24. El libro de las almas
Dejar desatendidos los sombríos pliegues de su timidez le convirtió en el perfecto carcelero de sí mismo. Allí dentro, en las confortables profundidades del autoengaño, los ordenadores eran su refugio, y la vida cotidiana, una ventana traslucida desde donde juzgar lo ajeno con arbitrarias especulaciones. Irremediablemente, desarrolló una considerable fobia a vivir.
Desde fuera no se notaba, pero la capa interior de su piel se extendía hacia adentro, lentamente, formándose una cámara acorazada, ancha y hueca entre dermis y epidermis. Su corazón desconocía el entusiasmo; su hígado, la armonía; su estómago, las mariposas. Las emociones languidecían despedazadas en un armazón de mínima humanidad. Todos los órganos menguaron ante el insoportable empuje del creciente vacío y buscaron asilo en la nueva cámara de su gruesa piel. Todos excepto el cerebro.
Está en la naturaleza del vacío succionar con fuerza cuanto le rodea. Sin empatía que lo pudiera contrarrestar, su cerebro programó una red social capaz de ocupar su interior, a costa de vaciar el de millones, explotando la fobia universal al anonimato de sus congéneres. Una vez tejida la red, solo restaba ponerle nombre. Soulbook le pareció apropiado.
No solo se replegó en sí mismo, sino que también ideó una redp ara contagiar a los demás de suss miedos y carencias sociales.
Un relato maravillosamente contado y un aviso elegante contra low pwligros digitales.
Un abrazo grande y suerte, Antonio
Muy, muy interesante y, sobre todo, muy descriptivo tu terrible micro, Antonio. Coincidimos ambos en nuestra visión del futuro, ya presente por desgracia. Sólo podemos denunciarlo y no compartirlo. Por simple salud mental. Enhorabuena y un abrazo, amigo.
Un micro que es bello en su forma y tremendo en lo que cuenta. La timidez es un arma de doble filo; parece proteger a la persona cuando, en realidad, lo que hace es acorazarla y aislarla aún más, y el costo es muy grande… Tan grande es el costo, que termina mirando la vida por la ventana; en este caso, una ventana virtual llamada Soulbook que capta la atención ajena explotando esa fobia universal al anonimato tan propia de estos tiempos modernos…
Que este micro nos lleve a todos a reflexionar y a rectificar a tiempo…
Muy buen micro, Antonio, me encantó.
Un abrazo,
Mariángeles
Antonio, qué bien escrito y qué metafórico tu micro. Y además, acorde con los tiempos, aunque me cuesta entender esa fobia al anonimato, ese exceso de exposición pública. Pero tiene que haber gente «pa tó»
Un abrazo y suerte.