139 – El mapa de Vindland
Odín nos ha abandonado, susurró entre dientes mientras observaba el velamen fláccido. Nueve días ya, sin un soplo de viento. Los hombres en cubierta miraban al infinito, cuál ciegos extraviados en su propia noche. El sonido del cuerno horadaba la niebla, en busca de un eco salvador. Y, bajo la superficie, las serpientes marinas despertaban, para acechar a los que un día pusieron en duda su existencia, y recordarles el fin que les aguarda, cuando el agua negra se espume, justo antes del gran vacío.
Eriksson no duerme, vigila el horizonte y su espalda. Los ánimos andan revueltos y la traición se alía con el miedo. Sus hombres, aquellos valientes que se batieron contra los sajones en encarnizadas batallas, tiemblan ahora como niños, y murmuran leyendas que escucharon a los viejos del clan. ¡Mañana cambiará nuestro destino, mañana avistaremos la tierra de bosques!, brama el hijo de El Rojo desde el puente, intentando aplacar la rebelión. Pero a estas alturas, sólo él sigue creyendo en las líneas dibujadas en ese pergamino. Los demás, afilan sus cuchillos y murmuran.
Casi quinientos años después, una reina observa incrédula el mapa de los vikingos.
Qué buena esta historia de vikingos. Resulta muy visual. Es fácil imaginarles con sus melenas rubias, además de esa tensión que puede terminar en un motín en toda regla. Parece ser que algo parecido le sucedió a Colón, sólo que a él le salió bien lo del mapa. Dos historias que se enlazan en la frase final, con la Reina Isabel.
Un relato tan bien escrito como bien pensado.
Un abrazo, Anna. Suerte
Un final sorprendente, Anna. Un cuento que engancha y gusta.
Suerte y abrazos marinos.
Gracias, Angel, Ana U, Maria. No he querido faltar a la cita con vosotros, los entecianos. No he leido ni comentado ninguno de vuestros relatos, apenas sin tiempo ni siquiera para escribir el mío. Así que agradezco doblemente vuestra lectura. Intentaré en estos días ir leyéndoos a todos, o a los que llegue.
Un abrazo de los apretaos 😉