06. El huerto de Rosalía (Jesús Garabato)
Galicia, una lejana tarde de primavera.
−Señora, ¿podría descansar unos instantes en la sombra de su huerto?
−Pase, por favor, y le traeré un poco de agua.
−Se agradece; con el paso de los años las fuerzas menguan, sin remedio.
−Aun así, yo la veo cada tarde, abstraída, vagando por la senda que pasa por mi puerta. Pero, cuénteme… hábleme de usted y de su suerte.
−¿Qué decirle? Enviudé joven, arrojándome la vida al desdén de la pobreza. Los rapaces y sus madres me injuriaron, mientras escupían en mi alma los que justos se decían. Malpocada, salté y corrí sobre las riberas del Sar, agrestes en su eterna primavera, y los pájaros, las plantas y las fuentes… conmigo dialogaron, ya contenta. Muchos se burlaban diciendo que las plantas, las fuentes, los pájaros…no hablaban; solo en mi cabeza. Sin embargo, redimida, clamé orgullosa: ¡eso no es cierto! Y ahora que, como ve, las canas tiñen mis cabellos prosigo mi camino buscando, quizá, el postrero de mis sueños. Pero, señora, ¿sabe lo que de mí, cuando paso, murmuran y exclaman?
−Sí, dicen que ahí va la loca soñando. Lo dicen, pero no es cierto.
Para los que somos gallegos, Rosalía de Castro es mucho más que la cumbre de nuestras letras. Muchas mujeres la admiramos por lo que tenía de reivindicación feminista sus versos, también su valentía por mostrar el abuso recibido por tantos emigrantes, fuera de nuestro terruño. Por eso, que nos recordases un poema «clásico» en tu relato, Jesús, me parece un gran acierto. Ya me parece ver a «la loca soñando», entre el verdor del campo…
Felicidades. Besos.
Estoy de acuerdo contigo, María José. Rosalía era y es mucha Rosalía. El 24 de febrero se cumplieron 180 años de su nacimiento y merece la pena recordarla. Yo lo hago aprovechando un hermoso poema en castellano de su libro «En las orillas del Sar». Muchas gracias por comentar.
Hola, Jesús, amigo mío.
El comentario de Mª José casi me ha dejado sin palabras. Rosalía de Castro fue mucho, claro que sí. Todavía recuerdo del colegio sus «Follas novas». Por enredarse, lo hizo hasta con don Vicente Blasco Ibáñez, otra cumbre centrada en el localismo universal. Qué bien manejas el estilo, las palabras, bellas, bellísimas, de otrora. Y cierras el homenaje a tamaña, generosa mujer de un modo magistral. Reivindicando esa cordura sólo al alcance de las locas egregias. Un abrazote de los buenos.
Muchas gracias por comentar, Eduardo.Como se cumplen 180 años del nacimiento de Rosalía, mi primera idea fue escribir sobre ella. Las dudas ante el resultado hicieron que escribiera otro sobre el gato que protagoniza un capitulo de Suite francesa de Irène Némirovsky ¿? Aunque no estoy demasiado contento he preferido enviar el de Rosalía. Uso varias ideas y palabras del poema «Dicen que no hablan las plantas». Se supone que la que habla con una idealizada Rosalía es una tópica mujer gallega de la época ( viuda, despreciada, «loca»…) maltratada por la vida y por todos. Rosalía la comprende y puede que se vea reflejada en ella. Saludos.
Qué buen paseo nos has dado, Jesús. Imposible no trasladarse a ese pazo y no escuchar a las paisanas hablar de sus cuitas, con el vocabulario tan medido que has utilizado.
¡Boa sorte!
Muchas gracias, Carles, por pasarte por el huerto y comentar. Saludos.
Hola, Jesus, me paso a saludar, aunque este mes no esté mucho frente al ordenador, pero he leído el comentario y sí o sí os voy a saludar. Eso lo tengo más que permitido.
Y a mandarte un abrazo
Muchas gracias por molestarte en dejar un comentario, Inés. Saludos.
