.
Errare humanum est. Lo que damos de lado y luego recordamos tanto encerrándonos en la nostalgia. Pura paradoja, pero así funcionan las cosas. Las pequeñas cosas circenses, descomunales, nutridas de sentimiento, no tienen posible parangón. En cuanto vea tu protagonista entrar a toda esa «troupe» por la puerta de la cafeteriá se lo llevan al circo, en volandas. ¿Y por
qué no? Tu texto nos invita a meditar mucho y bien antes de tomar decisiones precipitadas que nos dejen luego un perenne mal sabor de boca.
me ha encantado tu propuesta. Un beso grande.
Luisa, muy oportuno tu relato en esta epoca de crisis, falta de trabajo y separacion de las familias. Suerte y feliz año
Y a mí que me da que se va a llevar un palo, que el ejército de salvación no va a aparecer… Es que siempre se puede ir a peor. 🙁
Luisa… me ha gustado mucho tu relato… tiene un punto de tristeza pero a la vez de esperanza al final.
Enhorabuena y suerte!
Un abrazo
Marta
Cambiar magia por comodidad, engancharse a la rutina de una segura pero anodina vida puede pasar factura a la felicidad. Me ha gustado mucho el relato, Luisa, que nos hace reflexionar sobre cómo reconocer nuestro destino. Abrazos y suerte.
Gracias por los comentarios y, Edita, yo sí veo al ejercito del circo llegando al bar a salvarlo. Un compañero es un compañero. Gracias y suerte a todos y al protagonista
Hola, Luisa.
Veo esperanzas a tu protagonista. Se armó de valor y cambió, olé por él.
Gran micro, para pensar.
Besos y suerte.
Enhorabuena, Luisa. Parece inevitable dejsrse llevar por la melancolía que rezuma la foto. Lo difícil es no caer en el dramón fácil, sino desplegar sentimientos y situaciones con oficio y delicadeza. Tú lo has hecho.
Suerte!!!
¡Muy bueno Luisa! A veces es mejor no cambiar nada, creemos mejorar y metemos la pata, menos mal que parece que tu protagonista aún tiene la opción de enmendar… ¿O solo lo cree? El final queda ahí, abierto, a saber…
Suerte para ti y para él. Un beso.