24. El escondite de Lázaro
–¿Puede ponerme con Lázaro Maldonado?
–¿Lázaro Maldonado? No tenemos a ningún Lázaro Maldonado.
–¿No? Siempre hace lo mismo. Se cambia el nombre. Espere… Quizá les haya dicho que se llama Lorenzo Moreno.
–No, señora.
–¿Luis Manzanares?
–No.
–Espere. Tengo apuntados los nombres en la libreta. ¿Leopoldo Marqués?
–No.
–¿Leonardo Machín?
–No.
–Uh. Quizá no esté ahí. Sabe. Coge el coche, llena el depósito y no se detiene hasta que se cansa de conducir. Pero acaba volviendo… ¿Tienen ahí a un León Martínez?
–No.
–Siempre acaba volviendo… ¿Lucio Montero?
–No.
–¿Luciano Maestre? Éste es el que utilizó la última vez.
–No.
–Vaya. Se me han acabado los nombres. Va a ser verdad que no está ahí. ¿Dónde se habrá metido?
–Espere. Tenemos a una tal Liliana Madeira.
–¿Liliana Madeira? Bueno, póngame con él, digo, con ella.
Pues si lo que quiere es pasar desapercibido, no lo está consiguiendo. Ya podía buscar otras iniciales para sus nombres.
Pero si lo que quiere es jugar a ser encontrado, sus pistas son valederas.
Aunque creo que esta vez, ha utilizado su propio nombre. El que le correspondería. ¿me equivoco?
Saludos.
Juan Pedro, tu historia podría ser un verdadero vodebil, tiene buen ritmo y un ironico suspense hasta el final. Suerte y saludos
Buenísimo. Me quedo con ganas de saber de qué se esconde o porqué se escapa. Y porqué el protagonista le busca siempre.
Que buena trama, al parecer es un círculo cotidiano, donde cada quien busca con solo dos letras una identidad.
Un abrazo y suerte.
Me queda la curiosidad de saber por que se esconde, ocultándose bajo diferentes nombres con las mismas iniciales.
Contado de manera agil y divertida.
Suerte Juan
Me parece una apuesta muy original. Me has tenido en suspense todo el rato por ver hacia dónde me llevabas. Mucha suerte 🙂
Juro que yo no soy ese Lorenzo Moreno jeje. Me gusta por estar construido en diálogo y por lo gracioso que es. Las mujeres lo saben todo.
Buen relato, original y divertido.
Felicidades.