59. El invierno de Juno
Juno era un niño distinto. Sus compañeros lo sabían y se lo hacían saber cada día del curso. En el aula, maceraban bolitas de papel en sus bocas que aliñaban con saliva, para más tarde expulsarlas con fuerza a su delgaducho y frágil cuerpo. En la pizarra las notas, que variaban de la insinuación al más explicito de los insultos, terminaban borradas por su gorra sustraída del perchero. Los recreos eran un poco más llevaderos. Paseando alejado de todos, trataba de imaginar cómo sería la convivencia en un mundo sin tantos prejuicios.
Un día en la hora del almuerzo se acerco a él un muchacho de rasgos desconocidos, su mirada era distinta y su voz agradable. Ya no se separaron. Ese invierno pasaron todos los recreos juntos, riendo, hablando, confesándose historias, rozándose con los dedos y besándose con el deseo. Una mañana fueron tras su rastro por la nieve para cogerlos desprevenidos, prepararon pesadas bolas de nevada con gravilla, y al grito de sarasas les llovieron heladas e hirientes. Pararon cuando notaron que sus movimientos habían sido enterrados por la locura y la sin razón. Un mes después, con tizas de colores, siguen sus nombres en la pizarra.
Bonita y triste historia que cuentas, por desgracia más común de lo que nos imaginamos. El final me ha dado pena.
Muy bien narrada y descrita.
Un saludo.
Gracias Ana y Blanca siempre anima el apoyo positivo de aquello que creas. Un abrazo grande
Interpreto esos nombres de colores en la pizarra como una lección que aprendieron tras el trágico suceso. Menos mal que en la actualidad en los centros está más aceptada la homosexualidad que antaño. Suerte!!!
Me ha gustado mucho Ana, y veo que hay distintas interpretaciones. Yo me quedo con la tristeza , la soledad y la incomprensión que trasmite. Todavía hoy se castiga al que es distinto. Supongo que será por instinto de supervivencia. Suerte
Triste realidad muy bien enmarcada en ese rastro que siguieron en la nieve.
Parece que esta historia ocurrió en otro tiempo, pero posiblemente se repita aún en las aulas actuales.
Felicidades por tan buen relato Mª Belén
Saludos.
Gracias por vuestras opiniones y criticas tan positivas a mi relato. Es cierto que es un tema muy delicado y triste que se va erradicando poco a poco en la sociedad. Un saludo grande.
Mª Belén, me ha gustado. Espero que en el futuro aprendamos a tolerar a nuestros semejantes. Abrazos.
Gracias Salvador. Confiemos en que la sociedad cada día se haga más tolerante. Un saludo
Tremendo tema. Bien tratado.
Suerte
Gracias Ana, 🙂
Nunca está de más seguir denunciando tanta intolerancia. Y es desde pequeños donde se debería aprender el respeto a todo el mundo. Por lo menos los protagonistas de tu historia han aprendido la lección, aunque a costa de un terrible sacrifico, que ya no tiene solución.
Suerte y saludos.