Rosalía de Castro. Considerada entre los grandes poetas del siglo XIX. Me encanta!! 🙂 Veo ese huerto y a esas mujeres hablar en gallego, así como Rosalía también escribía en gallego, con la dificultad que entrañaba en aquella época. Mucha suerte. Besotes, Jesús.
Sí, fue una gran mujer luchando contra las duras condiciones de la época que le toco vivir. Muchas gracias por comentar, Olga. Un saludo.
Una escritora imprescindible que merece todos los homenajes, convertida en tu relato en personaje, cuya sensibilidad se va desgrana mediante frases cortas e incisos que muestran la riqueza de su personalidad creativa. Un relato trabajado a conciencia, a golpes suaves y respetuosos de un pequeño cincel con forma de pluma o teclado, en el que se muestra la esencia de una loca soñadora que tanto supo aportar.
Un abrazo, Jesús. Suerte
Yo también pienso que merece el recuerdo y la relectura, pues dio visibilidad a los desheredados: emigrantes, viudas, pobres, y, muchas veces, criticando todo lo criticable en sus condiciones y su época: hipocresía, la forma de actuar de algunos miembros de la iglesa, caciquismo, abusos de los jueces… Muchas gracias por dejarme tus siempre deseadas palabras. Saludos, Ángel.
Hola Jesús, me encanta el uso que haces de las palabras, todo lo que dices contribuye a recrear el clima que envuelve la historia. He leído en los comentarios anteriores que no estabas muy contento con el resultado de este relato, yo pienso que debes quedarte tranquilo, está más que bien. Al hilo de la frase final me gustaría apuntar: ¿qué pasa si dicen que uno está loco por soñar? Bendita locura.
Un afectuoso saludo.
Muchas gracias por leereme y comentar, Ángel. Sigo sin estar satisfecho con el resultado literario final, sí con la idea que pretendo que subyazca en el texto. Lo que pretendía mostrar era que una idealizada Rosalía recibe la visita de una señora, mezcla de varios tipos presentes en algunos poemas suyos, y que esta le cuenta su vida mostrando su pequeña «locura», la misma que, en otro sentido, pudiera «padecer» nuestra Rosalía. De esa irreal conversación pudo entresacar ideas y frases para su poema «Dicen que no hablan las plantas». Estoy de acuerdo con lo que dices de la locura, pero hace 150 años y en un medio rural empobrecido y sumido en el atavismo, quiza fuera otro cantar. Saludos.
Jesús, bella forma de contar e interpretar a esta autora universal. Suerte y saludos
Siempre son de agradecer tu lectura y tus amables palabras, Calamanda. Un saludo.
Rindes un sentido homenaje a una mujer que es, asimismo, un símbolo y un icono de lucha y de reconocimiento por ese paisaje íntimo que tan bien asomaba en sus letras. La inolvidable Rosalía, sigue viviendo en el alma de las letras gallegas, Jesús. Has escogido, además, uno de sus poemas más emblemáticos, en el que la locura se convierte en bendita locura para los que la leen.
Gracias por tu texto, Jesús. Al margen de que te haya dejado más o menos satisfecho, tu mensaje llega al lector y lo agradece.
Un abrazo.
Con esas palabras que me dices cómo no va a estar uno contento. Muchas gracias, Manoli. Saludos.
Y yo a la tuya. Y gracias por evocar a doña Emilia, también merecedora de los mayores cumplidos y homenajes. Gracias, Juan. Un saludo.
Bello trabajo con el lenguaje y con el ritmo de la historia, que cumple poético, el hermoso homenaje a la poeta gallega por excelencia. Tanto mimo has puesto en su cuidado, que nos toca la loca con ternura y nos recuerda que solo el corazón habla en poesía y entiende a los poetas.
Bálsamo grato de palabra. Para ungirse.
Abrazos, Jesús.
Muchas gracias, Manuel, por estas hermosas, halagadoras e inmerecidas palabras. Un saludo.
Precioso homenaje a la autora y a sus letras, bendita locura la de soñar y la de ver el mundo con los ojos de la imaginación. Enhorabuena, Jesús por este relato. Abrazos y suerte.
