62. El mar…
Antonio José nació en Huelva, y no podía negarlo. Amaba la luz imposible de sus cielos sureños, los atardeceres arrebatados, la marisma ….y sobre todo el mar. Un dorado atardecer de playa se cruzó con Helga. Le hechizó su piel tan blanca y sus maneras suaves, y se lanzó a una historia tan arrebatada como los atardeceres. Y la siguió cuando ella tuvo que volver a Suecia, su país. Le costaba adaptarse a los días sin luz, a la nieve constante, a una vida sin el calorcito de su tierra y su gente. Empezó a desaparecer a ratitos. Helga, preocupada, le seguía sin ser vista. Tras su rastro por la nieve siempre llegaba al mismo lugar: un promontorio cercano al pueblo, desde donde podía verse…el mar. Cada vez las escapadas eran más frecuentes. Mañanas de sábado, tardes de luz, incluso noches de luna. Un día, al volver de su trabajo, Helga escuchó el fandango favorito de Antonio, y una nota en la mesa, aún húmeda…”ya no tendrás que seguir más mi rastro por la nieve»
¡Qué bueno! Me ha emocionado.
Gracias Edita
Bonita historia con un final muy abierto… Antonio José se suicida? se vuelve a su tierra?…
Me ha gustado el relato.
Un saludo
Yo l mandaba a su Huelva de nuevo, sus pasiones son grandes como para suicidarse, aunque si que tiene que elegir
Gracias y abrazos
Reyes
Mi historia acabó aquí, el final es para vosotros…realmente no sé que hará!
Gracias pr tu interés
Abrazo
Reyes
Que tendrá el mar…, muy bueno. nuria
El mar engancha, genera pasión…y, como en este caso, compite con otras
Muy poético y bien narrado. Bonito relato. Un abrazo
Gracias Concha, me alegra que te haya gustado
Reyes, añoranza por la luz y el mar. Me ha gustado. Por desgracia, la situación económica hará que mucha gente haga realidad la añoranza de tu relato. Saludos y suerte.
Hola Salvador,
si, ya estamos viviendo otra vez un proceso de emigración, que pone en juego muchos sentimientos y a veces la lucha de pasiones que he tratado de reflejar…gracias por tu comentario
Saludos
reyes
Me ha dejado un poco casi sin saber que decir, uff, durito pero bien contado.
Suerte.
Besicos muchos.
No sé si el «sin saber qué decir» es para bien o para mal… al menos espero que no te haya dejado indiferente
Hola Reyes! Como tira esta luminosa tierra, ja ja ja…
Hola Pilar! como siempre escribo cosas de otros lugares….esta vez he decidido quedarme en casa….bueno, con un toque nórdico