79. El intruso
—¡Ya te he dicho mil veces que no te queremos aquí!
—¿Por qué, señora? Sabe que puedo ser su hijo. Su nuevo hijo.
—Mi hijo murió. ¡Vete!
—Como quiera, señora, me iré. ¿Dónde le dejo los zapatos? Su esposo los acaba de ver y viene hacia aquí… corriendo. Creo que él se los regaló para su cumpleaños. El último que celebró con ustedes.
—Calla, engendro… ¡Y vete de aquí! ¡Déjanos en paz!
—Los llevaba puestos el día que desapareció. Pero no aparecieron cuando se encontró el cadáver, ¿cierto? ¿O quizás me equivoco, señora? ¡Ah, ya está aquí! Buenas tardes, papá.
Terrorífico en su brevedad. En mi interpretación deja alguna posibilidad para elucubrar. Ahora, ese niño (qué miedo dan los niños en las historias de terror, verdad?) no lo quiero yo ni pintado.
Suerte
Mónica
Muchas gracias, Mónica.