Muchas gracias por tu comentario, Salvador. Me alegro de que te haya gustado. Saludos.
Bonito homenaje a la gran Rosalía, nos la presentas como en un cuadro impresionista, cercana, en un diálogo, en un momento de descanso… en un retazo de su vida.
Me ha gustado, sí señor!!!
Enhorabuena y que tengas mucha suerte!!
Un abrazo
Marta
Muchas gracias por tus cariñosas palabras, Marta. saludos.
Precioso homenaje a una de las más grandes.
Se huele, en tus palabras, su tierra, se percibe su sensibilidad, su tristeza, su hermosa locura.
¡Quién tuviera esos pájaros en la cabeza para crear como ella!
Un texto muy mimado, se nota. Felicidades por ello Jesús.
Un abrazo.
Muy agradecido por tu lectura y comentario, Belén. Un saludo.
Bellísimo, no puedo decir otra cosa. No me sorprende que tengas tantos comentarios, ojalá te suban a los altares. Bien lo mereces, amigo.
Muchas gracias, José Ignacio, por leerme y comentar con tan amables palabras. Saludos.
Imposible por mis orígenes y mis vivencias, que no vienen al caso, ser objetiva con este relato. Simplemente, me siento más homenajeada que la propia Rosalía. 🙂
Me emocionas con tus palabras, Edita. Gracias y saludos.
Jesús, precioso homenaje a la Gran Rosalía de Castro. Has logrado situarnos en sus mágicos versos, en su mundo, a través de tu relato. No debes preocuparte, objetivo conseguido.
Muchas gracias por tu recuerdo para su poesía y para su labor a favor de la mujer.
Enhorabuena, amigo.
Besos apretados.
Muchas gracias, Pilar, por leer y pararte a comentar. Me alegra que te haya gustado. Saludos.
Bonito homenaje a nuestra querida Rosalía. Mucha suerte, Jesús. Un abrazo.
Muchas gracias, Luisa, por tus amables palabras. Saludos.
Pues qué bien que pasara por allí «la loca soñando», y que soñara mucho.
Hay gente que a pesar de tener problemas, el arte les brota y nos deja su resultado, para nuestro disfrute.
Un abrazo Jesús.
Lo malo es que, en demasiadas ocasiones, los demás trunquen, con sus miradas o palabras, esas ansias de soñar. Gracias por tu comentario. Un saludo, M. Carme.
Un micro cuyo sabor agridulce no disminuye en nada su belleza. Y muy contemporáneo, por cierto: ese maltrato y ninguneo a la mujer, a los que emigran, desgraciadamente subsisten hasta nuestros días.
Gracias a tus letras, JESÚS, he tenido el agrado de conocer a Rosalía de Castro, a quien más de un escritor «cuerdo» le debe envidiar su locura, no me quedan dudas de eso.
Un beso grande,
Mariángeles
Muchas gracias, Mariángeles. Me causa alegria que este sencillo texto te haya animado a conocer algo más de nuestra gran Rosalía. Saludos.
Dicen las plantas de mi casa que les encanta tu historia, Jesús. Y que si cuidas con tanto mimo tus raíces, no podrás hacer otra cosa que florecer.
Y yo digo que me ha encantado tu bello homenaje a esa gran mujer y escritora.
Un abrazo
Muchas gracias por leerme y dejarme tus amables palabras, Margarita. Saludos.
He disfrutado mucho leyendo tu relato-homenaje, Jesús. Me encanta la forma en que adaptas el lenguaje a la escena y su tiempo, el tono bucólico, el aire a poesía que desprende el diálogo…muy bueno. Enhorabuena y suerte.
Un abrazo.
Muchas gracias por acercarte al huerto y comentar, Antonio. Saludos.
Grande donde las haya, tu Rosalía, nuestra Rosalía universal.
Qué ternura lleva esa «loca», ojalá la tuviera yo.
Un abrazo enorme y mucha suert, Jesús.
Estoy muy agradecido por tu visita, Towanda. Saludos.